Las asociaciones con vinculación
directa a los partidos políticos con mayores cotas de
representación institucional en Ceuta, Nuevas Generaciones,
Jóvenes Demócratas y Juventudes Socialistas, decidieron ayer
acabar con la agonía del Consejo de la Juventud local
votando a favor de la disolución del organismo. El gesto en
sí no implica ningún paso adelante en la situación del CJCE,
que ahora parece que dejará paso a un ente que bien podría
tener la forma de una plataforma de entidades juveniles que
nadie sabe muy bien quién liderará o tratará de aglutinar.
El Consejo sigue, hoy igual que ayer, con un gran nubarrón
sobre sus cabezas, más específicamente sobre las de los
miembros de la Comisión Permanente que encabezó Mariam
Mohamed. Todos a su lado, según han reconocido directamente,
la dejaron hacer y deshacer a su antojo con el organismo y
con sus cuentas, dimitiendo implícitamente de sus
responsabilidades pero no de sus cargos. Si nada hubiera
pasado su actitud no pasaría de ser un autorretrato bastante
triste si efectivamente representa a la juventud ceutí: se
acostumbraron a ocupar un puesto que les reportaba cierta
notoriedad, si no beneficios económicos puntuales y
oportunidades de ocio. Por lo que parece ninguno de los
rectores del Consejo sabían, más allá de Mohamed, ni
siquiera la tesorera, qué se hacía o se dejaba de hacer con
el dinero del organismo. Ahora resulta, según desveló ayer
el último presidente de la Gestora, Óscar Pérez, en medio de
una Asamblea en la que ni se olvidaron ni se lavaron a fondo
los trapos sucios que arrastra el movimiento juvenil desde
hace años, que la deuda real del Consejo asciende a cerca de
200.000 euros. La Ciudad reclama que se le devuelva el
dinero que aportó al CJCE el año pasado. Y hace muy bien. Si
este escándalo sirve para que ninguna entidad más trate de
engañar a la Administración o se aproveche de una
benevolencia institucional mal entendida el esperpento habrá
tenido algún sentido. Y si los próximos responsables del
movimiento juvenil son dignos de tal nombre, mejor que
mejor.
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