Pletórico regreso de un largo fin
de semana que incluye la Fiesta del Trabajo, no se porqué
denominan así el 1 de mayo. El trabajo no trabaja nunca y
por tanto ¿a cuento de qué eso de fiesta?, debería ser
denominado Fiesta del Trabajador, o Día del Trabajo.
He estado en las celebraciones de una entidad de sus Bodas
de Oro; he presenciado por la tele el encuentro entre
payasos y futbolistas con media docena de balones sacados,
por las portentosas manos de Casillas que ese día se
convirtieron en plastilina, del fondo de la red de pescar
balones; he pasado el último día de ese largo fin de semana
con mi gran familia, la mía, la de la sangre, ¿qué más puedo
pedir?
La única nota discordante, de ese largo y feliz fin de
semana, ha sido una nota que desgarra un poco las entrañas
de uno. Falleció uno de mis buenos amigos. Manolo Guerrero
Pichardo, el taxista. Ceutí y caballa. Se lo llevó la Parca
por delante cuando aún le quedaba mucho tiempo para
disfrutar de la vida. Aún le quedaban muchas actuaciones con
la chirigota de la Casa de Ceuta, de la que formaba parte.
Este año ya van dos. Francisco y Manolo.
Bueno, la vida sigue… ¡qué remedio!
Todavía sigue bailando en el interior de mi cabeza los
goles, inapelables, del “más que un club” y parece que mis
células grises están jugando al fútbol entre ellas. ¡Qué
portento!, así se demuestra el fútbol, así quedan las cosas
en su verdadero lugar. El espejismo, ayudado por los
árbitros como siempre, del resurgir del “Madri” cual Ave
Fénix, se ha quedado en eso: un espejismo. El Ave Fénix
sigue en su sitio, en lo alto de un edificio de la calle
Alcalá de Madrid.
Los espíritus derrotados de jugadores que se miraban unos a
otros cada vez que encajaban un gol… veían a la vez cómo los
puntos reflejan la distancia real. No hay vuelta.
Bueno, no quiero seguir siendo un sádico contra los caballas
seguidores merengues, aunque recomendaría a Dudú que sacara
a pasear a su burro subido en sus hombros, es lo menos que
puede hacer.
Malo, malo que haya aparecido la gripe A transportada por un
ceutí cuando regresa de México. Malo que se vaya a extender
por el continente africano, parco en recursos médicos.
El sobrino de aquel formidable y voluntarioso defensa culé,
Nadal, sigue llenando su armario de trofeos tras trofeos de
tenis. No para el chico.
Ya basta de deportes. Entremos en política y entrando me
pongo de acuerdo con las palabras del conocido catedrático
de Derecho Constitucional, José A. González (74), traducidas
en dos libros; “La derecha contra el Estado” y “El
liberalismo autoritario en España 1833-2008”
Como bien manifiesta José A. González, la derecha española,
a diferencia de las europeas, jamás ha acabado de aceptar
las reglas del juego democrático… y eso que yo lo venía
insistiendo desde hace años. Pero yo no soy nadie, mientras
que él es todo un catedrático.
Lo que manifiesta el catedrático coincide 100 x 100 con lo
que he venido escribiendo en “El Pueblo de Ceuta”. Parte de
la base, por definición, que la derecha es apolítica, es ese
conjunto de personas con poder económico al que no le
interesa el bien común, sino sólo sus intereses
particulares. Democracia y liberalismo económico son
incompatibles.
Como bien dice… la única derecha civilizada está en el PSOE.
Como siempre. Se ha de esperar a un catedrático para que
avale los razonamientos, que no imposiciones, de un simple
articulista sin más aspiraciones que escribir su recuadro.
En fin, comenzamos una semana más, y como siempre, seguiré
en mi línea hasta que la mano que escribe se canse o hasta
que el editor diga ¡basta!, pero eso no es problema. Cambio
de aires. Digo de papel.
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