No podía ser de otra forma si las
cuentas no se aclaran, y no podía ser de otra manera, porque
si depende de unas subvenciones y la utilización de esos
dineros es opaca, o no se sabe en qué se han invertido, cómo
se invirtieron y bajo qué perspectivas, lo más lógico es que
tal dinero no le vuelva a llegar a este organismo.
Sin lugar a dudas, las organizaciones del CJCE van a tratar
de salvarlo, comenzando con movilizaciones, pero
movilizaciones ¿De qué?. ¿Cómo?. Porque no quiero pensar, no
creo, que tales movilizaciones vayan por el camino de la
presión.
Las asociaciones del CJCE, que ahora tratan de salvar este
organismo, no sé si hasta ahora se preocuparon, también, por
saber cómo iba todo o como se estaba gestionando, cuando
vemos que no ha sido un hecho aislado lo que ha habido ahí,
sino una serie de hechos, una sucesión de circunstancias que
llevó al final, posiblemente, con carácter definitivo.
Ahora mismo, parece que está claro:” La Ciudad no concederá
más subvenciones al Consejo de la Juventud”. La idea esta
aislada, o sacada de todo un contexto, podría ser mal
interpretada, según por quien y según los intereses de cada
uno. Particularmente, y sin ningún tipo de interés especial,
en la Ciudad (fuera del pago de mis impuestos), y sin ningún
interés en el CJCE, la decisión me parece, totalmente,
positiva, siempre y cuando no se aclaren las cuentas y
siempre y cuando los despilfarros o las malas gestiones no
queden totalmente solucionadas por quienes las llevaron a
cabo.
Y ahora va a tener trabajo, más de lo que esperaba, la
Gestora, especialmente cuando se reúna en los próximos días
con las entidades juveniles, para llevar el caso ante la
Fiscalía.
Y en todo esto, a pesar de que no haya subvenciones, me da
la impresión de que algo nos va a seguir costando el CJCE o
lo que quede de él, por cuanto la Ciudad buscará la fórmula
para mantener el programa de ciberespacio y el teléfono de
información sexual.
Esto no me queda demasiado claro y lo que no querría pensar
es que “subvenciones, no” pero “por otro camino va a seguir
costando dinero” un organismo que está más que en
entredicho, con un silencio sepulcral de quien llevó la
responsabilidad, su ex presidenta, de la que nadie dice
nada, ni ella ha vuelto a salir a dar más información, si es
que la tiene.
El portavoz de la Comisión Gestora, Óscar Pérez, es el que
ahora está teniendo más problemas que nadie para tratar de
sacar del pozo a este organismo juvenil.
El primer problema, aunque había representación de la
Ciudad, estuvo en la no asistencia de Juan Vivas en la
reunión fijada. La imposibilidad de asistir el presidente
fue cubierta por la consejera de Juventud, Kissy
Chandiramani. Y la consejera transmitió a los miembros de la
Gestora la decisión tomada desde la Ciudad de: “No
concederles más subvenciones”, pero esto tampoco hay que
sacarlo fuera de contexto, porque tiene su base en que “la
del año pasado no está correcta, se está fiscalizando, y
este año, por consiguiente, no es posible, por lo que nos
hemos quedado sin aval”. Es lo que decía Óscar Pérez.
Yo a todo esto únicamente haría una pregunta, por si hay
alguien que pueda o quiera responder:”¿Y las subvenciones de
los años anteriores estaban correctas?”. Ahí queda,
simplemente, la pregunta, y la respuesta espero que nos
llegue de quien corresponda, desde el CJCE, desde la Gestora
o, incluso, desde la Ciudad.
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