Aún quedan Benzú y la Isla de Tarifa, pero la encrucijada
litoral más rica faunísticamente hablando de Europa ya no es
lo que era. Los biólogos asistentes a las jornadas
organizadas por el Instituto de Estudios Ceutíes sobre el
Medio Natural de Ceuta y su entorno conocen la debilidad de
especies como las náyades, imprescindibles para el
mantenimiento de los ríos.
No existe en ningún lugar del continente, una riqueza
faunística como la que se da en el Estrecho. Eso es una de
las afirmaciones que dejó ayer claro uno de los ponentes
participantes en las jornadas sobre el medio natural de
Ceuta y su entorno organizadas por el IEC, el doctor en
Ciencias Biológicas Serge Gofas. Gofas, enumeró las especies
que alternan en un espacio tan reducido que posee “el doble
de tipos de moluscos de los que se encuentran en todo el
literal británico”. Desde las endémicas, hasta tropicales,
nórdicas que no llegan a cruzar al mediterráneo...”la
encrucijada que va desde Cabo Negro a Fuengirola y de Arsila
a Cádiz es un tesoro”. Amenazado en muchos casos ya sin
remedio. Gofas apuntó a la obra civil como la más
depredadora de este tipo de riquezas. “El macropuerto de
Tánger ha destruído gran parte de la costa pero aún queda
Benzú y la isla de Tarifa, donde quieren construir otro
puerto”.
Por su parte, el doctor en Biología Rafael Araujo, recordó
la importancia de las náyades. Unas almejas de río que
pueden llegar a alcanzar los 20 centímetros y que toman su
nombre de las ninfas que cuidaban de la salud de las aguas
dulces. “Las náyades, son imprenscindibles para el
mantenimiento ambiental de los ríos”, apuntó Araujo. También
están amenazados y son muy sensibles a todo lo que suponga
una alteración en su hábitat. En Ceuta no pueden verse. Hay
que trasladarse hasta Río Martil lo más cercano.
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