Es lo que parece haber querido dar
la directiva del Ceuta, tras haberse perdido,
matemáticamente, todas las posibilidades de llegar al cuarto
puesto en la clasificación general.
Y es que, aunque parezca mentira, todavía el domingo por la
mañana había quien creía que podía tocar el Ceuta el cuarto
lugar. Se necesita estar aferrados a lo que todos sabíamos
que era un fracaso ya cantado.
Los resultados del domingo dejaron a cada uno en su sitio y,
por lo tanto, hay que coger el nuevo rumbo, pero que no sea
con el paso cambiado.
Alguien me dirá que se va a empezar la casa por los
cimientos y me parece bien, pero lo que no es tan bueno es
que sea ahora, con un nuevo proyecto a la vista, cuando se
hayan percatado de que lo anterior sirvió de poco o no
sirvió de nada, y eso debe apuntárselo alguien en su “debe”,
porque cuando lleguen los triunfos más de uno sacará pecho,
tras haber encerrado con siete llaves los desatinos de este
año.
Que Abad iba a ser el director deportivo ya, en esta casa,
se había comentado hace meses y yo particularmente, también,
lo había dicho en RNE, luego era un secreto a voces, como lo
son todos los secretos que hay entre directivos.
Con todo, el haberlo sabido antes o después es mera anécdota
y lo que hace falta es que, desde ahora, se reme por parte
de todos en la misma dirección, y que no haya quintas
columnas que vuelvan a promover el fracaso de un proyecto.
Lo de la temporada que ha terminado podemos considerarlo de
aurora boreal, cuando a media temporada se prescindió de
hecho, aunque no de derecho del hombre que debiera ser el
responsable de lo que se había fichado.
La directiva, tal vez por aquello de alguna medalla pasada,
se deshizo de José Enrique Díaz y se quedó con Benigno
Sánchez. Doble error, porque era público y notorio lo que
había en el uno y en el otro, con lo que si se prescindía de
uno hubiera que haber prescindido, a su debido tiempo,
también del otro.
Aquello es agua pasada. En ese momento no se dio la talla y
ahora vamos a ver por donde van las cosas.
A Abad, por mi parte, desde estos momentos y durante el
tiempo de rigor para que vaya asentándose en su nuevo cargo
no le diremos nada, ni le exigiremos nada, por lo pronto.
Sin embargo, confiamos en que ya conocerá lo que hay,
confiamos en que sus relaciones con el entrenador serán las
de “estar a partir un piñón” y confiamos en que habrá bajas,
y más de una, porque con lo que hay ya se ha visto hasta
donde se puede llegar y si todo fuera a quedar como estaba,
entonces de poco serviría esta incorporación.
Mi pregunta en voz alta es ¿Conoce Abad lo que hay en el
Ceuta? ¿Sabe por sí mismo y no por lo que le digan cuales
son los jugadores que no encajan en esa plantilla?. A partir
de ahí y con un acuerdo con el técnico habrá que empezar y
eso sí, cuanto antes mejor, para no estar con experimentos
de última hora.
A Abad nadie le va a pedir que traiga a Figo o a Beckam y
por eso mismo mucho menos a un jugador que sea la suma de
los dos. Aquí con que traiga jugadores de segunda B, que
cumplan bien en esta categoría estará en la línea del
triunfo. Un golpe de efecto han intentado dar los directivos
del Ceuta, el efecto se verá el próximo año por estas
fechas.
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