La admisión a trámite de una reprobación pública contra
Benedicto XVI por unas consideraciones morales, efectuadas
desde una posición religiosa, sobre el uso del preservativo,
donde exponía que la solución contra el sida no es esa, ya
que “aumenta el problema”, como diferentes expertos abalan,
refiriéndose a los fallos técnicos de las gomas y el aumento
de la promiscuidad que conlleva el sexo entendido como
desfogue libidinoso, que posteriormente fueron
descontextualizadas por cierta prensa y partidos
extremadamente críticos con el catolicismo.
La iniciativa partió de IU-ICV, siendo respaldada por PSOE,
CIU, PNV y dentro del PP, por Ana Pastor y Villalobos, ésta
última del “ala laica” de la formación centroderechista.
Sobre éste asunto se ha leído y escuchado de todo: discurso
temerario del pontífice, atentado contra la salud y la
población mundial... por poco si no fusilan a Benedicto XVI
en nombre de la intolerancia y el pensamiento único los que
se creen dueños de la democracia y la libertad de expresión.
Obama y Zapatero han defendido en público posiciones a favor
del aborto y de la experimentación con células embrionarias,
donde se destruyen auténticas vidas humanas, y nadie ha
alzado su voz de reprobación, qué curioso.
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