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El Partido Popular ha anunciado
que después de la campaña electoral abrirá una oficina
estable y permanente en el Príncipe Alfonso para hacer
llegar a los residentes en la barriada cuál es el conjunto
de principios, valores y objetivos que guía su acción
política a nivel nacional y local y para conocer de primer
mano, sobre el terreno, los problemas que padece la zona.
Los vecinos del Príncipe saben un rato de este tipo de
noticias porque hace apenas dos años los medios de
comunicación dimos a conocer que tanto los propios Populares
como el primer grupo de la oposición, UDCE-IU, abrían dos
pequeñas oficinas en la barriada. Entonces también se
presentó aquello como un gesto con vocación de continuidad y
estabilidad, aunque pocas semanas después de la cita con las
urnas del 27 de mayo los dos partidos echaron la persiana y
nunca más la volvieron a levantar. Es un mal precedente que
el PP tiene la intención de revocar ahora en la barriada
donde peores resultados cosecha de toda la ciudad y
precisamente en el local que en su momento ocupó la
coalición que lidera en la Asamblea Mohamed Ali. Pese a su
extraordinario despliegue de cara a las últimas autonómicas
el Partido Popular, cuyos dirigente dicen estar seguros de
ser el partido con mayor número de ceutíes de la comunidad
musulmana afiliados, volvió a obtener entonces unos pobres
resultados en el Príncipe, donde ha calado de forma firme la
idea de que ningún político se preocupa ni se ha preocupado
nunca más que por sus votos. Que ahora el primer partido de
la ciudad tome la decisión de rectificar el cierre de la
barriada debería contribuir a reducir el descrédito de la
clase política e institucional entre los vecinos, que según
se ha encargado de repetir hasta la saciedad su nuevo
presidente vecinal, Abdelkamil Mohamed, no quiere nada más
que ser y estar como una parte más de la ciudad. Si el PP
logra lo que pretende será bueno para toda la ciudad. Y si
después siguen sus pasos otros grupos como el PSOE o UDCE-IU
mejor. No sobran manos para arreglar los problemas.
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OPINIÓN / EDITORIAL
