Erquicia nació cuando el franquismo se aproximaba a la etapa
de prosperidad económica. Eran los años 60 y los sindicatos
verticales del Movimiento decidieron invertir en un terreno
alejado del núcleo de la ciudad. Se le dio el nombre de
Teniente General Erquicia por ser éste el jefe de la plaza
ceutí en aquella época. “En los alrededores no existía nada,
todo era campo. Por eso, cuando construyeron Juan Carlos I,
nosotros quedamos como sumergidos dentro de ese barrio”,
aclara Miguel Ayora, presidente de la Asociación de Vecinos.
Así es, Erquicia se compone de 15 bloques y un tejido de
calles que serpentean entre los edificios. Hay aparcamientos
de sobra, “demasiados diría yo”. Su estructura difiere a la
del entorno, en las que se vislumbran fachadas de color
amarillento, casi macilento y pintarrajeado de grafitis que
conforman Juan Carlos I.
En aproximadamente 20 días, Erquicia va a sufrir la primera
gran reforma de su ya madura vida. La antigua red de
saneamiento, la franquista, se va a sustituir por la
democrática. Los tubos de hierro van a dejar paso al PVC.
“Cada vez son más las quejas que damos por culpa de la
antigüedad de las tuberías”. No canalizan bien los residuos
y se forman mollas que imposibilitan al agua sucia salir por
el conducto reglamentario. Por ello, buscan otros conductos,
los sótanos y las alcantarillas, inundando de porquería
pertenencias privadas o calles comunes, cuando todo brota a
borbotones hacia la superficie.
Para cumplir con esta tarea, la Viceconsejería de
Equipamientos Urbanos y la empresa municipal del agua,
Acemsa, órganos que llevarán a cabo la reforma, van a
necesitar de 600.000 euros aproximadamente. Se abrirá la
calle y el bisturí suprimirá las canalizaciones de cada uno
de los 15 bloques del barrio. En su lugar, los nuevos
materiales revitalizarán la salud de Equicia, que en la
superficie mantiene un aspecto saludable, solo irrumpido por
matojos de hierba que afloran en varios puntos de las aceras
como penachos de plumas mugrientos. “Estamos hartos de
decirle a Urbaser que elimine esto, que viene en el pliego
de condiciones del acuerdo que mantienen con la Ciudad. El
trabajo de recogida de basura es bueno por lo general,
aunque también nos gustaría que baldearan la calle a
presión, porque lo único que hacen es echar agua”, denuncia
Ayora.
Dentro de una semana aproximadamente, la de Erquicia será
una de las barriadas que se reúna con el presidente Vivas.
Estos encuentros han sacado las mejores ideas de cada
presidente vecinal. Miguel Ayora, como el resto de los que
han acudido a esta cita, se ha planteado las necesidades del
barrio. “Las fachadas son muy antiguas. Queremos saber si es
posible entrar en el cupo de casas que van a ser remozadas
con dinero público”, dijo. En la parte trasera de los
bloques 1,2 y 3 se divisa un pequeño rellano bajo los
tendederos de las casas y frente a la carretera del Serrallo
y la cabeza de Idrissis. “Como ves, está inutilizado. Por
qué no se podría poner aquí un parque infantil. Eso sí,
mientras hagan un cerramiento especial” para evitar que los
niños salten a la carretera. Ayora tampoco olvida la
ausencia de marquesinas. Tenemos una parada detrás de los
bloques 10, 11,12 y 13; y otra en la carretera del Serrallo.
No hay techo para los usuarios del transporte público,
aunque según el estudio elaborado por la Ciudad, lo habrá.
Pero más allá de estos detalles, Ayora ansía lograr un ‘detallón’;
ambiciona un edificio de aparcamientos subterráneo con
capacidad para 150 vehículos. De esta forma se liberaría el
principal escenario de vehículos y se podría construir un
polideportivo. “Esta barriada estaba llena de gente mayor,
pero afortunadamente se está revitalizando y dentro de poco,
los niños serán mayores, con lo que buscarán un lugar para
jugar”.
|