Nada, que no hay forma, un día si
y otro también todos los personajes o personajillos, se
esfuerzan, lo posible, por venir a darme la razón de cuanto
hemos escrito sobre determinados asuntos.
En esta ocasión, lo que he escrito por activa y por pasiva,
de que las ideas no existen y que estas murieron con Platón.
A falta de las ideas, sigue predominando el dime cuanto me
das y me cambio de lugar.
Las ideas, en los países consumistas donde prevalece, por
encima de todo, “tanto tienes, tanto vales” han sido
cambiadas por la oferta y la demanda añadiendo, además,
“dame pan y dime tonto”, acompañado, por supuesto, de esa
frase que dice “ande yo caliente, ríanse la gente”.
Por todas estas cosas, que algunos políticos me las ponen,
cada día, como decían que le ponían las carambolas al rey
aquel o como se dice vulgarmente, me las ponen a…, es por lo
que se me hace difícil creer en la política y en los
políticos.
Es, precisamente, en todas esas cosas que están ocurriendo,
en las que me baso para creer sólo en las personas. Unas
personas, que desde el lugar que ocupan en la sociedad
pueden realizar su trabajo bien, regular o mal, pero como
dijo aquel “por sus acciones les conoceréis”.
En el asunto de las ideas, esas que digo que no existen, no
han tardado nada, por si aún tenía alguna duda, en venir a
disipármela diciéndome, sin decir, lleva toda la razón del
mundo mundial.
Ahí tiene ustedes el caso de Rosa Aguilar, alcaldesa de
Córdoba, comunista desde que su madre la trajo al mundo,
diciéndole adiós al pueblo que la eligió para que lo
gobernara, fichando por el POSE para ocupar un cargo
importante en la Junta de Andalucía.
Y que no me venga nadie a decir que comunismo es igual que
socialismo, pues a pesar de ser dos partidos de izquierdas,
hay gran diferencias en la forma de ver la vida, entre uno y
otro. Las cosas claras y el chocolate espeso.
¿A dónde han ido a parar esas idas de las que tanto
presumía, desde que vino a este mundo?. A ningún sitio
puesto que las ideas, dándome toda la razón, no existen. El
mundo que nos ha tocado vivir, se mueve por otras cosas que
no son las ideas, a no ser que estas sean impuestas por
algún que otro manda porque, ellas, les sirven para
gobernar. Prueba de ello, la tenemos en algunos mandas de
América Latina, que amparándose en unas ideas gobiernan unos
pueblos en la más dura y pura dictadura
Se les llena la boca de decir “todos somos iguales”. Claro
que a la hora de la verdad, unos comen de los mejores
manjares y otros hacen colas, durante un par de horas, para
coger un bollo de pan y un litro de leche. Manda…la cosa.
Si yo hubiese sido Rosa Aguilar, jamás hubiese abandonado mi
cargo de alcaldesa, teniendo en cuenta lo que le pasó a
Anguita tratando de ser diputado. Perdió ser alcalde
mientras hubiese querido, desapareciendo como diputado del
mapa político, con más pena que gloria. Pude que una rosa en
todo esplendor cordobés, se marchite fuera de su habita
natural. Todo es posible.
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