Un colegio de Ceuta vive desde el pasado domingo en estado
de zozobra tras conocer que uno de los profesionales que
trabajaban en él fue detenido nada más bajarse del barco en
el puerto acusado por la familia de un alumno de tres años
de presuntos abusos sexuales en forma de tocamientos. El
acusado fue puesto en libertad con cargos anteayer entre una
maraña de “contradicciones” por aclarar como cuándo dejó de
tratar con el grupo de estudiantes más pequeños.
El Juzgado de Instrucción número 3 de Ceuta decidió el
martes dejar en libertad con cargos a un técnico en
Educación Infantil ceutí cuya identidad responde a las
iniciales J. P. después de que el pasado domingo por la
tarde fuese detenido nada más llegar a la Estación Marítima
tras ser denunciado por la familia de un niño de 3 años como
presunto autor de abusos sexuales sobre el menor. Según
informaron fuentes judiciales la familia del niño, que
solicitó expresamente a este periódico no publicar el nombre
del centro educativo donde estudia, presentó su denuncia el
mismo domingo alertada por la confesión del pequeño. Tras
las indagaciones oportunas efectivos del Cuerpo Nacional de
Policía se personaron en el puerto, donde identificaron y
detuvieron al acusado, que tras prestar declaración y acudir
a su domicilio con los agentes para la práctica de un
registro fue puesto en libertad con cargos anteayer, aunque
no se ha reincorporado a su puesto.
La familia del menor acusa al educador, que forma parte del
grupo de trabajadores de los Planes de Empleo que la Unidad
de Promoción y Desarrollo (UPD) de la Delegación del
Gobierno destina a la realización de diferentes tareas en
los colegios ceutíes, de practicar tocamientos al niño en el
interior del centro escolar.
El juez ya ha tomado declaración, además de al acusado, a
los familiares y a varios de los compañeros de trabajo de J.
P. Según detallaron fuentes cercanas al caso estos últimos
habrían asegurado que este sólo trató con los alumnos de
tres años durante los primeros quince días en su puesto de
trabajo, para cuyo ejercicio cuenta con el correspondiente
ciclo formativo, el pasado mes de enero.
Después, según estas miasms informaciones, habría pasado a
trabajar con los de cuatro y cinco años. De acuerdo con
estos testimonios el acusado no ha tenido más contactos con
dicho grupo, al menos en presencia de cualquiera de los
profesionales del equipo docente y laboral del centro. El
niño ha sido sometido a una revisión médica en la que se le
habría detectado “una irritación” en la zona anal, y ha sido
entrevistado por psicólogos al objeto de intentar verificar
la veracidad de los hechos denunciados.
El caso, sobre el que nadie quiso pronunciarse ayer de forma
formal, mantiene “múltiples contradicciones” por esclarecer,
pero de entrada ya ha puesto en tela de juicio el papel de
los profesionales que se encargan de cuidar a los alumnos de
tres años (entre otros puntos, por si están obligados o no a
limpiar a los pequeños si se hacen sus necesidades encima) y
la existencia de un control riguroso de la capacitación para
trabajar con este tipo de estudiantes.
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