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OPINIÓN - JUEVES, 21 DE MAYO DE 2009

 
OPINIÓN / EDITORIAL

Hospital universitario

Ha acabado por fin la obra civil en el nuevo hospital de Loma Colmenar que poco a poco se va convirtiendo en un flamante Hopsital Universitario.

Un Hospital Universitario siempre tuvo plenamente reconocida, en términos reales y legales, ser un centro de máxima tecnología y cabeza de una región. En realidad, el Hospital Universitario puede definirse como una institución habilitada y acreditada, de enseñanza y práctica, con funciones de formación, investigación y extensión, que cuenta con convenios docencia -servicio y opera como un centro de referencia para redes de servicios. Eso es lo que tendrá Ceuta. Una infraestructura equipada con la tecnología médica más avanzada capaz de dar un servicio, presuntamente, de un nivel superior al actual. Con un espacio más amplio, con salas excepcionales y con una distribución preparada y diseñada para dar cobertura a todas las necesidades, su gestión futura decantará el nivel de prestación de servicios a una población contribuyente, la ceutí, que merece ciertas excelencias sanitarias de las que ha venido careciendo desde hace décadas. Un hospital que nace, o nacerá capacitado para atender a una población superior a la ceutí, o al menos así se reconoce porque es mejor construir con capacidades de sobra que quedarse corto, no debería dejar de ser una referencia de hospital universitario, con posibilidades de investigación de la salud regional, para convertirse con el tiempo en el oficioso hospital comarcal de este entorno geográfico pese a la universalización de los servicios sanitarios españoles que pagan precisamente los españoles. Todo en su justa medida siempre será plausible.

De momento la visión de lo nuevo impresiona por lo excelente. La calificación de hospital universitario, le dota de prestigio por lo que de medios debe acarrear una infraestructura así denominada y, la impaciencia de verlo funcionando, exento de saturación, consigue mezclar a partes iguales deseos y esperanzas.
 

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