Supongo que a todos os habrá llamado la atención que Cruz
Blanca haya homenajeado a Francisco Antonio González Pérez,
pero sobre todo, a los socialistas. Del diputado hemos
escuchado los mismos topicazos de siempre. Su papel dentro
del PP ha pasado por el de los titulares grandilocuentes y
la crítica negra hacia sus rivales, ¿pero de qué se extrañan
los socialistas, cuando son ellos los que enarbolan la
bandera de la demagogia, incluso por encima de la española?
Ahora, resulta que una institución humanitaria va a
homenajear al hombre duro de la derecha, a ese sobre quien
versan chistes mordaces y de quien es fácil difamar por ser
un arte tan políticamente aceptado entre los mediocres.
Algunos confunden la derecha férrea y el anti-PSOE con la
antidemocracia, igual que la bandera republicana siempre la
asimilan a la izquierda, como si una república no pudiera
estar mandada por un gobierno de derechas, ¿verdad, Sarkozy?
La acción desinteresada de Francisco Antonio se ha callado
durante más de 15 años. Él nunca ha querido descubrirlo y a
todos os ha sorprendido igual que a mí. Ni siquiera sus
compañeros de quinta habían dicho nada. Ahora, los que
caminan por la vida con los calzoncillos y las bragas de
progre tendrán que echar la vista para otro lado, porque el
hombre malo y monstruoso ha sido quien ha sacado al niño que
se ahogaba del agua, mientras los socorristas ni se mojaban
los pies. En este mundo de poses hacia la galería se lucen
trajes de Channel y de Versace, mientras que con la palabra
se le promete al pueblo lo que el pueblo está harto de
escuchar. Ahora, cuando los que presumen de progres lo
miren, no lo verán como el facha remilgado, sino que lo
harán con una sibilina envidia, por haber hecho con 30 años
los que otros muchos no se atrevieron, darle a los
necesitados lo que a uno le sobraba.
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