De la Guerra Civil se conoce todo, o eso parece. El profesor
de Archivística y director del Instituto de Investigación en
Inteligencia y Defensa de la Universidad Carlos III, Diego
Navarro, intentará demostrar que el campo de la Información
y la Inteligecia en la etapa de 1936 a 1939 aún está por
descubrir. La ponencia se impartirá a las 19.00 horas en el
Casino Militar, dentro del ciclo de conferencias impulsado
desde el Aula de Cultura Militar. Durante esta charla,
Navarro intentará explicar las fuentes de las que bebieron
todas aquellas personas involucradas en el espionaje y
contraespionaje de la Guerra Civil, además de las
influencias externas y de las estructuras organizadas con el
fin de adelantarse a la táctica diseñada por el enemigo. Por
un lado, los sublevados, el Movimiento Nacional, ramificado
en el Servicio de Información y Policía Militar, bajo el
mando del coronel, José Ungría; el Servicio de Información
de la Frontera Norte de España, vinculados a los círculos
monárquicos y a la burguesía catalana; y las dos secciones
del Estado Mayor de los tres ejércitos. Por otro lado, los
republicanos, que alcanzaron una estructura sistemática en
1937. Se creó el Servicio de Información especial
periférico; el Servicio de Información de Acción Militar; y
el Servicio de Investigación Militar, que acabó derivando en
un control de retaguardia y de eliminación de la heterodoxia
y de la disidencia comunista, controlada por el Ministro de
Defensa, Indalecio Prieto.
Navarro aseguró en conversaciones con este medio que la
Inteligencia “no sólo es información, sino información
procesada, un conocimiento; se trata de una información
contrastada, evaluada y sistematizada”. El doctor en
Documentación dijo que en el campo de batalla “todo cambia,
no hay plan, por perfecto que sea que no haya cambiado cinco
minutos después de iniciada una guerra”.
Durante la conferencia, el ponente explicará las diferencias
que existen entre los téminos de espionaje y
contraespionaje. “El primero de ellos se refiere a un medio
para obtener información de manera clandestina; mientras que
el segundo se refiere a las contramedidas para evitar que el
enemigo acceda a nuestra información”.
Navarro no sería capaz de decantarse por uno u otro bando en
cuanto a su capacidad de usar la Inteligencia, pero sí
afirma que muchas de las argucias implantadas en la Guerra
Civil española fueron estudiadas internacionalmente por los
países que se enfrentaron poco después en la II Guerra
Mundial.
El profesor ya estuvo en Ceuta hace un par de años para
hablar de la Inteligencia en los siglos XVI y XVII.
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