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sucesos - MARTES, 19 DE MAYO DE 2009


lugar de los hechos. reduan.

tiroteo en el "principe"
 

“Acorraló a mi novio en una esquina de mi casa y lo acribilló a balazos”

La prometida de Abdelkader -muy grave en la UCI- muestra cómo quedó su casa tras el tiroteo y relata la dramática vivencia
 

CEUTA
Antonio Gómez

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Sólo 24 horas después del dramático suceso viviendo en el interior de la vivienda de los suegros de Abdelkader, EL PUEBLO ha podido revivir la angustia de la familia cuando el identificado como Mohamed Larbi, alias ‘El Hamaka’, penetró en el hogar y sin mediar más palabras descargó de balas su pistola, a muy corta distancia, y apuntando a la zona pélvica de la víctima. ¿El resultado? una pierna destrozada con afectación gravísima de la arteria femoral, pérdida de masa... los médicos temen por la extremidad y durante el día de ayer estaba pendiente de su evolución para decidir finalmente su amputación o no.

Conmocionado, dolorido y faltándole la vida, Abdelkader A.A., de vuelta en sí tras la anestesia por la operación para intentar restituir el destrozo que le ocasionaron en sus piernas los seis balazos recibidos, conoció “por primera vez” la noticia de lo que había sucedido horas antes en el barrio. “No tenía ni idea”, comentaba su prometida Isma. Asegura que pudo saber lo ocurrido cuando personal de la Brigada Científica de la Policía Nacional le hicieron la prueba de la parafina (la que certifica o descarta haber disparado un arma).

Recuerda con insistencia la joven prometida de Abdelkader que esa fatídica noche, decidieron salir a cenar “porque me dijo que salíeramos dado que llevaba todo el día estudiando por unos exámenes que tengo”. Suelen acudir a La Jota con cierta asiduidad cuando se acercan al ‘centro’. “Aparcamos en el subterráneo y paseamos hasta llegar a la cafetería. Después fuimos al Mc Donald a comprar unos helados para el paseo mientras llegábamos a recoger el coche. Y luego nos subimos otra vez al Príncipe. Cuando estaba para dejarme en mi casa, me acompañó para estar un rato más conmigo y mis padres. Ya serían las 00:15 horas cuando volvimos a la casa de mis padres”. Este es el relato de Isma sobre lo que ella hizo junto a Abdelkader la noche en la que fue tiroteado el ‘Vasco’, un carnicero del Príncipe. Precisamente, el propio ‘Vasco’ habría acusado a Abdelkader de haber sido el encapuchado que le tiroteó, o bien que éste mandó tirotearlo. El caso es que un sobrino del carnicero, Mohamed Larbi, alias ‘El Hamaka’ que cuenta con numerosos antecedentes policiales, agarró un arma y fue acompañado, según testimonios, de un individuo al que llaman ‘Esteban’ y de otro más del que los testigos consultados no pudieron precisar en busca de Abdelkader a la casa de sus suegros. Sabían que se encontraba allí, probablemente porque alguien habría montado guardia para localizarlo, según analizaron algunos vecinos.

Isma, la novia de Abdelkader, cuenta con lágrimas en los ojos, y aún compungida, el suceso, “se me ha quedado grabado y lo recordaré mientras viva”. Psicólogos consultados indican que la presencia de un acontecimiento como el que vivió Isma “suele provocar un schock traumático y que las secuelas pueden perdurar en el tiempo”, como ejemplo sitúan a los familiares de víctimas de atentados de ETA que presenciaron el horror de ver cómo herían de muerte a su ser querido.

Así lo vivió Isma, la novia de Abdelkader

“Estábamos en casa -relata la joven prometida de Abdelkader-, mi padre que es minusválido suele quedarse en lugar cercano a la puerta. Mi madre estaba más adentro y Abdelkáder y yo estábamos justo a la vuelta de la puerta de la calle, en una pequeña sala donde tenemos el ordenador. Escuchamos la puerta y mi padre se acercó a abrir. Justo en la sala donde estábamos hay una ventana que da precisamente a la puerta de la calle y se ve quién es. Oímos a alguien gritar ¿está Abdelkader?. Nos asomamos a esa ventana que teníamos en la sala y al vernos nos apuntó con la pistola y, no sé ni cómo, enseguida estaba ya dentro apuntando a Abdelkader. Yo le gritaba porque le conocía -Mohamed Larbi (el agresor) siempre iba detrás mía en el colegio y eso le ha durado todo este tiempo-. Le gritaba para que se fuera, pero apuntaba a Abdelkader. En un momento dado me apuntó a mí, y en seguida, cuando mi novio intentaba protegerse, empezó a disparar sin piedad. Abdelkader saltaba en una esquina para evitar las balas. Fue un momento interminable, no cesaba de oir disparos; me parecieron más de doce tiros. Yo veía como lo hería a la altura de la pelvis. Lo agarré para que parara; y sólo cuando quiso, porque paró cuando quiso, se marchó. Mi Abdelkader ya había caído y tenía muchísima sangre. Era un momento de desesperación e impotencia que no se lo deseo a nadie.

Perdía mucha sangre. Llamé al 112 enseguida y cuando llegaron tuvieron que estabilizarlo porque se moría. Lo peor de todo es que no comprendía nada.

No sabía por qué había ocurrido todo esto. Quería gritar, gritaba. Estaba desesperada y la policía me hacía preguntas como si yo conociera las respuestas. Lo único que me preocupaba era la vida de mi novio en ese momento, nada más. Igual no les contesté bien, pero no podía hacer otra cosa; estaba muy mal.”

Isma reconoce que Abdelkader “va a lo suyo, a sus cosas y no está pendiente de nadie más, es un niño muy noble. Por eso no entiendo cómo lo quieren mezclar en estos asuntos”, señaló visiblemente afectada.
 


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