Nada hay como el calor del hogar
cuando se regresa de un viaje, por corto que sea, y abriendo
la puerta se encuentra uno en el entorno íntimo de una
vivienda entrañablemente unida al desarrollo vital de la
familia.
Saliendo de la casa y yendo al hospital para que le revisen
a uno las “pupas” aparecidas en el cuerpo, en una especie de
ITV humana, se topa con que en los hospitales comarcales hay
multitud de médicos foráneos que suplen la escasez de
facultativos indígenas, léase catalanes.
No es que tenga “figa” –en catalán figa es malestar- hacía
los médicos extranjeros que ejercen en nuestro país, pero…
¿son válidos sus títulos en España? Lo digo porque cuando
estuve en Cuba allá dan los títulos a porrillo, al que más
pague, con estudios superficiales que dejan colgada la mosca
detrás de la oreja.
Tengo un amigo protésico dental, formidable profesional que
hace milagros con las dentaduras ajenas, con el que realicé
uno de mis viajes a la isla del Caribe y con el que me
adentré en los sistemas sanitarios del país de los habanos.
Una cosa sí quedó clara: la enseñanza ochocentista de ese
país en materia de sanidad, pese a que los cubanos dicen
tener las mejores universidades de medicina del mundo… no es
cierto.
Los odontólogos y dentistas en general, incluso los
protésicos dentales, hacen auténticas chapuzas con las
dentaduras de los clientes… en parte debido a la ausencia de
materia prima con la que arreglar los entuertos producidos
por las caries galopantes que carcomen a la mayoría de los
cubanos.
Bueno, no voy a hacer una crónica de sucesos medicinales que
no vienen a cuento.
Lo que si afirmo es que algunos médicos no están debidamente
preparados para desarrollar sus conocimientos en nuestro
país. Lo digo por un pequeño error cometido por uno de esos
médicos foráneos: me quería operar de apendicitis cundo era
un simple cuadro de gastroenteritis leve.
Entrar con un dolor de espinillas y un poco de desorden
estomacal para salir con un agujero en la parte baja del
vientre no es un cuento chistoso.
La culpa de esa situación de los médicos extranjeros no
comunitarios que ejercen en nuestro país la tienen, como
siempre, el gobierno socialista ¿no? –con algo he de alegrar
las pajarillas a los peperos-. Por su lentitud en homologar
los títulos de médicos que se consideran prestigiosos en su
respectivo país pero que aquí levantan el gusano de la duda.
También es sintomático que los médicos españoles se “fuguen”
al extranjero porque les pagan más, con lo que confirman el
popular dicho de que nadie es profeta en su tierra.
Eso es lo que hay en nuestro país mientras la patronal lo
considere un cortijo particular y encima presumiendo de
europeos.
En fin, si esto es lo que hay… prefiero curarme yo mismo con
recetas de la bisabuela, aunque la palme en el intento.
Paso a otra cuestión. ¿Habéis oído hablar al candidato del
PP a Europa?... ¿este señor nos representará? No digo más,
pero la memoria histórica tiene muchos apuntes sobre eso y…
dejémoslo así.
Merecería la pena que la gente política del PP cambie un
poco, al menos, y se pongan en plan de ser más abiertos, más
compresivos, más despiertos y más sabios. El país ganaría
muchos enteros… pero como están empecinados en conseguir el
poder a toda costa, con chapuzas a domicilio incluidas, solo
son candidatos a la exclusión democrática en una especie de
excomulgación política.
Bueno, tendrán que perdonarme este artículo de entrada
semanal. Como los buenos jugadores, preciso de calentamiento
y así poder escribir con más tino. Con las células grises
bailando al son del rap por la de disparates que andan
suelto por el espacio aéreo de la comunidad… ¿cómo quieren
que me centre?
Al fin de cuentas, la alegría del fútbol no me la quita
nadie… preparaos los que apostamos.
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