Según el presidente de la Casa de Ceuta en Madrid, Antonio
Navarro, el alzamiento del 2 de mayo se llevó a cabo desde
un triple perspectiva (política, popular y militar) que
culminó al día siguiente con los fusilamientos que tuvieron
lugar en la tapia de Jesús (Medinaceli), en los patios de la
iglesia del Buen Suceso, en la Casa de Campo.
Tres vertientes tuvo el alzamiento del pueblo de Madrid el
1, 2 y 3 de mayo de 1808: la política, la popular y la
militar. (La Política) La proclama del Alcalde de Móstoles,
Andrés Torrejón, fue redactada por el fiscal del Supremo
Consejo de Guerra, Juan Pérez de Villamil. La Junta
revolucionaria de 1866 dedicó a los alcaldes Andrés Torrejón
y Simón Hernández una lápida que debe figurar en el
Consistorio de Móstoles, como testimonio de aquellos
momentos. Pero el historiador de Cádiz (1820-1892) Adolfo de
Castro en su ‘Historia de Cádiz’ considera como autor de
dicha proclama al Conde de Montijo que solía escribir con el
seudónimo de ‘Alcalde de Móstoles’. Ildefonso Antonio
Bermejo (Cádiz 1820-1898) en su obra ‘Políticos de antaño’
narra que los sucesos del 2 de mayo fueron preparados por el
Conde de Montijo que a instancias del infante Don Antonio,
organizó el día anterior (1 de mayo) una incitación al
pueblo contra las tropas del general Murat.
(El pueblo) El día 1 de mayo de 1808 en la cárcel de Villa y
Corte que estaba en la calle Concepción Arenal y Santo
Tomás, cerca del actual Ministerio de Asuntos Exteriores en
la que había 96 presos, 54 fueron excarcelados por el guarda
Félix Ángel y al llegar éstos a la Plaza Mayor arrebataron
un cañón a las tropas de Murat e hicieron tres disparos
contra su caballería, cerca de la Puerta del Sol,
amotinándose la muchedumbre que pedía armas para combatir a
las tropas de este general que brutalmente sofocó.
(El militar) El día 2 de mayo, por la calle de San Bernardo
una multitud de madrileños se dirigieron al Parque de
Monteleón (la cuadrícula del parque según los planos de
entonces eran los terrenos comprendidos por las calles San
Bernardo, Carranza, Fuencarral y la Palma). Los capìtanes de
artillería Daoiz y Velarde fueron muertos a ballonetazos y
cañonazos. El teniente de infantería Jacinto Ruiz Mendoza
los encontró muertos y exponiendo éste su vida, al ser
alcanzado por un disparo, se refugió en Trujillo (Cáceres)
donde murió el 16 de marzo de 1809. Los capitanes Daoiz y
Velarde fueron llevados a Sevilla y Cádiz depositando sus
restos en la actual Plaza de Lealtad. Y el 3 de mayo
ocurrieron los fusilamientos en la tapia de jesús
(Medinaceli); en los patios de la iglesia del buen Suceso,
en la Puerta del Retiro y de Segovia, en la Casa de Campo y
en la Moncloa, ejecuciones que duraron hasta el 5 de mayo.
Desde el 1º de mayo de 1840 Daoiz y Velarde descansan en la
Plaza de la Lealtad, Madrid. Desde 1991 el teniente de
Infantería Jacinto Ruiz Mendoza, hijo de Ceuta tiene erigida
esta estatua que costeó el ejército español obra de Mariano
Benlliure.
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