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OPINIÓN - DOMINGO, 24 DE MAYO DE 2009

 
OPINIÓN / EDITORIAL

El nefasto final del Consejo de la Juventud

Las asociaciones con vinculación directa a los partidos políticos con mayores cotas de representación institucional en Ceuta, Nuevas Generaciones, Jóvenes Demócratas y Juventudes Socialistas, decidieron ayer acabar con la agonía del Consejo de la Juventud local votando a favor de la disolución del organismo. El gesto en sí no implica ningún paso adelante en la situación del CJCE, que ahora parece que dejará paso a un ente que bien podría tener la forma de una plataforma de entidades juveniles que nadie sabe muy bien quién liderará o tratará de aglutinar. El Consejo sigue, hoy igual que ayer, con un gran nubarrón sobre sus cabezas, más específicamente sobre las de los miembros de la Comisión Permanente que encabezó Mariam Mohamed. Todos a su lado, según han reconocido directamente, la dejaron hacer y deshacer a su antojo con el organismo y con sus cuentas, dimitiendo implícitamente de sus responsabilidades pero no de sus cargos. Si nada hubiera pasado su actitud no pasaría de ser un autorretrato bastante triste si efectivamente representa a la juventud ceutí: se acostumbraron a ocupar un puesto que les reportaba cierta notoriedad, si no beneficios económicos puntuales y oportunidades de ocio. Por lo que parece ninguno de los rectores del Consejo sabían, más allá de Mohamed, ni siquiera la tesorera, qué se hacía o se dejaba de hacer con el dinero del organismo. Ahora resulta, según desveló ayer el último presidente de la Gestora, Óscar Pérez, en medio de una Asamblea en la que ni se olvidaron ni se lavaron a fondo los trapos sucios que arrastra el movimiento juvenil desde hace años, que la deuda real del Consejo asciende a cerca de 200.000 euros. La Ciudad reclama que se le devuelva el dinero que aportó al CJCE el año pasado. Y hace muy bien. Si este escándalo sirve para que ninguna entidad más trate de engañar a la Administración o se aproveche de una benevolencia institucional mal entendida el esperpento habrá tenido algún sentido. Y si los próximos responsables del movimiento juvenil son dignos de tal nombre, mejor que mejor.
 

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