Los propietarios de los comercios de la plaza Vieja
padecerán durante los próximos meses una obra de
remodelación que será lenta y que cambiará el aspecto
desordenado y desvencijado de esta céntrica zona. La plaza
Rafael Gilbert contará con 34 aparcamientos y con una
rotonda que servirá para dotar al recinto con una pequeña
vía de entrada y salida de vehículos. Obimace ejecuta la
obra.
Los operarios de la empresa municipal de Obimace iniciaron
en la mañana de ayer las obras de remodelación de la plaza
Rafael Gilbert, también conocida como plaza Vieja y que se
sitúa entre el paseo de Colón y el principio del paseo del
Revellín.
La ejecución del proyecto afectará a al menos 11
establecimientos situados en el entorno: Asociación Ceutí de
Motoristas, Renfe, Bar la Mar Chica, Clínica Fisioterapia,
Restaurante Mustafa, Restaurante Bar Terraza, Residencia de
la Juventud e ICD, Confecciones Nuria, Herrería-Cerrajería
Enrique Pato, Centro del Pollo y Almacenes Colón. Todos
ellos ya se han hecho a la idea de que será una obra lenta,
pero necesaria. Según explicó Gregorio García Castañeda,
gerente de la empresa Obimace, la acometida empezará
afectando a los primeros 250 metros cuadrados: la zona más
cercana a la Residencia de la Juventud y que llegará hasta
Confecciones Nuria y Restaurante Mustafa, es decir, el lugar
donde irá ubicada la rotonta. Una vez se concluya este
periodo, se empezará con el acerado y los aparcamientos de
la parte que da al mercado y, por último, el trozo restante.
La obra se hará en varios tramos y es que no se quiere
cerrar de forma integral el acceso a los vehículos durante
la ejecución, por lo que durante los próximos meses seguirán
aparcando allí los usuarios, aunque el grueso de los
estacionamientos se perderá.
El lavado de cara de la plaza Vieja será total. Hasta ahora,
todo el terreno se componía de solería, en muy mal estado.
Los coches entraban y salían a la plaza para aparcar y los
bancos quedaban apretados entre los estacionamientos de los
vehículos, que se repartían el espacio de la mejor manera.
Sin embargo, con la urbanización de la parcela (17 metros de
ancho por 50 de largo) se va a conseguir aumentar el número
de aparcamientos hasta dejarlos en 34. La zona para
vehículos va a ocupar la mayor parte del terreno, ya que
para el acerado tan solo se van a destinar dos metros por
cada lado, además de un par de espacios en forma de trapecio
situados a la entrada y para los peatones. De este modo, se
perderán las terrazas de los locales de hostelería, ya que
entre los aparcamientos y los bares solo habrá dos metros.
Los conductores ganarán espacio para estacionar y algunos
propietarios de la plaza Vieja ya están requiriendo plazas
privadas para aparcar, como el ICD.
En el plano final tampoco se ha provisto ningún aparcamiento
reservado para la carga y descarga, algo que sí se contempló
en los planos iniciales. Finalmente, Obimace se decantó por
conseguir mayor número de aparcamientos y hacerlos todos en
oblicuo. Los dos estacionamientos para discapacitados serán
los más próximos a la entrada por Colón y los de carga y
descarga podrían estar situados en el centro de la plaza,
aunque su ubicación se hará sobre la marcha.
El diseño de la plaza prevé una rotonda. Ésta irá implantada
en la zona más alejada a Colón, para que los vehículos
puedan cambiar de sentido, tal y como se hace en barrios con
calles sin salidas, como O´Donnell. Tampoco se han previsto
aparcamientos para las motocicletas, a pesar de que en los
proyectos iniciales sí contaban con un pequeño espacio,
establecido en la zona de entrada de vehículos.
Los arcos de la plaza también van a estar incluidos dentro
de la obra y la misión de los empleados será la de dejarlos
pintados y reponer los tramos que han quedado más
irregulares.
El nuevo estado de la plaza durará hasta que se aplique un
nuevo uso a partir de la próxima legislatura.
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