Tres ceutíes han vivido una odisea que quieren “olvidar
cuanto antes” después de ser detenidos en la frontera
marroquí el pasado domingo cuando viajaban en compañía de
dos amigos, uno de los cuales pesaba una orden de busca y
captura en Marruecos por supuestamente tener un conche que
fue ‘pillado’ en el vecino país con hachís. El hecho cierto,
al parecer, es que el vehículo es doblado, esto es, con las
matriculas y bastidor copiados, lo que les conllevó ser
tratados como cómplices del presunto delincuente, un
marroquí residente en Ceuta que aún permanece en prisión en
tanto que los demás fueron liberados ayer.
Los ceutíes Naufal, Yamal y Hamza, han sufrido en sus carnes
los rigores de una “extrema” actuación policial en el lado
marroquí de la frontera con Ceuta cuando en la tarde-noche
del pasado domingo viajaban al vecino país en compañía de
dos amigos marroquíes residentes en la ciudad, uno de los
cuales figuraba como propietario de un vehículo interceptado
por la policía marroquí con hachís en su interior, según ha
podido conocer este diario con posterioridad. Aunque a las
21’00 horas de la noche del pasado domingo, los agentes de
la autoridad les hicieron bajar del vehículo, sin dar más
explicaciones, los ubicaron en un cuarto interior de la
aduana marroquí, les quitaron los pasaportes españoles y,
casi una hora después, les retiraron los teléfonos móviles y
los esposaron, según relataron a EL PUEBLO los protagonistas
tras su liberación a media tarde de ayer para trasladarlos
(sin explicación alguna) hasta Tetuán. “No os preocupéis
allí os harán unas preguntas y os soltarán” les comentaron
los policías.A partir de ahí la odisea no hizo más que
empezar. Sin mediar más palabras y sin atender explicaciones
algunas, los miembros de la seguridad marroquí introdujeron
a los ceutíes en una sala de la Comisaría Central donde los
que estaban de guardia intentaban localizar “al jefe”. No
hubo manera. Así que les obligaron a pasar la noche. Al día
siguiente, lo que tenía que ser un mero trámite (por error)
se convirtió en una pesadilla. Uno de los ‘jefes’ les
preguntaba por varios nombres de individuos, les inquiría
por el coche presuntamente ‘doblado’. Ante la constante
negativa les obligó a bajar a los calabozos. Allí les
tiraron a los piés más de 40 kilos de hachís asegurando los
policía que eran de ellos y que iban a estar más de cinco
años en la cárcel. Separaron al grupo y dejaron en una
habitación anexa a Youseff El Hihi (un marroquí criado en
Ceuta estudiante que fue en colegio del Príncipe Felipe e
Instituto Almina). Allí oían como preguntaban, golpeaban e
insultaban a Yosusef a quien vieron entrar con los ojos
tapados. Oyeron el sonido de un cortafrío, al tiempo que
otro se acercaba al habitáculo del grupo para decirles que
tenían que hablar porque sabían quiénes eran y lo que hacían
en Ceuta. “Allí lo sabemos todo”, dicen que les decían.
“Cambia el comisario, pero todo sigue como antes”
Amigos de los afectados, que denunciaron a este medio los
acontecimientos, no se cortaron un pelo a la hora de señalar
que en la frontera “sigue pasando las mismas cosas que antes
pese a la llegada de un nuevo comisario a Bab Sebta”.
Criticaron que “sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, los
agentes actuantes el pasado domingo decidieron ‘motu propio’
realizar estas detenciones para apuntarse simplemente un
tanto y no importándoles caer en el error en el que cayeron.
Aprovecharon que no estaba ni el nuevo comisario, ni nadie
con peso para tomar esta decisión”. “Cambia el comisario,
pero todo sigue igual”, dijeron.
El consulado entró en acción en la misma mañana del lunes,
localizó a los familiares en Ceuta para comunicarles la
noticia y atendió a los tres ciudadanos españoles a los que
procuró tabaco y alimentos. Así pasó la jornada del lunes, y
la del martes “asustados” para, ser puestos ante el juez el
miércoles (72 horas después). Pese a que lo previsible era
conocer su puesta en libertad sin cargos a lo largo del
mediodía, la espera se alargó en exceso. Más allá de las
18’30 horas españolas (16’30 en Marruecos).
Inocentes de todo
Los tres ceutíes y el compañero marroquí se declararon
inocentes de todo y desconocedores de la situación policial
contra uno de los amigos marroquíes que viajaban en el mismo
coche en la tarde-noche del pasado domingo. Iban a
Marruecos, como habitualmente hacían en innumerables
ocasiones, pero de nada sirvieron ni las explicaciones ante
los agentes, ni ante la jefatura en Tetuán. “Les han querido
pringar un marrón sin causa”, argüía uno de los amigos de
los detenidos. En realidad, lo agentes de la frontera
marroquí los llevaron “engañados hasta Tetuán” .
En libertad pero tendrán que volver
Pese a que supuestamente el informe policial admite que los
dos ceutíes “se encontraban en el momento y en el lugar
equivocado”, tendrán que regresar a prestar declaración ante
el Juez el día 27.
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“Sentimos discriminación. miedo y no entendíamos nada”
Los afectados por esta ‘odisea’
han asegurado haber sentido “miedo, discriminación en el
trato y un estado de agobio y desesperación muy alto”, han
reconocido los tres jóvenes ceutíes que relataron esta
historia nada más cruzar la frontera, de vuelta a España.
“Lo peor que hemos llevado eran las amenazas, la coacción, y
el maltrato psicológico cuando nos decían que eramos los
dueños de un lote de hachís que nos arrojaron a los pies”.
No podían llamar a nadie, aunque sí es cierto que desde la
Comisaría Central de Tetuán contactaron con el Consulado
español, así lo confirman fuentes consulares consultadas.
Una mujer enviada por el cuerpo diplomático en Tetuán
atendió y se interesó por la situación. El Consulado realizó
algunas gestiones paralelas al abogado nombrado por la
familia de los ceutíes detenidos.
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