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OPINIÓN - DOMINGO, 17 DE MAYO DE 2009

 
ANÁLISIS

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


LUNES. 11

Llevaba ya tiempo sin charlar con él. Porque había dejado de verle. Pero hoy he vuelto a coincidir con Francisco Marfil: Director-Gerente de Sanitas en esta ciudad. Y nos hemos puesto a parlotear. Y, además, con sumo gusto. Puesto que con Marfil resulta interesante hablar de lo que se encarte. Nacido en Las Cabezas de San Juan, aunque lleva en Ceuta una eternidad, siempre que nos encontramos me recuerda que la primera vez que oyó hablar de mí fue a su paisano, Manolo Delgado. Quien estuvo como futbolista en uno de los equipos que yo entrené. Por cierto, Delgado jugaba como los ángeles. De FM también he oído yo opinar a muchas personas. Durante muchos años. Y debo decir, justicia obliga, que muy bien. Marfil es amigo de sus amigos. Y hace gala de su esplendidez cada vez que la ocasión lo requiere. En fin, que me he alegrado de verle y de pegar la hebra con él.

MARTES. 12


A Enrique Palomino Pinillo, Director del B.B.V.A. Empresas, me lo presentó José Antonio Rodríguez, consejero de Gobernación. Y a partir de ese momento, cada vez que hemos tenido la ocasión, nos hemos puesto a charlotear sin tomarnos el menor respiro. Enrique es, sin duda, un gran conversador y persona suficientemente preparada para adentrarse en cualquier terreno. Eso sí, siempre con algo más que tacto y unas maneras que le distinguen. Hoy, repasando mis notas de cuanto viví en la Feria de la Primavera y del Vino Fino de El Puerto de Santa María, me he encontrado con que en ellas aparecía el nombre de Enrique. Prueba inequívoca de que estaba deseando referirme a él en esta miscelánea semanal. Sobre todo para pedirle las consiguientes disculpas. Ya que cada vez que lo cojo por banda, le doy la lata mundial con Iker Casillas. Y la verdad es que me soporta con estoicidad. Aunque a los dos nos encanta, todo hay que decirlo, sacar a relucir a amigos comunes y conocidos de los que hemos disfrutado en la Bahía gaditana.

MIÉRCOLES. 13


Los reunidos en el Tryp, mientras tomamos el aperitivo, hablamos de la final de la Copa del Rey y del fútbol local. Y sale a relucir la Agrupación Deportiva Ceuta de la temporada 71-72. Temporada en la cual yo vine como entrenador del Portuense a Ceuta. Me había hecho cargo del equipo sustituyendo a Ventura Martínez, magnífico técnico. Y quedaban doce partidos para salvar al equipo del descenso. En Ceuta perdimos por 2-1. Goles marcados por Díaz y Ormaza. El de éste de penalti y cuando faltaba nada y menos para acabar el partido. Pero lo que aún recuerdo perfectamente son los nombres de cinco jugadores que dejaron huella en esta tierra. Son Alcalá, Quinichi, Ormaza, Lima y Zacarizo. Y a mí se me ocurre, no sé por qué, decir que sería un detalle de buen gusto ofrecerles la posibilidad de que vinieran a Ceuta para rendirles un homenaje más que merecido. Todos los presentes dan por buena la idea y hasta se apuntan a participar en esa demostración de afecto. En el aire queda la propuesta.

JUEVES. 14


Con Carlos Chocrón suelo yo conversar muy a menudo cuando se encuentra en Ceuta. Hoy, recién llegado él de Madrid, me ha sido posible hacerlo. Y, como siempre, suele ponerme al tanto de algunos deseos suyos. En esta ocasión, se ha referido a una de las dinastías más significativas y con mayor peso de la historia de la joyería española de todos los tiempos: la de la familia Carrera. Y me ha hablado de su interés porque Manuel Carrera, primer orfebre, joyero y artista escultor de renombre universal, exponga en Ceuta. Luego hemos seguido hablando de cómo se las apaña para que la gente siga viniendo a visitar su joyería. Lo de Carlos es de un mérito incuestionable: sigue invirtiendo en esta tierra cuando lo tiene todo hecho. Y encima lo hace de manera que los visitantes lleguen mediante ofertas que son extraordinarias. Carlos Chocrón es un ejemplo de empresario. Y ya va siendo hora de que se le reconozca su enorme labor.

VIERNES. 15


Conozco a Salvadora Mateos Estudillo hace ya muchos años. Y debo confesar que siempre mantuvimos unas magníficas relaciones. Cuando se encartó no dudé en destacar algunas de sus intervenciones como concejala. Y tampoco fui cicatero a la hora de reseñar el enorme interés que ponía, en ocasiones, para solventarles problemas a los más débiles. Sin embargo, cuando creí que erraba en algunas declaraciones o que se metía en líos políticos innecesarios, también lo escribía. Hoy la he visto en la plaza de los Reyes y nos hemos puesto a charlar un rato. Y Salvadora Mateos, ‘Ory’ para los amigos, me ha confesado el mucho daño que le hizo verse sustituida como Jefa de la Oficina Única de Extranjeros. Sin que hubiera motivo alguno que posibilitara semejante decisión. La encontré dolida. Muy dolida. Y alegó a su favor causas que deseaba que yo conociera. La oí con suma atención. Como ella se merece. Pero a su vez le expuse cierta situación correspondiente a la campaña electoral de 2007, como ejemplo de lo que algunos socialistas, entre los que ella se encontraba, no debieron hacer nunca mientras se entrevistaba a María Antonia Palomo en un salón del Hotel La Muralla. Y es que de la memoria, por más que digan que es la inteligencia de los tontos, conviene echar mano cuando toca.

SÁBADO. 16


Recibo un saluda del presidente del Centro Gallego de Ceuta y toda su directiva, con motivo de la celebración del día de las Letras Gallegas. En esta ocasión, dedicada a la vida y obra de Ramón Piñeiro. Los directivos del Centro Gallego son muy amables conmigo. De modo que mi obligación es darles las gracias desde estas páginas. Y a ver si el domingo, que es cuando se celebra la conferencia, puedo saludar a Rogelio Martínez Vázquez. El presidente. Con quien nunca he hablado. Y creo que ha llegado la hora de pegar la hebra con él para conocernos mejor. No sucede así con Raimundo Romero Sánchez, secretario. Al cual suelo ver frecuentemente. Y charlamos cuanto nos apetece. Porque con Raimundo -desde que me lo presentó Benjamín Álvarez, con quien llevo ya muchos días sin alternar- he congeniado lo suficiente como para aprovechar cualquier momento para intercambiar impresiones.
 

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