El secretario de Movimientos Sociales y Relaciones con las
ONGs de la Ejecutiva Federal del PSOE, Pedro Zerolo
(Caracas, Venezuela, 20 de julio de 1960) volvió ayer a
Ceuta tres años y medio después de que nos visitase tras las
avalanchas de centenares de inmigrantes subsaharianos sobre
las fronteras de las dos ciudades autónomas para volver a
lanzar un mensaje cargado de valores. Zerolo sigue siendo,
igual que entonces, un artista en el manejo de la oratoria y
un político fino que sin parecer crispado no pierde la
oportunidad de dejar claras las diferencias que, desde su
punto de vista, separan el proyecto “igualitario” y “de
progreso” de su partido del PP, eje del movimiento que se
opone “a todo”.
Pregunta.- Los movimientos sociales, como las oenegés,
tienen su origen su origen “en las crisis de las
organizaciones de izquierda, principalmente partidos
políticos y sindicatos”. ¿De qué manera se establece la
interlocución entre el PSOE y esas entidades desde la
Secretaría que usted dirige? ¿Qué recibe y qué aporta cada
parte en esta relación?
Respuesta.- Los principales movimientos sociales nacen de
los procesos de emancipación personal como son el movimiento
feminista, el movimiento obrero, el movimiento
antiesclavista, el antirracista… de muchos de los cuales,
por no decir casi todos, participamos las organizaciones de
izquierda y los partidos políticos y sindicatos. Yo dirijo
la secretaría de Movimientos Sociales y Relaciones con las
ONGs del PSOE, y en ella trabajamos cotidianamente, desde la
independencia de cada cual, en mantener una interlocución
constante con todas las organizaciones y movimientos.
Nuestro trabajo es fundamentalmente ser los ojos y los oídos
del partido para trasladar las demandas de estas
organizaciones a los gobiernos socialistas. Lo fundamental
en esta relación es que tratamos de mantener una
comunicación permanente, sea esta para los acuerdos o para
las discrepancias.
P.- ¿Cómo se está notando la crisis económica en ese
sector de la sociedad, tan dependiente de las aportaciones
institucionales y particulares?
R.- Este Gobierno sitúa la lucha contra la pobreza, la ayuda
a las personas y colectivos excluidos o en riesgo de
exclusión social, y la atención a las personas dependientes
como objetivos prioritarios de su política social. No sólo
es que no haya disminuido sino que han aumentado este año
los recursos disponibles para la acción social, hemos pasado
del 0,5 del IRPF para fines sociales al 0,7. Por otro lado
la ejecución de las políticas sociales exige de las ONG un
permanente esfuerzo de adecuación a las nuevas necesidades
sociales emergentes, la incorporación en su seno de procesos
de mejora continua y la máxima transparencia financiera y de
gestión, en la línea marcada por el Plan Estratégico del
Tercer Sector de Acción Social. Creo que las organizaciones
sociales gozan de muy buena salud en nuestro país en una
gran mayoría.
P.- ¿Se corre el riesgo o se ha caído ya en él de que las
organizaciones no gubernamentales se conviertan en brazos
subsidiarios del Estado para llegar allí donde este no puede
por sus propios medios? ¿Teme que se pueda llegar o percibir
una ‘subcontratación’ de la solidaridad?
R.- Lo primero sería dejar claro que la solidaridad no puede
ser ni contratada ni subcontratada. Las Organizaciones no
gubernamentales (ONG), son entidades de carácter privado y
que dentro de sus diferentes estatus, ya sean como
asociación, fundación, cooperativa, etcétera, cumplen con
fines solidarios, de acción social, contra la exclusión, de
ayuda humanitaria y cooperación, salud pública,
investigación, ecología…. El Gobierno de España, nunca ha
tratado que las ONGs reemplacen sus obligaciones, sino por
el contrario existe un deseo de contar con estas
organizaciones para poder actuar con mayor eficacia y de
forma coordinada en ámbitos que requieren de apoyo y
compromiso de toda la ciudadanía. Por tanto lo que se debe
hacer, aunque otra cosa es que los gobiernos, especialmente
de la derecha lo hagan, es tratar de implementar las
políticas sociales para hacerlas más efectivas.
P.- ¿Cree que los escándalos conocidos en algunas
organizaciones no gubernamentales han hecho mella en su
credibilidad y en su capacidad de atracción para la
ciudadanía?
R.- Creo que la ciudadanía española tiene confianza en el
Gobierno y en la legislación que regula la actividad de las
organizaciones no gubernamentales, y que la loable labor que
se realiza desde las ONGs españolas dentro y fuera de
España, les ha merecido la confianza y el respeto de la
ciudadanía nacional y de la mundial.
P.- ¿Usted diría que España es un país solidario?
R.- Lo digo y lo afirmo, la ciudadanía española es abierta y
solidaria, y el Gobierno Español es un gobierno solidario,
dentro y fuera de nuestras fronteras.
P.- El lema de su Secretaría es ‘Por una España
participativa’. ¿Qué moviliza, qué incita a la participación
a los españoles?
R.- El lema ‘Por una España Participativa’, se origina de
nuestro deseo de impulsar y promover un país participativo
con una sociedad civil organizada, fuerte y crítica,
manteniendo una permanente labor de interlocución y
colaboración con las organizaciones y nuevos movimientos
sociales, que han demostrado su capacidad de trabajar a
favor de las políticas progresistas. Realizamos un arduo
trabajo creando mecanismos de dialogo, cooperación e
interrelación, dando un paso más allá que el simple
intercambio de opiniones y propuestas, generando un
entendimiento y una dinámica de redes de colaboración entre
las distintas asociaciones, y entre las asociaciones y el
partido, desde el respeto y la independencia de cada cual.
P.- ¿Cómo se conjuga, en su caso, la vocación política
con la vida asociativa?
P.- Yo tengo claro que la mejor opción de progreso es el
socialismo, por lo que entiendo que entra dentro de mi labor
como político socialista apoyar las iniciativas existentes e
indagar sobre como fomentar y abrir nuevas vías de
participación ciudadana, sintiendo como siento que la
participación es una necesidad de la ciudadanía para evitar
la desafección que la derecha trata de provocar en la
ciudadanía hacia la política y los asuntos públicos.
P.- Nuestro país ha visto durante los últimos años la
gran expansión del fenómeno inmigratorio. ¿Cómo evalúa la
capacidad de recepción y acogida que han tenido los
españoles? ¿El contacto directo con minorías étnicas nos ha
hecho más tolerantes o, al contrario, más reaccionarios?
R.- Creo que desde la llegada al Gobierno de José Luis
Rodríguez Zapatero pasamos de una política de extranjería,
que era la que realizaba el PP, a una política de
inmigración. Y esta se ha basado en la canalización de los
flujos migratorios, la relación de estos flujos con el
mercado laboral, el respeto a la ley y a los derechos
humanos. Por otro lado hemos apostado por primera vez por la
integración de los inmigrantes. Pasamos de 6 millones de
euros para integración con el PP a 200 millones anuales para
este fin. Nadie abandona su tierra y su familia si no hay
algo que le mueve a ello, y en la mayoría de los casos son
el hambre, la guerra, las dictaduras las que provocan este
efecto huida. Creo que a pesar de la rápida expansión del
proceso migratorio en España la ciudadanía española ha
sabido reaccionar, en general, de forma ejemplar y con gran
capacidad de acogida, y todo ello a pesar de la estrategia
de deterioro y abandono de los servicios públicos de la
derecha, que hace competir a los ciudadanos con menos
recursos en las míseras atenciones que presta, y ahí es
donde se produce la tensión. Una estrategia de la derecha
para tratar de sacar rédito político del fenómeno
migratorio.
P.- ¿Usted cree que los gritos racistas que cada semana
se pueden oír en los campos de fútbol son hechos aislados o
el síntoma de una enfermedad más extendida?
R.- Creo que el racismo, como la xenofobia, el machismo o la
homofobia son síntomas de un mismo trastorno, y que se
combaten con educación, educación para la ciudadanía. Los
actos de racismo sean más aislados o menos hay que
combatirlos y responderlos con contundencia siempre,
provengan de quien provengan.
P.- ¿Y si en lugar de razas hablamos de religiones?
¿Comparte la impresión de que los atentados del 11-M
supieron ‘digerirse’ adecuadamente o han supuesto un lastre
de desconfianza y recelo extra sobre los musulmanes?
R.- Nunca ha sido fácil para mi recordar los atentados del
11-M que costaron la vida a 191 personas, provocaron más de
1.500 heridos, destrozaron familias y conmocionaron a la
sociedad española y mundial. La sociedad española ha sabido
estar a la altura ante estos terribles acontecimientos, y ha
sabido diferenciar entre los integrismos religiosos y las
mujeres y hombres musulmanes que viven en nuestro país. Los
integrismos religiosos siempre son peligrosos, sean estos
musulmanes, católicos o judíos.
P.- Ha venido a Ceuta, entre otras cosas, para participar
en una actividad del Grupo Árabe Socialista. ¿El ‘moro’
sigue siendo el gran rechazado en España?
R.- En España son muchas las personas de origen y cultura
árabe que residen, con una realidad de enorme diversidad,
teniendo en cuenta el origen berebere, norte africano, de
oriente próximo, etc. Desde la Secretaría Federal de
Movimientos Sociales y Relaciones con las ONGs del PSOE
hemos apostado por el acercamiento y la visualización de la
realidad de la población de origen y cultura árabe, y con el
Grupo Federal Árabe Socialista se apuesta por un espacio de
participación política de militantes y simpatizantes
socialistas de origen y cultura árabe, haciendo visible
dentro del PSOE una vez más las distintas realidades que
forman parte ya de la ciudadanía española, y desarrollando
la idea de que España somos todas y todos.
P.- ¿Hemos avanzado en esa materia o percibe
estancamiento en la erradicación de prejuicios?
R.- Desde el Gobierno de España se apuesta por la igualdad
de trato y de consideración de todos los que vivimos aquí,
avanzando en derechos para todos y erradicando los focos de
intolerancia. Para ello el Gobierno va a enviar al
Parlamento el Proyecto de Ley Integral para la Igualdad de
Trato y contra la discriminación, que pretende establecer
instrumentos para asegurar que nadie es discriminado por su
procedencia, color de piel, religión, edad, orientación
sexual… tanto en el empleo como en el acceso a bienes y
servicios.
P.- De usted depende, desde el partido, “el seguimiento
de la acción del Gobierno” en materias como las que hemos
tratado y otras (identidad de género, derechos humanos...).
¿Qué es lo mejor que se ha hecho durante los años de
Gobierno de Zapatero en estos asuntos y qué es en lo que
habría que incidir más?
R.- El Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero, ha
reforzado la aplicación de políticas sociales, se ha puesto
en marcha el Sistema Nacional de Dependencia, el cuarto
pilar del Estado del Bienestar, el nuevo derecho de
ciudadanía que ha reconocido la Ley de Dependencia, ahora
las y los ciudadanos que no pueden valerse por sí mismos y
sus familias tienen derecho a recibir los servicios y
prestaciones que contempla la Ley de Dependencia.Tenemos un
Gobierno paritario que respeta y defiende la igualdad de
derechos entre los hombres y mujeres, se aprobó la Ley de
Medidas de Protección Integral contra la Violencia de
Género, siendo una ley pionera en Europa, que sirve de
ejemplo para muchos otros países en Europa, Latinoamérica y
en el resto del mundo. Se han escuchado las peticiones y
tomado en cuenta las opiniones y requerimientos de
asociaciones y colectivos de mujeres, ya tenemos la Ley de
Igualdad, para conseguir la igualdad real y la ausencia de
discriminación por razón de género, trabajando para
conseguir la conciliación de la vida familiar y laboral y
una mayor presencia de la mujer en puestos de
responsabilidad públicos y privados.
P.- ¿No cree que los resultados se están viendo muy
lentamente?
R.- Creo que ha sido la legislatura de los derechos y de la
igualdad más importante de toda la historia de nuestro país,
y también hemos reconocido la dignidad de las mujeres y
hombres homosexuales y transexuales. Ahora, como resaltó el
Presidente Zapatero en el debate de la Nación del pasado
miércoles, las organizaciones del tercer sector de la acción
social están llamadas a la participación en el nuevo modelo
productivo, dejando patente la apuesta de este Gobierno para
que las organizaciones sociales desarrollen un papel
importante en las propuestas para salir de la crisis y
evitar la exclusión social de los sectores más vulnerables
de nuestra sociedad.
Contra la homofobia y el machismo
P.- Con los ecos de la polémica generada alrededor del
reconocimiento del derecho de los homosexuales al
matrimonio. ¿Cómo valora la acogida social de las políticas
socialistas en materia de género y orientación sexual?
¿Somos más o menos homófobos y machistas de lo que la hacen
parecer algunas noticias y declaraciones políticas?
R.- En primer lugar señalar que la ley de matrimonio para
toda la ciudadanía se hizo con un apoyo de tres de cada
cuatro españoles según todas las encuestas, hasta las que
hicieron los medios conservadores lo señalaban. Por tanto la
polémica fue una polémica que no respondía al sentir
ciudadano, y creada ficticiamente por los sectores
ultraconservadores de la jerarquía de la iglesia católica y
del PP. Sectores que tienen mucho poder y muchos medios,
pero a los que la ciudadanía española nunca apoyó en esta
materia. Tanto es así que hasta los propios militantes del
PP le piden a Rajoy que retire el recurso de
inconstitucionalidad a la ley de matrimonio. Cuatro años
después no se ha roto la familia como auguraban los que no
quieren que nada cambie, y el apoyo a estas medidas ha
crecido. Si bien es verdad, y ya lo denunciamos, que la
actitud de la jerarquía católica y del PP iba a incrementar
los niveles de violencia homófoba, como así ha sucedido por
parte de una minoría intransigente, violenta y reaccionaria.
Pero quiero recordarle que los mismos que se opusieron a la
ley de matrimonio o la ley de identidad de género, son los
mismos que se oponen al uso del preservativo, al divorcio,
al uso de las técnicas de reproducción asistida, la
investigación con células madres… si por ellos fuera este
país sería todo lo contrario de lo que ha querido la
ciudadanía española en todos estos años.
P.- ¿Que es...?
R.- Un reciente informe de la Agencia Europea de Derechos
Humanos sobre la homofobia en Europa señala las políticas
llevadas a cabo en España como un ejemplo para combatir la
homofobia. Y por tanto el machismo. Creo que en esta materia
la sociedad española ha cambiado mucho, y ello ha sido
también fundamentalmente por la labor desarrollada por los
colectivos reivindicativos de lesbianas, gays, transexuales
y bisexuales.
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