LUNES. 27
Sentados en la terraza de una cafetería están Jaco
Zafrani y José Duarte Pérez. En cuanto los veo,
no tengo más remedio que ponerme a charlar con ellos. Mi
amistad con Jaco es añeja. Y ha propiciado anécdotas que me
hicieron posible comprobar la categoría humana de quien fue
tan extraordinario futbolista como singular técnico. De Jaco
siempre tuve gestos magníficos y detalles muy apreciables.
Confieso que me hubiera gustado frecuentarle más. Pero un
día dejamos de vernos en la medida que lo estuvimos haciendo
durante varios años. Tal vez porque a ambos nuestras nuevas
ocupaciones nos cambiaron la forma de vivir. Hoy,
aprovechando la ocasión, le he recordado la mucha ley que le
sigo teniendo. En cuanto a Duarte, persona entrañable y
siempre ligada al mundo del fútbol, le he reconocido lo
afable que siempre es conmigo. En fin, que tras unos minutos
pegando la hebra con ellos, me he sentido mejor. Y no tengo
el menor inconveniente en expresarlo en estas líneas. Como
debe ser.
MARTES. 28
Hace ya la tira de años que mantengo muy buenas relaciones
con Mohamed Amar. Aunque ese caernos bien no se haya
producido por charlar frecuentemente. Y es que la simpatía
que nos profesamos resiste incluso el que nos pasemos meses
sin vernos. Y cuando coincidimos es por pura casualidad. A
pesar de ello, yo he valorado siempre en su justa medida la
labor que viene realizando el presidente de El Gimnasio
Ceuta Goyu-Ryu. Y he aireado, cuando la ocasión lo ha
requerido, lo mucho que le debe el fútbol de esta tierra a
quien lleva décadas entregado de lleno a una tarea
impagable. Mohamed Amar habrá cometido errores durante su
dilatada etapa como dirigente del fútbol base. Seguro que
sí. Porque es humano. Pero por encima de tales errores, sin
duda, prevalece la constancia, la voluntad, el espíritu de
sacrificio y sus conocimientos puestos al servicio de una
tarea encomiable. Una tarea que ya fue premiada,
merecidamente, en su día. Y de la que me alegré una
enormidad. Ahora me dicen que Mohamed Amar no está
recibiendo el buen trato que se ha ganado a pulso. Y me
parece una ingratitud.
MIÉRCOLES. 29
A Mohamed Haddu, ‘Musa’, suelo yo verle muchas veces.
Porque cada dos por tres coincido con él en el barrio donde
vivo. Y raro es que en tales momentos no echemos una
parrafada. En ocasiones, ante la impaciencia de mi labrador;
que me tiene más que dicho que él detesta la política. Musa,
la verdad por delante, me cae la mar de bien. Pero desde
hace ya mucho tiempo. Lo cual no le ha valido nunca para
hacerse notar en mis escritos. Hoy, sin embargo, no nos
hemos visto en los alrededores de mi domicilio, sino en la
Avenida del Alcalde Sánchez-Prado. Y nos hemos puesto a
charlar. Y de esa charla saldrá una columna mañana. Porque
creo conveniente hacer público el estado de ánimo de Musa y
lo que él piensa de cuanto se viene tramando entre
Mohamed Alí y Juan Luis Aróstegui. Musa, además,
sabe perfectamente que los del PSPC le tratan
desconsideradamente. Y perdonen el eufemismo. Ya que Musa
está enterado de que cada vez que pueden lo ponen a parir.
Tampoco éste le tiene muchas simpatías al secretario general
de Comisiones Obreras. Puesto que nunca ha olvidado la
opinión que tenía éste de los musulmanes de Ceuta, en los
años ochenta, cuando lo del carné de identidad.
JUEVES. 30
La conversación transcurre por cauces futbolísticos. Se
opina del Barcelona-Chelsea. Y a mí me toca exponer lo bien
que supieron hacer los jugadores ingleses los marcajes
combinados. Y como hizo uso y abuso del saque largo el
guardameta Cech. Con el fin de evitar que jugadores como
Iniesta y Xavi dominaran la parcela central del
campo. También saqué a relucir de qué modo propiciaron que
los defensores azulgrana no recibieran el balón por parte de
Valdés y en cuanto deshacían esa jugada corrían
rápidamente a replegarse de manera intensiva. En esas estaba
yo, cuando uno de los contertulios, tal vez harto de oírme,
cambió la conversación. Y sacó a relucir el nombre de
Francisco Márquez, consejero de Hacienda. A fin de saber
si yo, después de que éste no apareciera a una cita conmigo
ni se hubiera disculpado, lo seguía teniendo en la misma
consideración. Mi respuesta no se hizo esperar: por supuesto
que sí. Y mucho más a medida que me van asegurando que
Márquez hizo todo lo posible para impedir que Juan Luis
Aróstegui siguiera tratando de convertirse en el asesor
del presidente de la Ciudad.
VIERNES. 1
Ayer recibí una invitación para poder disfrutar de la fiesta
con que se inauguraba ‘El Ático’. Un Disco Pub situado en el
Poblado Marinero. Un local de ocio dirigido por Pablo
Ferreras: un empresario joven pero curtido en darle vida
a salas donde la gente pueda dar rienda suelta a la alegría.
Sentí muchísimo no poder estar en ‘El Ático’. Una discoteca
extraordinaria, aunque según me cuentan, seguirá funcionando
como pub. Y a Ferreras le agradezco enormemente el que se
haya acordado de mí. A la par que le pido las disculpas
consiguientes por no haber participado de esa fiesta con la
que me consta estaba entusiasmado. Lo que unido a sus
conocimientos de la cosa habrá desembocado en un éxito
rotundo. Y es que Pablo, obras son amores, todo lo que toca
acerca del ocio nocturno, lo convierte en triunfo. ‘El
Ático’, pues, como no podía ser de otro modo, nace con la
suerte de contar con un propietario que sabe cómo ofrecer el
mejor divertimiento a sus clientes. Mis mejores deseos,
pues, al nuevo establecimiento.
SÁBADO. 2
Los aficionados me siguen parando por la calle para contarme
lo que piensan acerca de las decisiones que toman, o pueden
tomar, los directivos de la Asociación Deportiva Ceuta que a
su vez forman parte muy principal de la Federación de Fútbol
de Ceuta. Una mezcla explosiva. En esta ocasión, se me
pregunta si yo conozco a Fernando Abad; quien suena
como posible director técnico. Y que podría venir avalado
por los conocimientos que de él dice tener Cecilio
Castillo. Mi respuesta es siempre la misma: dado que a
mí no me interesa, desde hace mucho tiempo, el fútbol de
Segunda División B, no tengo la menor idea de quién es Abad.
Es más, ni siquiera sabía que el hombre estaba colaborando
con el club desde que José Enrique Díaz fue metido en
la nevera. Lo que sí puedo decirles es que me han hablado
muy bien de Krios Evangelo Dimitrius. Como la persona
indicada para acometer esa tarea que quieren encomendarle al
amigo de Castillo. Krios lleva en esta tierra una década.
Por cierto, que con el griego no recuerdo haber hablado
nunca. Sí; una vez y fue por medio del teléfono. Lo cual no
es óbice para que yo recuerde que no es bueno buscar fuera
lo que ya tenemos aquí.
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