Tras el estreno de su última producción, ‘Prohibido
suicidarse en primavera’, el director teatral Manuel Merlo
se muestra bastante orgulloso con el éxito y el trabajo de
los actores con los que ha puesto en escena esta obra de
Alejandro Casona. Sin embargo, Merlo reconoce una mayor
aceptación del público ceutí con las compañías de teatro
nacionales y, sobre todo, con los protagonistas que suelen
ser rostros conocidos a través de la televisión. Por ello
lamenta que el público “quiere ver actores famosos” aunque
confiesa entender el debate y no dejarse llevar por
implicaciones personales y profesionales para continuar en
la escena e incluso barajar la posibilidad de realizar algún
musical.
Pregunta.- Sólo veinte días de ensayo para una obra
poética que implica un puzzle completo de actores y
diálogos, ¿cual ha sido el resultado de ‘Prohibido
suicidarse en primavera’?
Respuesta.- Muy bueno, anacrónico, porque es la obra más
redonda que nos ha salido y preparada en poco tiempo. La
verdad es que Alejandro Casona es una joya y un lujo, con
personajes que beben de él y sacan toda la fuerza que el
autor quiere transmitir. Un trabajo dinámico, personajes que
entran y salen, más fácil de montar que si estuvieran todos
en escena.
P.- ¿Hasta qué nivel se han implicado los actores?
R.- Muy alto, con el aliciente de que el ochenta por cierto
son jóvenes, su segunda representación, el protagonismo lo
llevaron ellos y dejaron el listón altísimo. Satisfacción
general por su trabajo, por cómo han sabido desenvolverse en
escena quedándose solos sin actores veteranos y creo que si
quisieran, tienen madera, ilusión, entusiasmo. Lo tienen
todo.
P.- Con lo cual podríamos decir que a la juventud ceutí
le cautiva el teatro y entra dentro de sus preferencias...
R.- Sí y, además, de los que han participado en el montaje,
tres cantan muy bien así que podríamos hablar de incluso
futuros musicales.
P.- Entonces, ¿baraja ya la posibilidad de un siguiente
proyecto?
R.- Siempre hay algo en mente, cuestiones previstas como
para veinte años más.
P.- ¿Cual cree que ha sido el secreto de ‘Prohibido
suicidarse en primavera’, que ha llegado a más de 500
personas?
R.- La exaltación a la vida. Casona plantea siempre
situaciones dramáticas para poder resolverlas con alegría
mezclando una parte de humor y más liviana, y sobre todo,
por su exaltación a la vida, el amor, la esperanza, las
relaciones humanas, y eso nos deja en la reflexión de la
obra.
P.- ¿Los ceutíes acogen con el mismo entusiasmo a una
compañía teatral local que a una nacional?
R.- He vivido ejemplos muy cercano como el caso de una
señora que fue a comprar una entrada hace dos días y al ver
que éramos de aquí, dijo que no la quería. Es muy de pueblo
pensar que lo de fuera vale y lo de aquí no. Pero bueno,
ellos se lo pierden. También tengo que resaltar que en las
dos últimas escenografías hemos puesto mucho tesón en que
los personajes estén envueltos en un buen entorno en el que
se sitúa la acción y que el público disfrute con ese entorno
que el autor quiere transmitir. Y han causado un gran
impacto que no tiene nada que envidiar a las compañías de
fuera, superándolas con creces.
P.- ¿Quizás sea la imagen de actores que aparecen en
televisión la que vende entradas en la taquilla del teatro?
R.- Hoy por hoy vende la cara de la televisión; quien no
sale en televisión, no existe. Por desgracia, tenemos una
cultura televisiva y la gente quiere ver a los actores de
las series, las películas o incluso, los programas del
corazón. Ejemplos recientes en obras con actores famosos que
han dejado mucho que desear y el resto del elenco, no tan
conocido, ha estado mejor.
P.- En su evolución como director de teatro en la ciudad,
¿nota que el perfil del público ha variado?
R.- Antes no venían compañías extranjeras durante el
invierno y las cuatro que se veían, las hacíamos nosotros y
se llenaba el auditorio. Pero claro, jugando con símiles
futbolísticos, aquí sólo jugaba el Ceuta pero ahora viene el
Barcelona, el Madrid, el Sevilla o el Manchester. Entonces
la gente quiere ver lo de fuera y eso es lo que nos está
ocurriendo.
P.- Y como profesional de la escena, ¿cómo le afectan
estos cambios?
R.- No me afecta emotivamente ni mentalmente. Entiendo el
debate y ellos se lo pierden. Que nos gustaría tener el
teatro lleno, pues claro que sí pero la decisión que toman
me parece muy equivocada.
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