Cuenta el libro del Génesis que Caín enloqueció por celos y
mató a su hermano menor Abel, dándole golpes con una quijada
de asno en la cabeza. Una historia que se asemeja a lo
vivido en la tarde de ayer en el Álvarez Claro, donde dos
equipos hermanados como la UD Melilla y la AD Ceuta se
enfrentaron en la última jornada del campeonato. Unos que
habían hecho los deberes, llegando con opciones de
clasificarse para la fase de ascenso, y otros, con la única
aspiración de clasificarse para la próxima edición de la
Copa del Rey. Sin duda mayor motivación para los
melillenses, que estuvieran por delante en el marcador
durante casi todo el partido. Pero al final, en tiempo de
descuento, y cuando los locales buscaban la goleada para
hacerse con la cuarta plaza, los ceutíes hicieron el empate,
acabando con las ilusiones de los azulillos; por muy
fraternales que fueran las relaciones entre una y otra
entidad.
Y eso que, al menos de inicio, el Ceuta se prestó a
colaborar con sus hermanos melillenses. Teniendo en cuenta
que el encuentro arrancó con ocho minutos de retraso y la
segunda mitad con otros ocho. Concluyendo la cita un cuarto
de hora más tarde que el duelo que se disputaba en el
Municipal de La Línea entre la Balompédica Linense y la UD
Marbella. Demostrándose de inicio las intenciones de los de
Pastelero por ganar, al intentarlo Chota con un disparo a
los cinco segundos que Lledó atrapó sin problemas.
No obstante, por mucha obligación de ganar que los azulillos
tuvieran, fue el Ceuta el que propuso jugar al fútbol,
haciéndose con la parcela ancha, ganando la pelea en el
centro del campo. Propiciando la oportunidad de Álvaro, que
se sacó un disparo desde la frontal, que obligó a Dorronsoro
a despejar a córner. Sin embargo los de José Diego Pastelero
no le perdían la cara al encuentro y, sin apenas hacer
méritos, lograron adelantarse por mediación de Carrión que,
desde la frontal y a la salida de un córner, se sacó un
potente disparo desde la frontal que se alojó en la
mismísima escuadra. Un tanto que sirvió para espolear a los
aficionados del Álvarez Claro, que se fueron arriba en busca
de un segundo gol. Eso sí, sin la suficiente profundidad
para ampliar la ventaja.Lo más que hicieron fue forzar
Acorán una falta que el canario botó por encima del
larguero.
Sin acusar en exceso el tanto en contra, los ceutíes
tardaron en volver a rondar las inmediaciones del área
contraria. De ese modo, y superada la primera media hora,
los caballas probaron fortuna a balón parado, al poner en
movimiento Carlos De Lerma una falta lejana para que Javi
Navarro se sacara una volea que salió fuera por poco. Volea
a la que puso réplica Conget, topándose con un Lledó que
atajó sin problemas. Con lo que acabarían las ocasiones de
peligro en una primera mitad equilibrada, a pesar de la
momentánea victoria para el Melilla.
Durante el descanso, Carlos Orúe decidió mover el banquillo,
dando entrada a David Fas por Carlos Valverde, cayendo
Álvaro a la banda izquierda. Precisamente fue el valenciano
el primero en intentarlo, con un lanzamiento lejano que
atrapó Dorronsoro rodilla en tierra. Sin embargo los ceutíes
eran incapaces de pisar los dominios de un Dorronsoro que se
convertía en un espectador de lujo. Por lo que, viendo el
panorama, el técnico jerezano decidió mover el banquillo,
dando entrada a Fran Amado en lugar de Alberto, por lo que
los ceutíes pasaban a jugar con dos delanteros. Al menos la
entrada del algecireño sirvió para dinamizar la contienda,
cabeceando éste un servicio de Pepe Martínez desde banda
izquierda, que acabó en las manos de Dorronsoro. Otro balón
colgado por Pepe Martínez, y despejado por el meta azulillo,
pudo significar el empate, pero ni Sandro ni Fran Amado
fueran capaces de aprovechar el rechace.
Hasta entonces el Melilla se dedicó a conservar su mínima
ventaja, pero la cosa cambió cuando saltó la noticia de que
el Marbella se había adelantado en La Línea, lo que obligaba
a los melillenses a hacer otros dos goles. Por lo que
Pastelero quemó todas sus naves, dando entrada a Sufian,
Zúñiga y Rufino. Propiciando dos ocasiones clarísimas, al
plantarse Andrés Ramos ante Lledó, y desviar el arquero
sevillano a córner, y rematar Rufino directamente fuera en
un nuevo mano a mano.
Una actitud que propició el gol, pero el del empate caballa,
a raiz de los muchos espacios dejados por los melillenses en
su defensa. Y es que, al aprovechar una falta de
entendimiento entre Dorronsoro e Igor Cuesta, Javi Navarro
le dejó el balón a Elvis que únicamente tuvo que empujarla
al fondo de las mallas. Matando las ilusiones de un club
hermano como el Melilla, cuyos aficionados increparon la
actitud de los caballas al final del encuentro. Eso sí, si
la Federación repesca a alguien, como parece que hará, el
Ceuta jugará la Copa del Rey.
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