Estaba oyendo, desde mi habitación
del hotel y, de vez en cuando veía, también, todo el
alboroto de la chiquillería que correteaba por el patio
central del Parador La Muralla de Ceuta, en el día feliz de
unos niños que habían hecho su primera comunión.
Tanto estos chiquillos que el sábado habían hecho su primera
comunión, como sus amigos, creo que eran ocho las comuniones
que se habían celebrado ese día en el Parador, lo estaban
pasando a lo grande. Regalos, juegos, la compañía de toda la
familia ... hacía que los pequeños por ser “su día” y los
mayores por ver cumplido un paso más en su familia, hubieran
eternizado esos momentos.
Mientras tanto, yo, que no estaba de comunión, leía la
prensa y no pude menos que detenerme en una de esas noticias
de agencia, que tenía de fondo, nada más y nada menos que a
uno o a varios miembros del GRAPO en el juicio que terminó
el pasado viernes, en la Audiencia Nacional. La frase que me
detuvo fue:” Arrepentido estará tu puta madre”, pues esa
frase incalificable en cualquier ambiente, si es pronunciada
por uno que está siendo juzgado y dirigida al fiscal puede
ser uno de los modelos de intolerancia y que lleve consigo
una condena ejemplar.
En la noticia se da el nombre completo, nada de iniciales,
de un integrante de los Grupos Revolucionarios Antifascistas
Primero de Octubre, Jorge García Vidal, que incluso en pleno
juicio se mostró orgulloso por el asesinato de Isabel
Herrero, asesinato que se produjo en Zaragoza hace más de
tres años, y que ahora todavía está juzgándose.
Pues bien, este “angelito”, en un alarde de chulería, en un
alarde de desafío a la propia Justicia y en un alarde de
regocijarse por ese asesinato, le dijo al fiscal:
“Arrepentido estará tu puta madre, gran hijo de puta. No
vuelvas a decir eso, cabrón, eso es una provocación”. Así
como suena.
El seguir con un juicio así me parece una pérdida de tiempo
lamentable y al mismo tiempo menoscabo a la dignidad de las
instituciones de la Justicia, cuando en las propias narices
del tribunal hay un comportamiento como el de este sujeto
contra el fiscal, demostrando que además de ser un asesino
es un provocador incorregible.
Esto sucedía en la última sesión de un juicio que ya el
pasado viernes quedó visto para sentencia en la Audiencia
Nacional. Ahora, lo mínimo que yo deseo es que hubiera una
sentencia, además de justa que la habrá, fuerte y a tono no
sólo por aquel asesinato, sino por todo lo que ha conllevado
hasta última hora.
El fiscal, además de la Asociación Víctimas del Terrorismo
habían solicitado que tanto éste como el número 1 del GRAPO
Israel Clemente y Juan García, miembro del PCE r, sean
condenados a penas de cárcel de entre 79 y 82 años.
Todo el conflicto había subido de tono cuando el
representante del Ministerio Público criticó que el abogado
de García Vidal e Israel Clemente solicitara que la condena
se redujera, aun admitiendo que sus clientes cometieron el
atentado, pero que luego habían colaborado con la policía.
El fiscal había sido tajante:” Me parece que pretender una
dulcificación de la responsabilidad penal bajo esta
argumentación es un auténtico sarcasmo”. Frase lapidaria, a
tono con la situación que se estaba tratando, e incluso
suave para tratar a un asesino, además, desvergonzado.
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