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OPINIÓN - SÁBADO, 23 DE MAYO DE 2009

 

OPINIÓN / EL OASIS

Francisco Antonio González
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

El jueves pasado mantuve una conversación agradable con él. Hecho sin importancia, sin duda alguna, de no ser porque llevábamos muchos años sin decirnos ni pío. Muchos años donde hemos estado sin saludarnos. Mirándonos como si realmente fuéramos enemigos encarnizados.

Y si coincidíamos en una reunión formada de modo casual, preferíamos ponernos en evidencia antes de dar nuestro brazo a torcer. Un absurdo. Pero causante de malestar entre las demás personas. Una actitud troglodita. Máxime cuando las causas de esas diferencias, de haber querido ambos, se hubiesen aclarado en un santiamén.

Bien es cierto que, al margen de nuestro enfado tan largo como cerril, muchas de sus opiniones como diputado nunca han dejado de encontrar respuestas tan rápidas como acres por mi parte. Porque Francisco Antonio González suele atizarles de lo lindo, por ejemplo, a los delegados del Gobierno del partido socialista.

Sin pararse a pensar que en ocasiones esas críticas acerbas perjudican las buenas relaciones de los delegados con el Presidente de la Ciudad. Y, naturalmente, ponen en peligro las relaciones con las Administraciones del Estado. Que se basan, sobre todo, en la disposición que adopten los hombres que parten el bacalao en la plaza de los Reyes.

Pero bueno... a lo que iba: Que el diputado por Ceuta llegó al Tryp, acompañando a los periodistas del diario As, que venían a hacer ‘El encuentro con los Ases’ -programa de fútbol- y no tuvo el menor inconveniente en acercarse adonde yo estaba (hablando con Luis Parrilla: buen conversador y mejor persona, como suele decirse en estos casos) para tenderme la mano.

Un gesto que le honra y al que, deprisa y corriendo, respondí con sumo gusto. Y a partir de ahí, aprovechando que los periodistas estaban dejando los bártulos en sus habitaciones, nos pusimos a pegar la hebra con ánimo de desquitarnos de todo ese tiempo que nos habíamos pasado sin decirnos ni mu.

Francisco Antonio González es portavoz de Deportes del Grupo Parlamentario. Y a estas alturas no creo que haya que recordar que es del grupo perteneciente al PP. Y me estuvo contando cuestiones relacionadas con su misión. Y de ahí pasamos a charlar del deporte en general y de mi etapa como profesional del deporte rey. Con anécdotas incluidas.

Y así nos fuimos animando hasta el punto de que nos olvidamos ambos de cuanto nos rodeaba. Así que los periodistas del diario As, que ya habían bajado de sus habitaciones, comenzaron a dar muestras de impaciencia porque el diputado parecía haberse olvidado de que le esperaban a él. Por más que dos o tres veces le indiqué que conmigo ya había cumplido con creces.

Pero antes de marcharse para seguir haciendo de cicerone con los expedicionarios madrileños, y dado que el diputado me había confesado su deseo irresistible de hacer siempre una oposición fuerte contra los socialistas, por su firme creencia en una derecha conservadora, le dije lo siguiente:

Mira, Pacoantonio: Cuando empiece a caérsete el pelo y a fastidiarte la úlcera de duodeno, verás como te vas pasando sin querer a la derecha moderada. Lo cual es axioma. Y allá que nos dio a los dos la risa.
 

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