Nuevas tecnologías, acercamiento al ciudadano y
establecer alianzas estratégicas con los medios de
comunicación serán los objetivos del nuevo Plan de
Modernización creado por el Consejo General del Poder
Judicial y del que habló, orgulloso, su vicepresidente,
Fernando de Rosa. El jurista destacó que la auténtica
reforma y “revolución de la Justicia” radica en el abandono
del formato papel y utilizar el periodismo como fórmula de
conexión con los españoles “para cambiar la percepción que
tiene el ciudadano del Poder Judicial”. En cuanto a la labor
de los periodistas, De Rosa consideró necesaria la
instauración de gabinetes de comunicación como fuente
principal para los profesionales de la comunicación.
Pregunta.- El 12 de noviembre del año pasado, el Consejo
General del Poder Judicial aprobó el nuevo Plan de
Modernización de la Justicia, ¿cuáles van a ser los
protocolos de actuación para su puesta en marcha?
Respuesta.- Hemos empezado a trabajar con las asociaciones
judiciales para explicarles este plan, nos hemos reunido
esta semana con el director y secretario general de
Modernación del Ministerio de Justicia y lo más seguro es
que a finales de mayo tengamos la reunión entre Comunidades
Autónomas, Ministerio de Justicia y el Consejo para ponerlo
en marcha. Esperamos que los primeros frutos se produzcan
después de verano, que serán tecnológicos con la apuesta por
la intercomunicación entre todos los órganos judiciales. En
segundo lugar, el plan de transparencia, en el que los
medios de comunicación tienen mucha importancia, es decir,
transmitir al ciudadano el concepto de servicio público. Y
en tercer lugar, las reformas procesales, los instrumentos
que tienen los jueces para poder administrar justicia es el
trípode de esta nueva estructura que queremos que tenga la
justicia.
P.- Al concluir este plan, ¿cómo quedaría plasmado el
panorama de la Justicia?
R.- Creo que la idea fundamental que tiene que pivotar es
que el ciudadano ha de sentir que la Justicia es un servicio
de calidad, público. Tenemos que hacer una verdadera
revolución de la justicia pero no sólo desde el punto de
vista de medios materiales y personales, sino del
sentimiento y la sensación que tiene el ciudadano de este
servicio público. Vencer ese lenguaje críptico y conseguir
uno comprensible, que el ciudadano entienda que los jueces y
magistrados están a su servicio. Si conseguimos ese cambio
de mentalidad, ese cambio social, habremos avanzado. No
debemos hablar de un Palacio de Justicia, sino de ciudades
de la Justicia en la que el ciudadano libre, con derechos y
libertades, sea la figura esencial de esa Administración.
P.- ¿Podría ser la terminología jurídica esa barrera que
impide el acceso del ciudadano a la Justicia como otro
servicio público?
R.- Bueno, hay que tener en cuenta que el lenguaje jurídico
no se puede evitar pero se puede explicar. Por ello, los
medios de comunicación deben ser aliados de la
Administración de Justicia. El Código Penal establece que se
deben utilizar términos jurídicos pero, luego, se deben
explicar porque a veces los ciudadanos necesitan traducción
incluso para una sentencia. La Justicia debe hacerse una
autocrítica para que el ciudadano empiece a confiar y para
eso tenemos que cambiar formas, métodos y sistemas.
P.- En este sentido, ¿qué papel deberían cumplir los
medios de comunicación?
R.- Los medios deben tener una alianza estratégica con el
Poder Judicial y los gabinetes de comunicación, una relación
directa con los propios medios de comunicación. El
periodista que quiere informar, va a informar; más vale que
sea información absolutamente limpia, directamente de los
Tribunales Superiores. Es como un muro entre la Justicia y
el ciudadano, y el periodista lo va a saltar. Si lo hace se
puede desprender una información viciada, no real. Así que
es mejor una puerta abierta, que la constituyen los
gabinetes de comunicación, para que el profesional pueda
acudir a esta fuente, si las leyes no lo prohiben en el caso
del sumario o la investigación. La unión de intereses
mejorará la imagen de la Justicia.
P.- Sin embargo, la relación entre Comunicación y
Justicia siempre ha sido fría hasta hace muy poco, con
muchas limitaciones a la hora de informar...
R.- Por eso son buenos los debates como el de hoy, en el que
los periodistas pueden exponer sus inconvenientes y
nosotros, desde la autocrítica, conseguir que los medios de
comunicación tengan esas fuentes y que el ciudadano este
informado debidamente. Para ello habría que reflexionar
sobre el secreto de sumario, siendo conveniente una nueva
regulación de las leyes procesales y otras cuestiones.
P.- Reflexionar sobre el secreto de sumario nos podría
llevar a la creación de juicios paralelos por la abundancia
de información...
R.- Juicios paralelos están ocurriendo en la actualidad, con
o sin el secreto. Por desgracia, uno de los males que
existen en la Justicia, son los juicios paralelos por eso
debemos evitarlos porque al final, la justicia llega pero al
tardar, la imagen de algún ciudadano puede quedar
absolutamente dañada siendo luego absuelto. Y hay que
evitarlo. En su momento, el secreto de sumario sirvió para
evitar los juicios paralelos y estamos viendo que no se
evita. Debemos prevenir el que la información que llegue al
ciudadano esté viciada o herida sino que sea efectiva. La
solución no es fácil pero hay que entrar en el debate
honestamente y buscar alternativas.
P.- Al hablar de juicios paralelos y casos concretos como
el de Marta del Castillo, ¿sería posible en España la
implantación de la cadena perpetua?
R.- Pienso que no, que habría que reformar la Constitución
para poder implantarla. El debate, desde mi punto de vista
personal, no está en la cadena perpetua sino en el efectivo
cumplimiento de las penas porque la misma Constitución habla
de la necesidad de dar una oportunidad, y rehabilitar a los
ciudadanos que han sido condenados. Si hay que compaginar el
derecho a la segunda oportunidad y el derecho de la víctima
del delito, el punto de encuentro sería el cumplimiento
íntegro de las penas con el límite establecido legalmente.
P.- La Justicia es mucho más que los tribunales y el
ámbito Penal, y todos somos usuarios de ella...
R.- La Justicia es algo más pero muchas veces se
circunscribe a lo que más crea polémica y morbo. Todos
nacemos y nos escribimos en el Registro Civil, nos casamos,
nos morimos; siempre tenemos relación con la Administración
de Justicia. No siempre somos objeto de un delito pero
quizás hemos pagado un piso y no nos han pagado la deuda y,
por eso, somos usuarios de la Justicia, al igual que somos
usuarios de Educación, Sanidad o Asuntos Sociales. Hay que
conseguir que el ciudadano consiga su partida de nacimiento
por internet, que nos informen de la hora del juicio a
través del sms; cuestiones que no son de ciencia ficción.
Los ciudadanos ya no se relacionan con la cata sino a través
del correo electrónico o los teléfonos móviles, es decir,
con las nuevas tecnologías. La sociedad está en otra fase de
la Comunicación y la Justicia con el papel, ¿por qué no
puede haber un sistema de comunicación paralelo?. Abandonar
el papel y utilizar los medios de comunicación para llegar
al ciudadano, sería la auténtica revolución de la Justicia.
P.- La modernización incluye nuevas tecnologías pero el
colapso en los juzgados continuaría...
R.- Hemos aprobado la creación de una comisión de expertos
para modificar la Planta de Demarcación en España, es decir,
el número de juzgados y cómo deben estar distribuidos
decidiendo cuantos jueces hacen falta en el territorio
nacional, qué tipo de jueces, que a lo mejor hace falta
especialización; ver las necesidades de cada población por
sus características o crear órganos específicos.
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