Hoy es domingo, y los domingos qué
quieren qué les diga me lo paso bomba sin tener que pensar
mucho a la hora de hacer el articulo. Porque si me pongo a
pensar, en los más de dos mil periodista que se han quedado
sin trabajo, mientras en las “telemierdas”, se mantienen a
los grandes intelectuales de este país, Belén Esteban,
Lequio y demás personajes, cobrando una pasta gansa, cada
mes, me sube el libido de la mala leche y largo todo lo que
tengo que largar.
Así que, todos estos asuntos, lo dejo para cuando se inicia
la semana y los domingos, a tratar de hacerles pasar un rato
agradable.
Hoy, mismamente, les voy a contar un par de chistes, que se
van a partir de la risa. Los chistes, como es natural, no
son mío porque entre otras cosas, no soy ningún chistoso.
¡Ojala supiera contar chistes, con el arte de mi
desaparecido amigo, Paco Gandia!.
Resulta que para crear puestos de trabajo lo mejor es, sin
lugar a dudas, par de años de aprendizaje y si no conviene,
pues se le da al trabajador de despido ocho días por años
trabajados. No me dirán que no tiene gracia la cosa.
He trabajado, durante años, junto a los mejores humoristas
españoles, me he leído a los mejores escritores de humor que
hay en este país y puedo asegurar, y aseguro, que jamás me
habían contado un chiste tan gracioso, desde la época de
Kunta Kinte.
Por supuesto, el chiste no es mío, al César lo que es del
César, y al menda lo que sea del menda. Difiero muchísimo de
que esa sea la fórmula para crear puestos de trabajo y
aminorar el paro. Tengo otra idea y esa, por supuesto, no es
ningún chiste. No la cuento, no merece la pena.
El segundo chiste, si cabe, aún es más gracioso que el
primero, ¡que ya es decir!. Resulta que, por el asunto de
Irak, uno de esos politiquillos tan inteligentes que hay en
este hermoso país, donde tantas lumbreras abundan entre los
autodenominados “nosotros los políticos”, quiere acusar al
Rey de genocidio por ser el jefe de las Fuerzas Armadas.
Esta lumbrera, en ese alarde de facultades mentales que
tienen todas las lumbreras pertenecientes a “nosotros los
políticos”, aún no se ha enterado, que a la guerra de Irak
enviamos un barco hospital, en el cual se le prestó
asistencia sanitaria a una gran mayoría de iraquíes. Nada de
extrañar, en algunas de estas lumbreras, que desconocen el
significado de la palabra genocidio. Tratándose de esas
grandes mentes privilegiadas, todo se puede esperar, incluso
que desconozcan el significado de algunas palabras del
idioma de Cervantes.
Por cierto, al decir del idioma de Cervantes, no se trata de
ningún insulto. Quiero que esto quede claro, para que no se
me vaya a enfadar ninguna de esas mentes privilegiadas que
tanto abundan entre los politiquillos de tres al cuarto que,
para desgracia de todos los españoles tanto abundan.
Si Lenin o Stalin levantarán la cabeza, segur que le podrían
explicar, con toda claridad, a éste lumbrera, que es y que
significa la palabra genocidio. ¿O no?
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