Ha dado en la manía de creer que
algunos de los que escribimos en periódicos la tenemos
tomada con él. Sin darse cuenta de que su vinculación a la
Asociación Deportiva Ceuta se ha convertido en asunto
profesional que paga, y muy bien por cierto, la Comunidad
Autónoma de esta ciudad. Con lo cual está sometido, por
mucho o poco que le guste, a las censuras pertinentes.
Cecilio Castillo no es mala persona. Ni mucho menos.
De ello puedo dar yo fe por el escaso tiempo que me ha sido
posible tratarlo. Pero no acaba de comprender algo
fundamental: que es más fácil ser agradable que
desagradable. Y, claro, con su forma de ser no consigue que
sus actuaciones sean vistas con dosis de buena voluntad.
Cecilio es noticia estos días porque ha avalado a
Fernando Abad como secretario técnico del primer equipo
local. A quien conoció en un momento determinado y ambos han
congeniado de manera que pueden formar una pareja de suma
importancia para el devenir de la ADC. Y, desde luego, esa
unión propiciará comentarios que a veces no serán del agrado
de ellos.
Porque Cecilio, en ese apartado profesional al que nos
referíamos en el primer párrafo, puede ser nombrado gerente.
Con un sueldo más que estimable. Y que le vendrá que ni
pintiparado para solventar su situación en momentos de
crisis. De lo que nos alegramos. Faltaría más.
Sin embargo, Cecilio debería evitar hablar mal de quienes
estamos obligados a opinar de los profesionales que
pertenecen a esa empresa que se llama ADC. En principio,
bien haría en olvidarse de la orientación sexual de los que
escriben. No es mi caso. Que la tuve definida desde que era
infante. Y no creo que a estas alturas flaquee mi parte
alícuota de hormonas masculinas a favor de las femeninas.
Por mucho tirón que él tenga entre los de su condición. Otra
vez me ha salido la vena corporativista. Aunque el compañero
a quien Cecilio trata de ofender no me lo agradezca.
Cecilio Castillo ha arriesgado muchísimo, todo hay que
decirlo, al recomendar a Fernando Abad. Para que éste ocupe
un puesto que bien podría haber sido cubierto por Krios.
Bajo su supervisión, es decir, la de Castillo. Y de esa
manera se habría ahorrado un dinero el club. Dado que no
está la cosa como para gastar el vil metal a manos llenas.
Y lo decimos porque Castillo ha dado pruebas evidentes en
Radio Televisión Ceuta de conocer el fútbol de la Segunda
División B. No en vano ha viajado con el equipo por toda la
Península y le hemos visto vivir los desplazamientos como si
fuera un técnico de aquí te espero. De esos que suelen nacer
cada cien años. Y en lo tocante a Krios sobran las palabras.
Esta Casa, un periódico joven donde nos pasamos los
convencionalismos por la entrepierna, está siempre dispuesta
a ayudar a cuantos sean capaces de retorcerles el cuello a
la soberbia. A todos cuantos se muestren dispuestos a
aceptar las censuras adecuadas a unas actuaciones que nos
obliguen a disentir. De no ser así, está preparada para, sin
perder los papeles, cantarle las cuarenta al más pintado.
Si Cecilio Castillo no lo entiende, será porque es corto de
mientes. Y ello, sin duda, no le exime de nada. Creo que
nuestra posición es tan clara como rotunda.
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