Se acaba de producir en Euskadi,
con la llegada a la presidencia del Gobierno de esta
comunidad autónoma de Patxi López, un hombre del PSOE que ha
tenido la ayuda de los votos del PP.
Por fin, pues, se ha llegado a que alguien que no es
nacionalista, ni pro nacionalista, sea el máximo
representante de esta comunidad. Y ha sido difícil, porque
el nacionalismo, sea de las tendencias que sea, siempre se
agarra a unos derechos parece que “ex divinis”, poniendo en
tela de juicio la legitimidad de todo aquello que no sea
nacionalismo puro.
Y esto de los cambios le viene siempre bien al PSOE. Todos
recordamos que aquel slogan de “Por el cambio” le dio el
primer triunfo post franquista a la candidatura de Felipe
González en 1982.
Entonces tuvieron bastante con sus propios votos para formar
un Gobierno fuerte por la aplastante mayoría lograda en todo
el país. Ahora, en Euskadi, han logrado la presidencia del
territorio vasco con el apoyo de su máximo oponente, en todo
el territorio nacional. Así son las cosas y así son los
pactos puntuales en política, con lo que se ha roto el mito,
de ese misticismo que parecía dominar esta comunidad
autónoma.
Con este cambio ¿En qué se gana?. Particularmente, creo que
en ir descongestionando una serie de trabas que estaban
perfectamente entrelazadas por un Gobierno que, sin ser
abertzale, jugueteaba –no jugaba, jugueteaba- con los
propios abertzales.
Y aquí estaba la aparente contradicción del último
lehendakari, señor Ibarretxe, en que siendo él, como es la
base del PNV, de la burguesía vasca, aparecía haciendo “su”
juego al mundo abertzale, especialmente, en lo que afectaba
al resto del territorio nacional. Es incomprensible, pero
así se ha mantenido durante muchos años.
Y con este “nuevo cambio” se ha dado otro golpe, casi
definitivo, a los nacionalismos, que desde ahora ..., ya
veremos, pero van a tener que “bailar” al son que marque
cualquiera de los dos grandes partidos nacionales, PP o
PSOE, porque ahora mismo Euskadi está en manos del PSOE,
Cataluña, con la colaboración de “ lo más granado” de la
política catalana, en manos del PSOE, aunque sea prisionero
de esos socios y Galicia en manos del PP, con mayoría
absoluta.
Las cosas empiezan a caminar por donde tienen que ir, con lo
que esas mayorías aplastantes de CiU o de PNV, son pura y
simple historia. Del BNG no diremos nada porque ni fue, ni
es, ni se le espera con una mayoría para formar Gobierno.
Hemos tenido muchos años de dominio y control tanto de CiU
como de PNV, naturalmente, en sus tierras y, lo que es peor,
controlando a veces en el resto del país
De momento ha llegado un “nuevo cambio”, con lo que tendrán
que venir los consiguientes “reciclajes” en esos grupos
nacionalistas para estar ahí, sí; para hacer su juego,
también, pero para muy poca cosa más, aunque especialmente
el PNV, si depende de un aliado, del tipo que sea,
nacionalista, firmaría con cualquiera, con tal de estar en
el poder.
Ahora al llegar Patxi López, con unas nuevas perspectivas,
con una forma distinta de gobernar Euskadi, lo primero que
debemos hacer es decir:” Adiós, Ibarretxe, tanta gloria te
lleves, como tranquilidad nos dejas”, especialmente en la
buena marcha de la política, no sólo en Euskadi, sino en
todo lo que concierne al resto del país donde las cosas,
desde ahora, deben ir por otros caminos, especialmente en
ciertos tratamientos desagradables.
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