Pero en contra. Es el nuevo record
adverso que ha logrado el Madrid, tras media temporada
consecutiva sin conocer la derrota.
Es la vergüenza, que unos auténticos desvergonzados, han
dejado en el mejor equipo del siglo XX, pero que ahora está
muy lejos de serlo.
Que un equipo de medio pelo encaje ese número de goles es,
casi, razonable, especialmente, si le toca enfrentarse a
formaciones de superior categoría, pero que sea el propio
Madrid el que encaje 6 tantos en casa y otros 3 más en
Valencia, indica ya con la papeleta que se va a encontrar el
próximo presidente, cuando lo primero que tendrá que hacer
es coger “la escoba” y empezar a barrer y desinfectar rincón
por rincón.
En estas dos jornadas, el Madrid ha dado cuenta de lo que es
y de lo que tiene que dejar de ser, pero con él su técnico
ha perdido todas las posibilidades, si tenía alguna, de
seguir en el club algún tiempo más. Juande Ramos, pues, será
en pocas semanas un ex más de los que se sentaron en el
banquillo madridista y un ex que cuando lo tenía casi todo
en sus manos se ha quedado en blanco, y nunca mejor dicho.
No debemos olvidar que con Juande Ramos en el banquillo se
hizo el ridículo más espeluznante que nunca había hecho el
Madrid en la Copa de Europa, siendo vapuleado por el
Liverpool.
Ahora, especialmente, tras haber perdido 2-6 con el
Barcelona en casa, lo que le quedaba al equipo merengue era
seguir en la competición con dignidad, pero esa dignidad se
ha perdido con la imagen dada en Mestalla, donde unos niños
mimados y muy bien pagados no han sido capaces de defender
con verdadera dignidad los colores que visten.
Ahora mismo, mirando al pasado reciente, uno no sabe qué
pensar de todos esos triunfos, muchos de ellos logrados “ a
la heroica”, y menos sabe uno qué se puede decir sobre estas
dos derrotas aplastantes, de una manera consecutiva.
Con todo, lo que es cierto es que si vuelve Florentino Pérez
a la presidencia del club, se lo han puesto fácil muchos de
los jóvenes y no pocos de los veteranos, pues unos y otros
han demostrado que en los momentos claves, que es cuando hay
que demostrar quien es quien, no han sabido estar a la
altura que se esperaba de ellos, con lo que “la escoba” va a
barrer casi sola. Mejor para todos.
Es cierto que en el mejor año de la historia del Barcelona y
en una temporada muy irregular del Madrid, los merengues van
a ser segundos, pero es distinto ser segundo a dos, tres o
cinco puntos, que a más de diez, que va a ser la diferencia
que el Barça va a sacar al final.
Y es más, el Sevilla que llevaba un mes fatal y parecía que
sería tercero a años luz, en el caso de que sea tercero
puede quedar a seis o siete puntos, poca diferencia, si
tenemos en cuenta los presupuestos del uno y del otro,
además de las aspiraciones en el punto de partida, de cada
uno de ellos.
Una liga, como me decía hace pocos días Nayim, pone a cada
uno en su sitio, al final de los 38 partidos cada cual está
en el sitio que se merece, por lo que ha demostrado a lo
largo de la temporada, y el Madrid, y bien me duele, este
año no estuvo, ni de lejos, a la altura que se esperaba de
él, porque, especialmente desde los despachos no se supo
traer aquello que hacía falta para confeccionar un buen
equipo, competitivo. Esa es la auténtica realidad.
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