La congregación de los hermanos de Cruz Blanca homenajeó, en
la tarde de ayer, a Francisco Antonio González Pérez por su
trayectoria y colaboración en la entidad, resaltando “el
cariño y la dedicación” del diputado. Un acto, calificado de
“sencillo y emotivo” por el padre Aurelio, y celebrado en el
hotel Ulises junto al Comité Ejecutivo del Partido Popular
de la ciudad. Una placa y rosas blancas sellaron la
condecoración.
Populares, Hermanos Franciscanos, familiares y amigos
rindieron ayer homenaje al diputado Francisco Antonio
González Pérez por su trayectoria y colaboración con Cruz
Blanca; un voluntario que en las peores situaciones de
crisis de la entidad supo prescindir de su salario para
donárselo a los más necesitados.
El acto fue inaugurado por el padre Aurelio, que quiso
destacar y hacer especial hincapié en “el cariño, el amor y
la dedicación” de González Pérez, calificando el evento de
“sencillo porque así es nuestra filosofía y entender el
mensaje de amor a Dios; y emotivo porque no sería posible
nuestra labor sin este gran voluntarios”, se sinceró el
padre Aurelio.
El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, el presidente del
Partido Popular, Pedro Gordillo, el secretario general, Juan
Manuel Doncel, el coordinador de campaña, Francisco Márquez,
la consejera de Asuntos Sociales, Carolina Pérez, o el
director del IMSERSO, Fernando Jimeno, fueron testigos de la
condecoración del diputado, que se simbolizó con la entrega
de una placa, un ramo de rosas blancas así como la lectura
de dos poemas que en sus versos dejaron patentes el amor a
Cruz Blanca y a ‘Francisco Antonio’, y que decían: “Creo en
ti amigo si tus ojos brillan de alegría al encontrarnos;
creo en ti amigo, si tu mano está abierta para dar y tu
voluntad es generosa para ayudar”.
Ante tantas emociones, el homenajeado, al que la sencillez
del acto le pareció “un fluido de sentimientos donde la
sangre hierve”, no pudo contener su entusiasmo confesando
que sus acciones solidarias “a mi familia les parecían un
poquito más pero a los que las recibían, les parecía todo mi
pequeña aportación”, manifestó González Pérez. Aunque no se
esperaba tal reconocimiento, el diputado concluyó
advirtiendo que “son la conciencia y el alma las que te
impulsan a trabajar y ayudar a estas personas que tienen esa
voluntad tan indescriptible, y que yo no sería capaz,
quedándome paralizado ante lo que hacen”.
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