Vuelvo con el tema, la prensa en
el aula. Aquellos que nos embarcamos en la aventura nos
sentimos satisfechos con su aplicación, ya que hicimos de la
escuela un lugar de encuentro más útil y abierto a la vida,
en el que la estricta transmisión de conocimientos reglados
no sea la única función educativa. En una sociedad como en
la que vivimos, caracterizada por el avance tecnológico y,
donde los acontecimientos se suceden con una velocidad de
vértigo, un instrumento de cultura, como es el periódico, no
puede quedar al margen del proceso de aprendizaje.
Sugiero, a través de esta página, la actividad escolar
referida al cambio climático, que se vería enriquecida por
la polémica establecida sobre la realidad del mismo. El tema
sería ideal para alumnos de la ESO. El proceso del trabajo
se vería favorecido por los que estuviesen a favor y los que
estuviesen en contra. El debate sería interesantísimo.
En reciente información, se decía “que ya ha empezado a
bajar la temperatura de la Tierra; el enfriamiento global
está en camino”. Quien así se manifestaba era un miembro del
Comité de Medio Ambiente del Senado Norteamericano. Su
argumento: “ este invierno ha hecho tanto frío que ya nadie
puede creerse lo del calentamiento global”.
Numerosos científicos contra el cambio climático, tienden a
demostrar que la alarma sobre el calentamiento global, no
tiene base científica suficiente. Es cierto que, el reciente
pasado invierno ha sido muy duro en Norteamérica, parte del
mundo debido al fenómeno de la “Niña”, una corriente fría
que contiene las lluvias y hace descender las temperaturas
por debajo de lo normal, efecto contrario al “Niño”, que
cada ciertos años se registra en la zona un incremento de la
temperatura de las aguas, acompañado de lluvias mucho más
intensas. Los expertos insisten en la insignificancia de las
bajas temperaturas del invierno citado, para contradecir el
calentamiento del planeta. En resumen: muchos “expertos”
dispuestos a frivolizar sobre el tema, sea por defender los
intereses de la industria, naturalmente reacia a recortar
las emisiones tóxicas y el consumo energético, sea por
contradecir a la “estrella” política norteamericana en este
debate, el exvicepresidente demócrata Al Gore, Premio Nobel,
por su ingente labor de sensibilización; Gore no se ha
librado, sin embargo, de algunas críticas. Su película: “Una
verdad incómoda” fue cuestionada en el Reino Unido –también
en otros lugares- como una exageración, apta para la
propaganda, pero no para educar en las escuelas.
Algunos expertos, “advierten de que para discernir el
alcance preciso de la influencia humana, haría falta aún
muchos años, intentando limpiar la señal del ruido que la
distorsiona”.
Pensar que, los datos de un solo año, son suficientes para
darle la vuelta la bien establecida teoría, de que los gases
de efecto invernadero calientan el planeta “es, en el mejor
de los casos, una pérdida de tiempo, y en el peor, una
distracción perniciosa”.
Por otra parte conviene tener en cuenta los fenómenos
geológicos que se van produciendo, como es el caso difundido
por una revista sobre el tema, que afirmaba que “los
glaciares se funden al ritmo más rápido de los últimos 5.000
años”. Los datos procedentes de tres décadas de observación
meticulosa de treinta glaciares de referencias, situados en
nueve cordilleras del Planeta, es la mayor pérdida neta de
hielo registrada hasta la fecha. Una realidad que amenaza a
millones de personas y a una multitud de ecosistemas. Su
difusión es una advertencia del Servicio Mundial de
Observación de los Glaciares, que se suma a la creciente
alarma sobre el aumento del nivel de los mares, las
inundaciones, las sequías…
También la NASA sale al rescate del paradigma del cambio
climático, cuestionando por miembros de la clase política de
EE.UU., con argumentación, tales como que este invierno
pasado ha hecho mucho frío y que aparece que en el Círculo
Polar Ártico más hielo. Lo que crece es el hielo de
temporada, flor polar de un día, mientras decrece
implacablemente el hielo perenne, el que lleva dos o más
años en su sitio. El hielo ártico crece y decrece cada año
al compás de las estaciones.
En la U.E. también se proponen soluciones, aunque algunas
van en la línea de sancionar a aquellos que contaminan los
mares, o la reciente aprobación en el Parlamento europeo a
favor de pagar peaje para entrar con coche en las ciudades.
Aunque en el caso de la contaminación de los mares, la
Comisión Europea propuso que se establezcan sanciones
penales disuasorias a los capitanes de los barcos que sean
responsables de la contaminación del mar, para armadores y
las empresas fletadoras.
La lucha en Bruselas contra la contaminación no es nueva,
sino que desde hace años intenta frenar el lanzamiento
ilegal de sustancias contaminantes, que realizan algunos
barcos en el mar, con las consecuentes mareas negras que
llegan hasta las costas.
También, desde el naufragio del petrolero Erika en 1999 y
del Prestige en 2002, se ha mostrado mucho más sensible a
los desastres ecológicos en el mar… Se incluye la normativa
de la prohibición de transportar petróleo a los barcos de un
solo casco.
Como viene siendo norma en EE.UU. desde el Protocolo de
Kioto de 1.997, que expirará en 2012, su implicación en el
tema siempre ha sido de incumplimiento de las normas, con
argumentos de que se pondría en peligro las perspectivas
económicas de EE.UU y se estaría dando ventaja a las
economías emergentes de China, Japón, La India,… Ahora, con
Obama, es posible su normalización.
Como mensaje final: “Si nos interesa el legado que dejaremos
a las generaciones venideras, éste es el momento para una
acción mundial decisiva. Todas las naciones pueden adoptar
medidas firmes para logra un saldo neutro de emisiones de
dióxido de carbono.
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