Todos, sin que ninguno falte a la
cita, están empeñados en darme la razón a cuanto he escrito
sobre determinados asuntos. Cosa, por supuesto, que me
congratula y me inyecta una fuerte dosis de ánimo para
seguir en mi línea sin apartarme ni un segundo de ella.
Cuando Alí llevó su alianza con el PSPC recuerdo que, al
referirme a la misma, le vaticiné al líder UDCE que perdía,
con ello, más que ganaba y que esa alianza no le reportaría
beneficio alguno si no todo lo contrario, porque era una
alianza con un perdedor nato, que había encontrado, en ella,
la oportunidad de entrar en algunas sociedades de la mano de
Alí, porque de la mano del pueblo jamás lo habría
conseguido.
Es más le dije, al señor Alí, que esa alianza, con la más
grande de las inteligencias que ha dado este pueblo, le
haría perder votos en las próximas elecciones. Sigo
insistiendo en ello, tiempo al tiempo.
Y en el Debate de la Ciudad, el líder de UDCE, en su
intervención dejó claras muestras de la influencia que tenía
esa alianza con PSPC, tocando temas que han sido escritos,
por activa y por pasiva, por la más grande de las
inteligencias nacidas en esta tierra nuestra.
Nunca me he parado a hablar con el líder de la oposición.
Creo que le he saludado en un par de ocasiones pero creo,
con toda sinceridad, que se está equivocando y es mucho lo
que se juega, para lo poco que le puede aportar de beneficio
esa alianza.
Cada uno es libre de actuar como mejor le venga en ganas,
Alí ha considerado que para obtener un mayor número de
votantes, sólo le faltaba esa alianza y así lo ha llevado a
cabo. Por lo contrario sigo opinando que esa alianza es
perjudicial para sus intereses.
Del mismo modo que sigo pensando que cada uno es libre de
opinar lo que mejor le convenga, porque todas las opiniones
son igual de respetables, La pregunta del millón sería:
¿Cuál de las dos opiniones será las mas acertada, la del
líder de UDCE o la mía?. La repuesta no tardaremos en
saberla, sólo falta un par de años. Y el tiempo corre que se
las pelas.
Desde luego, personalmente y en persona, si fuese político
cosa, por supuesto, que no soy y líder de un partido, jamás
se me ocurriría aliarme con un perdedor nato, a quien el
pueblo le ha dado la espaldas en tres ocasiones, negándole,
con sus votos, cualquier derecho a ocupar un sillón en la
Asamblea.
En política, como en cualquier asunto de la vida, no hay
nada peor que jugar apostando a un caballo perdedor. Eso es
igual que aquel que cada día va a rogar a Dios, le dé la
oportunidad de que le toque la lotería sin haber comprado
jamás un cupón. Lógicamente, lo único que consigue, es una
perdida de tiempo lamentable. Y por si esto fuese poco,
cuando los amigo se enteran del hecho, se lo toman a broma.
En las apuestas, en las carreras de caballo, hay que apostar
siempre a caballo ganador. Si no es así y se apuesta por un
caballo cojo, sabiendo que se va a perder todo cuanto se ha
apostado por él, es una forma absurda de tirar el dinero, y
lo que es más importante, de hacer el ridículo. Siempre,
caballo ganador.
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