José Alfonso Berdullas y su familia llevan viviendo en la
calle Estrella, ubicada en el Recinto Sur, aproximadamente
35 años. Samira Mohamed se desplazó con sus parientes a la
calle Tetuán del citado barrio hace ahora cuatro años. Y
Susana Barrero, vive en el edificio anexo a Mohamed,
propiedad de su abuela desde hace 50 años.
Los tres vecinos mantienen una fuerte disputa desde el mes
de abril suscitada por unas supuestas obras ilegales que se
están llevando a cabo en la vivienda de Samira Mohamed.
Aunque desde las pasadas lluvias de octubre, la tensión
entre ellos fue aumentando.
Todo comenzó el 10 de abril cuando Samira Mohamed comenzó
las obras en su vivienda ya que, a consecuencia de las
condiciones climatológicas y las propias instalaciones en la
barriada, se le inundó la casa, por lo que solicitó una
licencia de obras a la Consejería de Fomento, que se la
concedió. Aunque este permiso consistía, según el documento
que la propia inquilina mostró a este periódico, en la
conservación y el mantenimiento de la fachada; pero Mohamed,
levantó dos plantas más en la vivienda. “Me he pasado todo
el invierno con inundaciones porque el bajante de agua del
vecino de la calle Estrella (Berdullas) da a mi casa. Según
la ley, el bajante debe tener la salida para su casa y
además, las ventanas tienen que dar a la parte delantera y
no la trasera según los nuevos planes de urbanismo y esas,
tienen un año, por lo que no deberían estar. Encima se ha
dedicado a tirar ladrillos, a punto de matar a cualquier
persona. Por ello, les he puesto a los dos una denuncia en
el juzgado porque en tu propiedad no te pueden agredir”,
relató Samira Mohamed.
La otra parte de la historia la componen los vecinos José
Alfonso Berdullas, que habita en la parte trasera de la
vivienda de Mohamed, y Susana Barrero, en el anexo. Esta
última manifestó su descontento ya que “me ha tapiado las
ventanas laterales, además de la salida del butano por lo
que me entran todos los gases. Nos ha destrozado el tejado y
encima nos ha denunciado por tirarle la ventana, cosa que
repetiré porque llevo 50 años con la cristalera. Y el
técnico del Ayuntamiento me ha confirmado que no me puede
tapar ambos canales por ley porque tienen más de 20 años”,
explicó la inquilina Susana Barrero.
El tercer implicado en esta disputa es el vecino José
Alfonso Berdullas, quién ha denunciado en dos ocasiones, el
13 y el 29 de abril, la situación ante la Ciudad, ya que las
obras le han tapado las ventanas de la cocina y el cuarto de
baño. “Nos han tapado toda la cristalera, llenándonos todo
de ladrillo y escombro y hemos denunciado porque tienen un
permiso de obras menor, para reconstrucción y no
edificación. Además que incumplen la ley de urbanismo, la
ley de prevención de riesgos laborales, y nosotros obligados
al calado que están llevando. Y encima con trabajadores
ilegales que vienen de Marruecos”, manifestaron Berdullas y
su hija. Estos, además, añadieron que la separación entre
las viviendas deben ser de dos metros y “no se han
respetado”.
Un conflicto de intereses vecinales que buscarán la decisión
final en la Ciudad.
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