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Como el 12 de octubre de 2007, una
fecha para el recuerdo que cualquiera reproducirá con
facilidad si presenció a los cientos de turistas que aquel
día llegaron a Ceuta deambular de un lado a otro sin
prácticamente nada que hacer, la ciudad autónoma volvió a
ser ayer una ciudad muerta comercialmente hablado en una
jornada en la que más de 200 pasajeros y otros tantos
miembros del personal de a bordo atracaron en el puerto para
conocer Ceuta. Este periódico tuvo la oportunidad de, con el
presidente de la Autoridad Portuaria, conocer de primera
mano la magnífica impresión que le habían dejado las
instalaciones y el ambiente del puerto, seguro pero no
agobiante, con todas las facilidades para realizar las
maniobras propias de ese tipo de buque... El capitán no dudó
de que los informes que se elevarán a su empresa sobre la
ciudad serán positivos, pero dejó una carta sobre la mesa:
la evaluación del grado de conformidad que los pasajeros se
llevasen de la ciudad. No se puede decir que estuviesen
desatendidos. Tuvieron, como siempre, sus autobuses para
conocer los rincones más representativos de la ciudad. Otro
se llevó a una parte de ellos a Tetuán. Ceuta apuesta por el
turismo pero sigue cojeando por el lado de la oferta
comercial y de ocio que se presta a los recién llegados,
especialmente si estos desembarcan en domingo o festivo, que
no lo olvidemos son los días en los que el común de los
mortales tiene tiempo para hacer turismo. La Consejería de
Economía, Empleo y Turismo que dirige Guillermo Martínez ya
ha dicho mil veces que le gustaría y que está dispuesta a
incentivar la ampliación del horario de apertura de los
comercios, pero los empresarios del sector parecen no
necesitarlo. O les va muy bien con el rendimiento que sacan
o realmente los turistas que llegan a la ciudad no son una
fuente de negocio, aunque su perfil es sensiblemente
distinto (y más atractivo en términos económicos) que el que
recibíamos hace años. Es necesaria una acción coordinada del
sector público y privado, si se quiere apostar de verdad por
el sector, para no perder tiempo y esfuerzos.
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OPINIÓN / EDITORIAL
