Un equipo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR)
ha confirmado una mayor presencia del parásito Anisakis en
los boquerones de la costa sureste del Atlántico y noroeste
del Mediterráneo. El hombre es un huésped accidental de este
parásito si consume pescado crudo o poco cocinado.
Aunque la UE obliga a los restaurantes a congelar el pescado
que se consume crudo, “la preparación casera de los
boquerones en vinagre mantiene el riesgo de anisakiasis, si
previamente no se adquiere la costumbre de congelar los
boquerones al menos 24 horas a -20 ºC”, afirman los
científicos de la UGR, que ha detectado larvas de Anisakis
spp y de otro parásito similar, Hysterothylacium aduncum, en
boquerones del oeste del Mediterráneo y del este del
Atlántico.
“El riesgo de contraer una anisakiasis por ingestión de
boquerones, puede estar condicionado por la zona geográfica
de captura, pues hay una gran variación en la parasitación
de los boquerones de diferentes áreas”, explicó Adela
Valero, investigadora de Parasitología de la UGR.
En el estudio se analizaron 792 boquerones obtenidos de
octubre de 1998 a septiembre 1999 en el mercado de pescado
de Granada. Según los investigadores, el parásito fue más
frecuente en los boquerones del noroeste del Mediterráneo,
en concreto el Golfo de León y el Mar de Liguria, que en los
capturados en la zona atlántica del Estrecho de Gibraltar
(Golfo de Cádiz y el propio Estrecho). El estudio vincula la
presencia de más cetáceos y la de más parásitos.
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