El turismo, que duda cabe, es una
gran fuente de ingresos, al que muchos países de los
considerados turísticos se aferran para sacar su economía
adelante, con los ingresos que esos visitantes aportan. Pero
la crisis mundial que estamos soportando y que, al decir de
algunos entendidos, va para largo, también como es normal
afecta al turismo que de momento, en nuestro país, ha caído
en un siete por ciento.
Las ofertas de los países turísticos por excelencia han sido
rebajadas, tratando de conseguir que la afluencia de
turistas, este año, sea la mayor posible dentro de esa
crisis que estamos soportando. Para ello, han lanzado una
campaña de ofertas para todos los bolsillos.
A Ceuta, nuestra tierra, le vendría bien una riada de
turistas parecida a aquellos años donde era, poco menos,
imposible andar por la calle Real. El turismo se acabó en
cuanto se abrió la verja de Gibraltar por “cuestiones
humanitarias”. Bueno, vale.
Que duda cabe que desde los organismos competentes, se hacen
esfuerzos para tratar de atraer a ese turismo que nos
ayudaría a solucionar parte de nuestra economía pero.
Desgraciadamente siempre, en todos los ordene de la vida,
surge el pero en cuestión. Por principio no tenemos
infraestructura para atraer a ese turismo, chocando con el
precio de la travesía y de los hoteles. La travesía es la
más corta y a su vez la más cara del mundo y nuestros
hoteles, extraordinarios por cierto, se alejan, en ocasiones
de algunos bolsillos.
Sólo basta hacer un simple cálculo de lo que le costaría a
una familia de cuatro miembros venir a Ceuta, alojarse un
par de días y marcharse. El coste de ese par de días de
vacaciones, no está al alcance de una familia de clase
media.
Y eso que le podemos ofrecer buenas playas, el parque del
mediterráneo, el Foso, nuestras murallas, unos mares con una
riqueza inconmensurable y un ambiente cordial del que
podemos hacer gala y del que hablan, sin cesar, todos
aquellos que acuden a visitarnos.
El problema de traer turistas a nuestra tierra, por mucho
que hacen los órganos competentes, es muy difícil atraer ese
turismo tan necesario por las circunstancias antes
descritas.
Pero no sólo nosotros vamos a tener problema para atraer
turismo, lo va a tener España entera con esa Ley de Costas
donde tendrán que desaparecer los chiringuitos y que con la
crisis que atravesamos pueden dejar en el paro a más de
cuarenta mil personas, a la vez que le estamos quitando algo
al turista que le encanta, tomar una cerveza, un tinto de
verano, unas sardinas al espeto en la barra de los
chiringuitos.
Digo yo, si es qué puedo decir algo, no hubiese sido mejor
dejar los que están y sacar esa Ley para que no vuelvan a
instalarse más de los que hay. A la vez que sólo se
permitiría una subrogación del mismo y pasada esta
desaparecería el chiringuito. Con lo cual no se podrían
construir más e irían desapareciendo los que hay
manteniendo, de momento, esos cuarenta mil puestos de
trabajo.
Nada y no me hacen ministro o al menos asesor.
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