Diplomado en Magisterio y con la licenciatura en
Psicopedagogía a cuatro asignaturas que cree que podría
sacarse “en un trimestre”. Padre de mellizos, José Antonio
Carracao, el secretario general del PSOE de Ceuta, a sus
treinta años hace dos que fue antena territorial del
Parlamento europeo en la ciudad. Volvió al colegio donde
trabajaba tras la debacle del 27 de mayo de 2007, cuando
salió del Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea.
Después la política le llamó y lo dejó todo. “Me la jugué y
me quedé en la Delegación sin dejar de buscarme una salida
laboral estable para estar en política, donde no se puede
estar sin las espaldas cubiertas para poder volver cuando no
comulgues con lo que está pasando o cuando los ciudadanos,
en unas elecciones, o quien te nombra, en un cargo de libre
designación, pierdes tu puesto”. Ahí, como muchos jóvenes,
comenzó un periplo de oposiciones, “algunas de ellas
mediáticas”, hasta que terminó sacando una plaza en el
Ayuntamiento de Algeciras como administrativo que conserva
en excedencia. Esta es su “realidad”.
Pregunta.- ¿Su plaza en el Ayuntamiento de Algeciras
implica que su estancia en Ceuta tiene límite?
Respuesta.- Claro. Mi estancia en Ceuta tiene el límite que
marque el hecho de que deje de estar en un cargo público que
me permita mantener mi excedencia. Por eso mi objetivo
siempre ha sido estar al frente del partido hasta el próximo
Congreso Ordinario, que coincidirá con las próximas
generales. Aquí se habla mucho desde siempre de mí, pero yo
he dicho en mi partido y ahora públicamente que asumí la
responsabilidad de dirigir el partido porque me lo pidieron
y que mi compromiso llega hasta el próximo congreso a la
espera de lo que pase en las elecciones autonómicas y
generales. Debo mantener, trabajar, potenciar y ampliar el
partido para que al próximo congreso lleguemos fortalecidos
y haya una nueva decisión de la militancia.
P.- ¿En el próximo congreso, en 2012, dará un paso a un
lado?
R.- Expongo mi planteamiento a medio plazo. Me lo puedo
replantear, pero ahora mismo sólo pienso en dejar el partido
mucho mejor de lo que me lo encontré para que todos, yo y la
miltancia, podamos tomar decisiones.
P.- ¿Su idea ahora mismo es no repetir en la Secretaría
General?
R.- No. Mi idea es llegar a ese punto, hasta el que llega mi
compromiso, para hacer balance y tomar decisiones.
P.- Ha dicho que le “pidieron” que fuera secretario
general. ¿Quién?
R.- Me lo pide el partido y los compañeros que asumieron la
responsabilidad al frente de él.
P.- ¿En Ceuta o en Madrid?
R.- Tanto en Ceuta como en Madrid se demandaba un proyecto
joven que pudiese tirar del carro y que generase confianza
política. Yo mantuve conversaciones que a nadie pasaron
desapercibidas y… A pesar de lo que se pueda opinar lo fácil
hubiera sido decir que no. Mantener mi situación laboral en
la Delegación, que me exige un grado de compromiso muy alto,
y evitar una serie de circunstancias que sobrevinieron, pero
no se puede estar en el partido sólo para las maduras. Fue
un momento duro que se asumió y creo se recondujo. Poco a
poco vamos sacando las cosas adelante.
P.- La Asamblea Constituyente fue el 13 de diciembre,
hace cuatro meses. ¿Cuánto tiempo antes decidió usted sería
candidato?
R.- Poco antes. Hubo una conversación definitiva a finales
de septiembre porque no había margen para seguir con la
duda. Había que pronunciarse y decir si apostábamos a esta
candidatura o dejábamos paso a otras propuestas de quienes
tenían la responsabilidad del partido, que también tenían
sus propuestas igual que luego se plantearon otras
alternativas. Disipé la duda y decidí seguir adelante porque
además vi que tenía personas de mi total confianza, con
vocación e ilusión, para rodearme. Hablé con ellos, vi que
tenían ganas, que podían hacer algo, y tiraron de mí. Ahí se
inclinó la balanza.
P.- ¿Por qué decidió mantenerlo en secreto?
R.- No lo tenía claro, siempre lo dije.
P.- ¿Y cuándo lo decide?
R.- Por higiene del proceso. Yo era portavoz de la Comisión
Delegada y no me parecía que fuesen las formas decirlo hasta
presentar mi renuncia por escrito. En la vida y en política
es importante guardar las formas.
P.- ¿Asume errores en ese proceso?
R.- Yo tuve poca capacidad de decisión en el cómo se hizo
aunque era parte implicada y por lo tanto soy igual de
responsable que el resto de la Comisión Delegada, pero creo
que las decisiones que se tomaron fue por motivos que se
vieron entonces. Había un ambiente que exigió tomar
decisiones y creo que fueron acertadas.
P.- ¿Tiene previsto hacer algo con los excluidos
R.- Nada más que tener conversaciones con quien ha querido
mantenerlas. Hemos recuperado todas las fichas que recogimos
y que después se decidió que no participasen en el proceso
porque no estaban en el censo anterior, algo que me pareció
lógico, las hemos tramitado y hemos encontrado que el 90% de
quienes las presentaron han manifestado su deseo de
efectivamente ser militantes. No hemos puesto cortapisas a
ninguna y en cuanto todos hayan formalizado su primer pago
tendrán su carné.
P.- ¿Para qué abrieron el censo?
R.- A mí me pareció más lógico restringir la Asamblea a
quienes estaban en el censo porque abrir el censo en ese
momento daba pie a que hubiese gente con motivaciones
distintas, tanto para un lado como para otro, que viniesen
al partido no a trabajar por él, sino simplemente a
depositar un voto y nada más.
P.- Lo de los expulsados…
R.- No eludo la pregunta. Las personas a las que el partido
les dijo no a su militancia deben hacer lo que se les
indicaba en las cartas: comunicar con la Federal y preguntar
por qué. A mí ha habido personas que me han pedido que yo
enviase una nueva ficha pero yo no puedo tomar parte en las
altas ahora porque eso supondría, implícitamente, que
también lo hice entonces. Yo no le puedo decir al partido
que a quien le dijo que no hace cuatro meses ahora se le
diga que sí. El criterio sigue valiendo y el problema no era
que no estuviesen en el proceso, sino la falta de confianza
del partido, que también tiene derecho a decidir quién
milita en él, en ellos. Quien quiera recurrir debe dirigirse
a Madrid.
P.- Meter a Juventudes Socialistas en la Asamblea se
interpretó como una forma de asegurar su victoria
R.- Era fácil pensar así, pero la realidad es otra. Esa fue
una apuesta que hicimos, y ahí sí me incluyo como parte
activa en la toma de la decisión, porque como secretario
general de Juventudes sentí que habíamos mantenido la voz
durante el año largo de disolución. A la Gestora se la
incapacitó para hacer política en la ciudad y JSCE asumió la
voz política del partido.
P.- Incluso el PP les criticó
R.- Recuerdo lo que dijo su presidente [Pedro Gordillo] y lo
que yo le contesté. Los miembros de Juventudes fueron gente
valiente que, sabiendo cómo se conducen en Ceuta cargos con
capacidad de decisión del PP, estuvieron en una opción
política contraria de forma activa, criticando lo
criticable, poniéndose difícil acceder al mercado laboral.
Los jóvenes de JSCE saben que tendrán muy difícil acceder a
puestos de la Administración local. Eso es una realidad
porque hay personas en el PP que se jactan de controlar el
acceso. Había que reconocer a Juventudes su trabajo y, si
como dijo la Federal el criterio era aceptar a personas con
probada implicación y compromiso, JSCE no podía quedarse
fuera.
P.- Y ganó usted
R.- ¿Que fue determinante en la votación? Bueno, lo que se
demostró es que hubo una alternativa con posibilidades. Para
mí fue importante que la hubiera para enriquecer el proceso
democrático y para que yo siempre pudiese decir: se pudo
elegir.
P.- Pero no se debatieron proyectos, sino nuevas y viejas
rencillas
R.- En la Asamblea hubo dos discursos pero es verdad que no
nos ajustamos… Todo estaba muy dificultado por el cómo, pero
dentro de la sala deberíamos haber contrapuesto dos opciones
de futuro para encaminar el partido. Yo hice mi
planteamiento político pero por la otra parte creo que hubo
más una reivindicación de los ausentes y se quedaron en eso,
sin completar el proceso y presentar propuestas al Comité
Regional, por ejemplo. Tenían su derecho a hacerlo y yo
siempre he procurado que Juan Hernández no abandonase el
partido. Ha reflexionado y tanto yo como el partido contamos
con él.
La unidad de la izquierda
P.- Hernández apostó por la unidad de la izquierda como
proyecto político. Dejando a un lado ya la Asamblea, ¿qué
piensa al respecto?
R.- No tendré ningún complejo a la hora de trabajar,
colaborar y tener acuerdos más o menos permanentes con otras
formaciones, pero mi prioridad es fortalecer al PSOE, que
debe ser capaz de aglutinar en su seno a personas antes que
a siglas. Tenemos que ser capaces de tener dentro militantes
y colectivos de todo tipo y no integrarse en un compendio de
siglas simplemente. Mantengo esa idea, esa apuesta y esa
visión. Como líder del PSOE en Ceuta, del partido que
gobierna España, no puedo pensar que nuestro futuro pasa
sólo por ir de la mano de otros, pero eso no quita que
podamos alcanzar acuerdos, que los pidamos y los demos
cuando toque.
P.- ¿Será más fácil alcanzar esos contactos con líderes
políticos de su generación?
R.- La parte generacional es importante porque seguramente
tenemos un lenguaje que entendemos más fácilmente, pero creo
que la clave estará en mi posición política y personal. Hay
quien me ha querido criticar porque supuestamente pretendo
mantener las formas del presidente de la Ciudad. Yo no he
querido nunca compararme con nadie ni seguir modelos, pero
sí tengo una forma de ser dispuesta al diálogo y a escuchar
la crítica. Yo estoy dispuesto a hablar con todo el mundo y
a tener encuentros, pero a veces, como cuando convocamos
aquel acto por la situación en Oriente Medio, hablé con
todos los líderes políticos y sindicales de la ciudad para
que participasen y tomasen decisiones. Hubo personas que no
quisieron. Yo estoy dispuesto a colaborar y a trabajar, pero
si no se anteponen los intereses partidistas. Resumiendo, yo
me llevo bien con las personas de mi generación en todos los
partidos, pero tampoco me niego a hablar con nadie. A veces
hay que ver la posición que tiene la otra parte, sus
pronunciamientos públicos, que a veces impiden tener
cualquier encuentro político. Y hay personas que se asocian
con quienes están dando al PSOE un discurso de vendepatrias
y no implicados que es un hándicap.
P.- ¿Se ve de candidato a la Asamblea o a las Cortes
Generales?
A ninguno de los dos sitios. Mi trabajo en el partido es al
frente de la Secretaría General para que la ciudadanía tenga
una visión distinta y mejor de nosotros. Mi trabajo es
generar confianza. Que eso se traduzca en votos o no hay que
verlo porque la gente se fija en los candidatos, en sus
actitudes, en los programas… Mi prioridad es que los ceutíes
vean en el PSOE a un aliado, a un partido que antes que
socialista es ceutí, que se preocupa por esta ciudad y que
va a anteponer siempre sus intereses a cualquier otro. Para
esas cosas que usted me preguntan tienen que hablar los
militantes en votaciones internas y a mí sólo me tocaría
presentar propuestas y asumir responsabilidades.
P.- ¿Prefiere no someterse a las urnas, ser algo así como
un presidente del PNV, que no se involucra en las citas
electorales?
R.- Yo nunca eludo nada. Las decisiones las tomaré, en
cualquier sentido, desde la responsabilidad, pero no es algo
que me preocupe ni me ocupe ahora.
Veinte años sin ganar elecciones
P.- ¿Por qué hace veinte años que el PSOE no gana unas
solas elecciones en Ceuta? ¿Qué análisis ha hecho usted de
lo que hay que cambiar?
R.- Cuando un partido se pasa tanto tiempo fuera de donde se
toman las decisiones y de tener el poder el ciudadano
empieza a dejar de mirarlo. Hasta ahora no hemos sido
capaces de ser una alternativa porque quizá hemos estado muy
atentos a hacer oposición y hemos descuidado a nuestras
bases, que siempre han sido los trabajadores y los barrios.
No ha sido así, pero puede haber parecido que desviábamos la
atención, quizá por no estar físicamente allí tampoco. No es
un error de ahora, sino de antiguo, pero también ha influido
la actitud de acoso y derribo del PP con la españolidad de
Ceuta y la postura del PSOE hacia Marruecos.
P.- La imagen de vendepatrias
R.- Apoyados en los medios han conseguido que cale ese
mensaje. Sólo con algunos gestos hemos podido empezar a
levantar la cabeza y a sacar pecho. Parece mentira que
Zapatero haya tenido que venir aquí para que nadie piense
que los socialistas no queremos a Ceuta. Que hayan tenido
que venir los Reyes para que se confíe en el presidente, que
cuando defiende a Ceuta en Europa aparece como una noticia
residual, todo lo contrario que lo que sucedió con el famoso
sorbo de agua. Ceuta gusta mucho de dudar del PSOE por parte
de los creadores de opinión y hemos tenido que hacer muchos
esfuerzos y perder mucha energía en defendernos en lugar de
estar a lo que teníamos que estar, a los intereses
cotidianos de los ciudadanos.
P.- ¿No se están pasando ahora llevando decenas de
mociones sobre una misma barriada al Pleno?
R.- Hay una opinión creada al respecto. Se puede pensar que
son ñoñas, que ponen en evidencia un nivel político bajo… No
podemos ceñirnos a eso, pero sí reconocer que son mociones
fundamentales, para el partido y para el ceutí. Cuando el
PSOE va a una barriada, habla con los vecinos, sabe que
llevan ocho meses sin farolas, viviendo un clima de
inseguridad, y veinticuatro horas después el Gobierno
resuelve ese problema el ciudadano ve que servimos para algo
y nosotros sentimos que contribuimos al desarrollo de Ceuta.
P.- Pero aparte de eso, ¿qué mas han hecho?
R.- Hemos presentado iniciativas interesantes como nuestras
diez medidas para luchar contra la crisis, que demostraron
capacidad de iniciativa, que no es incompatible con la
sensibilidad y la preocupación por el detalle más cercano al
ciudadano, aún sin capacidad de decisión, porque somos la
tercera fuerza en la Asamblea. El PSOE debe ser capaz de ser
parte implicada en asuntos vitales como el REF o el Estatuto
y de hablar con el vecino para llevar sus problemas al
Pleno. Eso es la política y lo que da sentido a estar en
ella. La ciudadanía tiene que ver que podemos sentar las
bases del futuro y de resolver los problemas del día a día.
Nosotros hemos propuesto una Mesa de Juventud para hacer un
planteamiento de ciudad a diez años visto y el PP, que está
desnortado y sin rumbo, de parche en parche con criterios
efectistas, la rechazó. A mí me preocupa sentar las bases
del futuro y temo que dentro de unos años nos demos cuenta
de que hemos perdido tiempo y trenes como los de los fondos
europeos y la situación ya no tenga solución. ¿Qué hace el
PP por los jóvenes, la economía o el comercio en esta
ciudad? ¿Qué hace para no dejarnos algo más que unas arcas
con un gran endeudamiento? Nada.
P.- ¿Usted está contento con el trabajo del Grupo
Parlamentario?
R.- Esa es una situación o una impresión sobrevenida, tal
vez, por las declaciones de Inmaculada Ramírez sobre el
proceso. Lo hemos hablado y ha quedado todo zanjado. El
partido y yo de forma concreta estamos satisfechos con el
trabajo del Grupo. Es una maquinaria que hay que seguir
afinando, la de la relación entre el partido y el grupo, la
coordinación y las estrategias de trabajo, pero estoy muy
satisfecho con el trabajo de Inmaculada y Dris y con el de
quienes trabajan con ellos, Carlos y Noelia, también porque
hay que reconocerles que cuando no había partido ellos
siguieron dando la cara.
P.- ¿Por dónde pasa el futuro de Ceuta?
R.- Hay que sentarnos a decidir qué queremos hacer porque la
fuerza la tendría una propuesta consensuada. Cada uno
podemos tener nuestra visión, pero si fuésemos capaces de
marcarnos un rumbo entre todos sería fundamental.
P.- ¿Su proyecto económico?
R.- Ceuta tiene muchas potencialidades que el PP, por sus
complejos, no es capaz de incentivar. Estoy hablando de las
relaciones con Marruecos y de nuestro enclave geográfico. Lo
que el PP siempre ha presentado como un problema para
nosotros es una ventaja a potenciar, no sólo desde una
vertiente turística, sino también económica. Somos la puerta
de entrada de Europa en África y en Marruecos, que es un
socio principal de la UE. Hay que quitarse complejos porque
nuestro futuro, desde luego, no pasa por entregarse al país
vecino, pero tampoco por estar de espaldas a él. Nosotros
tenemos que contribuir al desarrollo del Norte de Marruecos
y establecer unas relaciones mucho más claras a nivel
comercial.
P.- ¿La aduana comercial?
R.- Hay que buscar fórmulas desde el respeto, porque
Marruecos es soberano y este es un juego a dos. Estoy seguro
de que ellos no se negarían a beneficiar a sus ciudadanos y
que nosotros también podamos prosperar. En que las dos
partes se beneficien es en lo que está trabajando el
Gobierno de España, pero la Ciudad debe colaborar y superar
el complejo intrínseco de su partido que le incapacita para
tener relaciones con Marruecos, que es por donde pasa
nuestro futuro económico en buena medida.
P.- ¿El PSOE pedirá formalmente una aduana comercial a
Marruecos?
R.- Yo no soy el ministro de Asuntos Exteriores pero sé que
las conversaciones entre España y Marruecos han buscado
puntos de encuentro para beneficiar a ambos países. Esas
cosas se han tratado.
P.- ¿Es partidario de pedir nuestra entrada en la Unión
Aduanera?
R.- Creo que ahí sí estamos todos de acuerdo en que hay una
serie de pros y de contras. Ahora hay que decidir dónde
ponemos el acento, en mantener lo que tenemos o en buscar
otras cosas. Esa reflexión tenemos que hacerla entre todos
de forma seria y rigurosa porque no tendrá vuelta atrás. Me
parece que ese proceso no se ha iniciado y es lo que
tendríamos que hacer.
El transporte marítimo
P.- Un obstáculo fundamental para nuestro desarrollo
económico es la carestía del transporte marítimo. ¿Cuál es
su propuesta para abaratarlo?
R.- Es difícil porque son empresas privadas las que prestan
el servicio. El Estao hace un esfuerzo importante en forma
de subvenciones, pero las navieras siguen subiendo los
precios.
P.- La atonía social al respecto tampoco ayuda
R.- Ya pero ¿qué hacemos? ¿Negarnos a utilizar el barco? Eso
es inviable. Que alguien de Algeciras vaya a La Línea a
comprar es normal, pero aquí nos rasgamos las vestiduras si
un ceutí sale a comprar fuera de Ceuta. El comercio no
podemos potenciarlo sólo obligándonos a comprarnos a
nosotros mismos. Si tenemos una dificultad para que vengan
consumidores desde Algeciras tendremos que captarlos en
Marruecos. Hay que apelar a la sensibilidad de las empresas
en el marco de los nuevos planteamientos internacionales que
apelan a una economía más ética. Hay que pedirle a las
compañías que entren en ese modelo, que se planteen si es
justo lo que están haciendo con los ceutíes, pero sobre todo
con los no residentes, que pagan mucho más. No veo una
solución sencilla y a veces escucho propuestas para poner en
marcha una naviera municipal, pero hasta que no se me
demuestre con un estudio a medio y largo plazo que es viable
no me parece una solución factible.
P.- ¿Le preocupa que seamos excesivamente dependientes
del Estado?
R.- A veces eso se ha planteado como algo negativo, pero en
esta crisis se ha demostrado que es un factor positivo. No
es un problema y a veces es una ventaja y una seguridad. La
cuestión es que tenemos que mantener esta seguridad, que
además se ve refrendada cuando en Madrid hay un Gobierno
socialista. No me preocupa la dependencia, sino que la
Ciudad se adormezca en esa realidad. Recibimos muchos
recursos del Estado y vamos a luchar para mantenerlos, pero
además hay que trabajar para crecer por nuestros propios
medios. Todas las ciudades fronterizas del mundo, a pesar de
sus problemas de índole social, son ciudades prósperas
porque tienen un movimiento que genera riqueza.
P.- ¿Cree, como Arreciado, que la brecha entre la Ceuta
“blanca, cristiana y funcionarial” y la musulmana
desempleada cada vez se hace mayor?
R.- No creo que en Ceuta haya una fractura social, una
división tajante entre dos ciudades. En Ceuta hay personas
que lo pasan muy mal y que merecen una atención preferente,
pero no debemos circunscribirlo a un colectivo étnico o
religioso. Es verdad que hay una parte de la población de
clase baja y lo que tenemos que hacer es equipararlos a la
clase alta, pero no se puede olvidar tampoco al resto de los
ceutíes. Ceuta no es una ciudad dividida por cuestiones
religiosas o económicas. Siempre hemos dado sobradas
muestras de saber convivir, de tener una multiculturalidad
real.
Elecciones europeas
P.- ¿Qué objetivo se ha marcado para las europeas, su
primera cita electoral como líder del PSOE?
Mi objetivo es ganar. Depende de nosotros y no me valen
excusas que apunten a que desmotivan o a que el PP es
hegemónico. Debemos trasladar nuestras propuestas, trabajar,
implicarnos y llamar, primero a la militancia, después a los
simpatizantes y por último a toda la ciudadanía para apostar
de forma masiva por una europea social y de izquierdas,
alternativa a la derecha que nos ha traído la crisis.
Estados Unidos ya ha hecho su apuesta y nosotros tenemos que
seguir ese camino.
P.- ¿Intentará que UDCE o el PSPC le apoyen en estos
comicios?
R.- Si ellos manifiestan una duda lo que deben plantearse es
qué Europa quieren. Son partidos que reconozco de izquierdas
y me parece que en unas europeas sólo eso debería hacerles
decantarse. El PSOE no tiene ningún complejo para hablar,
entablar relaciones o pedir y ofrecer apoyos. Aprovecho esta
oportunidad para pedirles que hagan esa reflexión conmigo,
la de la importancia de tener una Europa de izquierdas, y
que después tomen su propia decisión.
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