La avenida de Barcelona será unos metros más corta en pocas
semanas, el tiempo que tarde la Ciudad Autónoma en inaugurar
la calle ‘Bombero Marco Antonio Navas Lázaro’, fallecido
hace tres semanas durante unas prácticas de submarinismo
para la creación de un cuerpo especializado. “No es bueno
preguntarle a los compañeros por Marco, porque podrían
reabrirse las heridas”, comenta uno de los bomberos que hizo
servicio el pasado jueves, uno de los compañeros que no era
de su turno, pero que sintió la pérdida como un mazazo. Los
bomberos recibieron con “orgullo” la noticia de que la calle
en la que viven las 24 horas del día llevará el nombre de
Marco. “Se barajaron varias calles, ponerle el nombre al
Parque de Bombero, pero nos gustaba más una calle. Era
complicado cambiar el nombre de la avenida de Barcelona,
pero al final lo hemos conseguido. Como es un tramo pequeño
y los números son los del polifuncional y el de un solo
chalet (nº 9), pues ha sido más fácil “, comenta Manuel
Gentil, jefe de Bomberos.
Otro compañero explica que la idea surgió de entre sus
compañeros y que Gentil también mostró rápidamente su
postura favorable. “Va a ser un aliciente diario salir a
hacer cualquier misión y ver la placa con su nombre; todos
estamos aquí de paso y tenemos que saber que nos podía haber
tocado a cualquiera, nuestro trabajo es así”.
El tramo de calle alcanzará desde el cruce con avenida
España hasta la primera bocacalle que corta a la avenida
Barcelona, es decir, toda la Manzana del Polifuncional. Los
bomberos no dudaron en salir a la calle e inmortalizarse,
para demostrar que la calle es suya y que Marco se queda en
casa. Los bomberos no quisieron dejar pasar la oportunidad
para agradecer a la Ciudad la sensibilidad que ha mostrado
con este tema. Rara vez una calle y un nombre han tenido
tanto sentido. “Toda la documentación que llegue, las
cartas... llevarán el nombre de Marco”. Las heridas se van
restañando poco a poco. No fue posible ver a los de su
turno, quizá tampoco era lo más adecuado preguntarles a
ellos. Los bomberos siguen como siempre, utilizando su
futbolín, leyendo revistas y paseando por el edificio del
polifuncional, enjaulados, a la espera de un aviso que los
lleve a algún lugar de la ciudad a resolver cualquier
desaguisado. Sin embargo, oír el nombre de Marco les tuerce
el rostro, les devuelve a un estado de sonambulismo
espectral. Dentro de poco, Marco volverá a casa para
siempre.
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