Unos que dicen que sí, otros que
dicen que no, pero la verdad del cuento esa no me la se yo.
Es la letra de una canción, aplicable a algo que no termino
de enterarme. Y no termino de enterarme porque sus señorías,
las que nos gobiernan, no se ponen de acuerdo, Y si ellos no
se ponen de acuerdo, ya me dirán cómo me voy a enterar de
qué es lo qué tenemos que hacer. Me explico.
El día antes de que se celebre el pleno sobre el estado de
la Nación, Jiménez y Aído anuncian que se dispensará en las
farmacias sin necesidad de receta y sin límite de edad la
“píldora del día después”. Por otro lado el ministro de
Trabajo, Corbacho propone fomentar la natalidad como
“primera medida para asegurar las pensiones”. A ver cómo le
ponemos al niño. ¿Fomentamos la píldora del día después o
fomentamos la natalidad?.
El asunto de la píldora del día después, parece como muy
progresista, según dicen los progresistas que, en la mayoría
de las ocasiones, no saben lo que es y lo que significa ser
progresista. Pero si lo dicen los entendidos en la materia,
aunque no me lo crea, debe ser progresista el asunto.
Hay algo que me choca enormemente lo de “sin límite de
edad”. O sea, por un suponer, una nena de dos añitos
cumplidos, le puede decir a su padre: “papá, para los reyes
quiero una Barby y la píldora del día después. Por si las
moscas, como los reyes vamos al jardín a jugar con los
niños, me trae par de ellas, que nunca se sabe lo que puede
pasar. Oiga, no se extrañen, que los niños de hoy día son
tan adelantados a su tiempo que nacen con los ojos abiertos.
Un niño de dieciséis años puede decidir abortar sin dar
explicación alguna. Pero ese mismo niño, le da a usted una
puñalada que le deja más “seco que un volao”, en tiempo de
poniente fuerte, y no tiene responsabilidad penal alguna por
ser menor de edad. La cosa me cuesta trabajo entenderla.
Bueno a lo que vamos, que se me ha ido la olla y me he
metido en un lío del que no se cómo salir. Que ante la
medida progresista del asunto de “la píldora del día
después”, con lo que se evitarán embarazos no deseados, el
ministrote trabajo nos dice que para asegurar el pago en un
futuro de las pensiones es necesario que los españoles
tengan más niño. Vamos que aumenta la natalidad.
Y, naturalmente, es llegado el momento de estudiar las dos
cosas, contradictoria entre si, es cuando me hago un lío que
me hace comerme las pocas neuronas que le quedan a mi
maltrecho cerebro. Y la pregunta del millón sería: ¿Hay qué
aumentar la natalidad o no hay que aumentarla?.
Sopesando los dos asuntos, contradictorio entre si, me
inclino por apoyar la propuesta del ministro para que,
llegado el momento, todos aquellos que están cotizando
puedan cobrar su pensión, aunque el asunto no sea tan
progresista como intentar que no vengan mas niños al mundo.
Desde mi personal, particular e intransferible punto de
vista, es más sensato y estaría mejor visto que vengan niños
al mundo para que, aquellos que se han dejado el alma
trabajando, cuando les llegue la hora de decir adiós, que es
cuando más se necesita el dinero, tengan el suficiente para
comer cada día ¿O no?
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