La Unidad Docente de Matronas del hospital civil del INGESA
continúa dando sus frutos. Si el año pasado fueron dos las
primeras graduadas, este año la promoción la integran cuatro
jóvenes con una tremenda vocación y con un espíritu y una
humanidad sobresalientes. Como Sara Trasierra y Milagros
Álvarez el año anterior, María Auxiliadora Ignacio, Sandra
Pérez, David Harillo y Carmen Rivero llegaron a Ceuta desde
distintos puntos de la península. Todos y cada uno con una
historia de amor por la ginecología y la obstetricia y
muchas ganas de aprender.
María Auxiliadora nació en Sevilla, pero residía en Córdoba
antes de aterrizar en Ceuta previa aprobación de unas
oposiciones que le garantizaron la plaza en formación. La
suya es una historia particular pues decidió venir a
formarse a pesar de estar casada. Ahora está embarazada y
sólo piensa en volver a casa con su familia. Seguirá como
matrona en Córdoba. Mientras, Sandra lo tuvo más fácil a la
hora de venir porque es de La Línea. David es de Estepona y
será mañana el primer comadrón graduado por la unidad.
Estudió Enfermería en Ceuta hace muchos años y por ello se
decidió a aceptar la plaza. Tiene claro que volverá a Lorca,
donde ha vivido los últimos siete años y donde ha trabajado
de enfermero. Finalmente está Carmen, una malagueña que
tiene como experiencia sus años de trabajo en el Hospital de
la Costa del Sol de Marbella. “Ser matrona es para mí algo
vocacional”, reconoce. Tuvo muchas dudas a la hora de ir a
Ceuta pues tenía la opción de Barcelona, donde tiene
familia, pero con la ayuda de David, al que conoció por
“amigos comunes” se decidió. No se ha arrepentido.
Los cuatro se sienten unos “privilegiados” por formar parte
de un momento “mágico” como es el alumbramiento de vida por
parte de una mujer. Una participación, la de las matronas,
que según apunta María Auxiliadora, debe estar “siempre en
un segundo plano puesto que la verdadera protagonista es la
mujer”. Carmen, por su parte, no duda en destacar de esta
experiencia el “carácter multicultural de los partos”.
“Hemos tenido el privilegio de vivir el parto desde
distintas perspectivas y manifestaciones y eso nos ha dado
una visión más amplia”, apunta. Todo ello ha ayudado a estos
jóvenes a enriquecerse “como personas, además de como
profesionales”, señala David.
Ellos han vivido desde otra perspectiva el alto volumen de
partos que cada año soporta el hospital civil de Ceuta, en
gran medida por la llegada de mujeres embarazadas de la
provincia de Tetuán. Lejos de lamentar este éxodo hacia
Ceuta de las parturientas marroquíes, lo entienden. “Como
mujer embarazada que soy me pongo en el lugar de estas
personas y yo haría exactamente lo mismo. Iría a un sitio
donde me dieran garantías de que mi bebé va a nacer bien y
que yo voy a estar bien cuidada”, sentencia María
Auxiliadora. Mientras, su compañera Carmen indica que su
deber es asistir al parto a “todas las mujeres” que llegan a
la unidad. “En ningún momento nos planteamos dar una
atención distinta porque provengan de otro sitio”, agrega.
La barrera del lenguaje lo es cada vez menos. Primero por la
genial idea de Luciano, uno de los comadrones del hospital,
quien inventó un pictograma para mantener una comunicación
básica con las embarazadas marroquíes. Y después porque
siempre queda la comunicación no verbal. Por su parte,
David, no duda en reconocer que hay una preparación previa y
es que las propias matronas manejan ciertos términos en
dariya para tener una comunicación básica además de los
pictogramas.
Parto natural
Durante los dos años de formación como matronas, los cuatro
han asistido a multitud de partos y han podido comprobar
como el uso de la epidural no está extendido en Ceuta,
aunque sí hay un colectivo que viene “con la epidural por
delante”, señala Carmen.
“Afortunadamente estamos en un momento en que se está
promoviendo la asistencia al parto normal desde todas las
instituciones. La mujer ahora quiere ser protagonista de su
parto, desea un parto humanizado, en el que sí se trata el
dolor y en el que la analgesia epidural es un recurso, no
algo indispensable. Hay muchísimas opciones para paliar el
dolor. Yo entiendo que lo profesionalmente responsable es
dar a la mujer toda la información y que sea luego ella la
que elija”, afirma.
La responsabilidad a la hora de asistir un parto es mucha y
los cuatro son conscientes de ello. Más cuando son
residentes. “Poco a poco vas cogiendo autonomía. Siempre
consultas con las matronas de tu turno. Nos sentimos
totalmente preparados para llevar un parto normal”, apunta
Sandra.
Estancia en Ceuta
La decisión de dejar atrás una vida y embarcarse en una
aventura nueva, en otra ciudad es una sensación que muchos
han podido experimentar y que han sentido como propia los
cuatro protagonistas de esta historia.
“Todos tuvimos que romper con el estilo de vida que
llevábamos. Ceuta ha sido un lugar donde iniciamos una nueva
etapa de nuestra vida. No obstante, los cuatro estamos de
acuerdo en que tuvimos una bienvenida excepcional. Hemos
sido acogidos de una manera muy calurosa y mi balance es
positivo”, relata el esteponero.
Por su parte, María Auxiliadora recuerda que la decisión no
fue fácil pues no llevaba ni un año de casada: “Fue muy
duro. Me costó mucho adaptarme a mi nueva situación de
vida”. Mientras, Sandra destaca que su estancia le ha
servido para ver que la imagen que de fuera se tiene de
Ceuta no corresponde totalmente con la realidad. “Nos hemos
sentido muy queridos y respaldados por el personal del
INGESA”, resume Carmen.
Al proceso de adaptación, los cuatro debieron sumar los
esfuerzos realizados en la etapa de formación. No ha sido ni
mucho menos un camino de rosas pero “sarna con gusto no
pica”, reconoce María Auxiliadora.
El programa incluye 1.800 horas al año entre teoría y
práctica. Casi dos meses de estancia en los centros de
Atención Primaria cada uno de los dos años de formación e
intensas guardias de doce horas en el paritorio. “Todo esto
nos ha imposibilitado bastante el poder movernos de Ceuta”,
aseguran.
El grupo es consciente de que sus ‘maestros’ están muy
contentos con el trabajo realizado, algo que debe contar a
la hora de encontrar alguna plaza y quedarse en Ceuta. Pero
por norma, siempre hay gente por delante. Sandra, que es de
La Línea, dice que si hubiera alguna oportunidad de quedarse
lo haría sin problemas. Es quien más claro lo tiene en este
sentido. “Haciendo balance entre lo personal y lo
profesional no tendría inconveniente en quedarme aquí un
tiempo o por el contrario hacer algo fuera y si surge la
oportunidad volver”, manifiesta Carmen.
David será el primer varón en egresar en la Unidad Docente
de Matronas de Ceuta. Él tiene claro que no hay profesiones
para hombres ni para mujeres: “Para darle una buena
asistencia a una mujer en un parto es necesario ser buen
profesional, independientemente del sexo”. Además, recuerda
que el concepto de que esta profesión está pensada para
mujeres está cambiando. Para muestra, un botón. Casi hay
igualdad de comadrones que de matronas en el hospital ceutí.
Por último, María Auxiliadora, en nombre del grupo, quiso
lanzar un mensaje de agradecimiento a todas las peronas a
las que han atendido en estos dos años. “Gracias a las
mujeres de Ceuta que nos han permitido estar con ellas,
cuidarlas, acompañarlas y ser testigos del nacimiento de sus
hijos. Si no fuera por ellas no seríamos lo que somos hoy”.
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El INGESA brinda una calurosa ceremonia
de graduación a la segunda promoción
La Dirección Territorial del
INGESA brindará esta mañana un caluroso homenaje en forma de
ceremonia de graduación a los cuatro componentes de la
segunda promoción de la Unidad de Matronas del hospital.
Jesús Lopera, director territorial del INGESA y Rafael
Guisado, director de la Escuela Universitaria de Enfermería,
serán las principales autoridades presentes en este acto
académico. Un evento que tendrá lugar a las 12.00 horas de
hoy en el salón de actos de la Escuela de Enfermería. Tras
la despedida de los alumnos que finalizan sus estudios se
realizará la entrega de diplomas y metopas. Posteriormente,
llegará el turno de la lección magistral a cargo de la
matrona Dolores Aguilera y, por último, los discursos, que
pondrán el punto y final a este acto académico.
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