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OPINIÓN - DOMINGO, 24 DE MAYO DE 2009

 

OPINIÓN / EL OASIS

El peligro de odiarse cordialmente
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Las querellas entre cargos del mismo partido no se deben exclusivamente a motivos políticos, sino que también juegan los personales, que no son los menos importantes. La lucha soterrada entre dirigentes de unas mismas siglas, la acaban sufriendo los ciudadanos que son gobernados por ellos.

No es la primera vez que me refiero a los problemas que causan dos gobernantes que se odian cordialmente. El ejemplo más famoso lo tuvimos en Alcalá-Zamora y Azaña. Ambos se odiaban cordialmente. Y fueron los pueblos las víctimas de las debilidades de esos gobernantes.

Conviene recordar que en Ceuta, desde que se celebraron las primeras elecciones democráticas, sólo un alcalde, Fructuoso Miaja, fue capaz de mantenerse cuatro años en el cargo. Nunca antes ni después había sido posible mantener la estabilidad en el Ayuntamiento. Hasta que Juan Vivas accedió al cargo, mediante un voto de censura, que le puso en condiciones de participar en dos elecciones que ganó por mayorías absolutas.

Por lo tanto, llevamos ocho años disfrutando de una gobernabilidad palmaria y los logros que se han conseguido son indiscutibles. Todo es factible de mejora. Porque durante todo ese tiempo se han cometido errores, negarlo sería absurdo, y existe también la sensación de que se podían haber hecho muchas más cosas.

Es verdad que en la política, como en la vida, rara vez actúa uno como desea. Y mucho menos como desearían los demás. Y es que uno hace lo que puede. Y el gobierno presidido por Juan Vivas ha hecho muy bien lo que ha podido. Y sobre todo ha conseguido algo fundamental: mantener a todo trance la estabilidad en todos los sentidos.

Juan Vivas es el candidato favorito para ganar nuevamente las próximas elecciones. Cosa que está fuera de toda discusión. Siempre y cuando decida presentarse. Si no lo hiciera estaría metiendo a la ciudad en un buen lío. Un lío gordo.

Debido a que actualmente es el único capaz de volver a revalidar la presidencia con otra mayoría absoluta. Aunque tampoco sería extraño que en el envite se dejara dos escaños por el camino. Debido al escaso desgaste que haya podido tener durante diez años cual presidente.

Sin mayoría absoluta, el PP sería acosado por otros partidos que no están preparados para gobernar. Y el Ayuntamiento volvería a convertirse en la Casa de tócame Roque. Como lo fue durante muchos años. Donde la sala de los plenos se convertía en corrala repleta de vecinos dispuestos a armar la gresca por todo.

Para que Vivas quiera continuar queriendo ganarse el favor de los ciudadanos es necesario que Pedro Gordillo siga imponiendo el orden entre bastidores. Pues sabido es que maneja el partido con mano de hierro. Y los dos, es decir, el presidente de la Ciudad y el presidente del partido, han de continuar formando un tándem.

Lo digo, con la única intención de que ambos deben estar alerta ante quienes tratan por todos los medios de echarlos a pelear. Porque si consiguen que lleguen a odiarse cordialmente, no cabe la menor duda de que Ceuta será la víctima de esas debilidades. Y, desde luego, ambos serían culpables de que esta ciudad volviera a vivir tiempos pasado en el Ayuntamiento. Es decir, escándalos por doquier y un desgobierno bochornoso y peligroso. Oído al parche.
 

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