El martes tuvo lugar en Rabat otra
vuelta de tuerca organizada por el Centro por la Memoria
Común y el Porvenir” (CMCA), presidido por el profesor
Abdeslam Boutayeb, quien en colaboración con el diario
“Achorouk” convocó alrededor de una mesa redonda a
diferentes representantes del arco político marroquí. El
centro, que actúa en cierto modo con criterios de diplomacia
paralela y se encuentra oficiosamente respaldado por el
Estado marroquí por medio de diferentes entidades (lo que
introduce un interesante matiz cualitativo), intenta tras
diferentes fases forzar la apertura de algunas
reivindicaciones pendientes, como en este caso el asunto de
los gases tóxicos empleados por el ejército español en la
última fase de la guerra del Rif, sin olvidar atizar la
reivindicación Ceuta y Melilla. ¿Un mero posicionamiento de
la sociedad civil…?; ¿hasta qué punto las autoridades
marroquíes alientan o utilizan, en función de diferentes
parámetros, estos movimientos….?. Para mí no cabe duda,
conociendo los vicios y las virtudes de los vecinos con los
que, por otro lado, estoy íntimamente relacionado, que su
sutil estrategia a medio y largo plazo contempla la
utilización de diferentes medios en sus reivindicaciones:
desde la diplomacia clásica a la “paralela”; desde las
movilizaciones y marchas sociales hasta el manejo táctico de
los conflictos de baja intensidad, de los que el vecino del
norte, España, siempre ha sido la víctima propiciatoria
ideal máxime en los últimos años, dada la nula capacidad de
respuesta de nuestro país. Terreno que se abandona, terreno
que se ocupa… Y a España la están barriendo en El Estrecho.
La última y torpe maniobra en Nador del señorito al frente
del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Alberto Sáiz, al
bajarse sin necesidad ni vergüenza los pantalones (ignoro
hasta que punto Zapatero estuvo al tanto del ridículo)
dejándose apabullar por su colega Mansouri (otro al que
también le falta un hervor), no ha hecho sino animar a los
marroquíes (buenos son ellos) a seguir pinchando… y
avanzando hasta donde les dejen. Visto.
Volviendo a la mesa redonda de Rabat y en la que
participaron varios líderes políticos en representación del
MP (Movimiento Popular, bereberes), RNI (Agrupación Nacional
de Independientes, tecnócratas de centro), PPS (Partido
Popular Socialista, izquierdistas) y PJD (islamistas
parlamentarios), probablemente el que tuvo una actuación más
centrada y responsable ante la demagogia imperante fue Saâd
El Othmani, presidente del Consejo Nacional del PJD (Partido
de la Justicia y el Desarrollo), quien aun manteniéndose
obviamente dentro del guión oficial enfatizó en su discurso
palabras de acercamiento a España (algo de lo que debería
tomar buena nota el embajador Luís Planas), mirando sobre
todo hacia el futuro: “Estamos abocados a cooperar y a
encontrar denominadores comunes”, pues “Lo que enriquece
nuestra historia común es mucho más que las preguntas
pendientes”.
Por lo demás la buena noticia ha sido la puesta en libertad
ayer, en la comisaría de Tetuán, de dos ceutíes que el
pasado domingo habían sido interceptados en un coche que
cruzaba El Tarajal, al encontrarse casualmente en el mismo
un ciudadano marroquí en busca y captura que, a última hora,
se había subido al mismo. Huelga proclamar la inocencia de
los dos ceutíes de confesión musulmana, que desde el primer
momento fueron atendidos en la misma comisaría por los
servicios del Consulado de España en Tetuán, quien actuó en
todo momento con diligencia y eficacia.
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