Es lo que esperamos que suceda en
el fin de semana, en el que se anuncia la visita de 765
turistas lusos a nuestra ciudad.
Siempre lo hemos dicho, desde esta columna, y lo vamos a
seguir manteniendo: “ Es realmente bonito ver la calle llena
de visitantes, pero es más bonito y rentable que esos
visitantes tengan abiertos los establecimientos donde poder
comprar”.
Sé que esta afirmación levanta ampollas en más de uno,
especialmente cundo se da en el clavo de lo que hay, lo que
no debiera haber y lo que sería, de verdad, conveniente para
una ciudad que pretende ser turística, cara al futuro.
Bueno, turística y comercial, pero para ambas cosas lo
primero es estar perfectamente acondicionada y aquí, de
momento, todavía faltan elementos de acondicionamiento.
Parece y nos alegra mucho, que la ocupación hotelera en el
fin de semana puede estar tocando el 100%. Esto es lo bueno.
Los hoteles, los que hay, tienen abiertas sus puertas los
365 días del año y las 24 horas de cada día, desde el
primero de enero hasta el 31 de diciembre. Pero claro, aquí,
en cualquiera de estos hoteles, hay profesionales que saben
por donde se va, que saben lo que quiere el cliente, que
saben las necesidades de su establecimiento y que saben,
además, que la cuenta de resultados, a finales de año, está
basada en todos y cada uno de los días, por lo que no se
pueden permitir el lujo de decir:” Este fin de semana nos
vamos de excursión, que el cliente o el posible cliente “se
las apañe” por su cuenta”.
Y lo mismo que digo, respecto de los hoteles, puedo decirlo
de los proyectos que desde la Ciudad Autónoma se vienen
haciendo desde hace tiempo.
Se trata de recuperar o, mejor dicho, de atraer al sector
turístico, elemento básico para la mejor subsistencia de
esta ciudad.
En estos momentos se puede decir que el trabajo de muchos
meses, incluso varios años, parece que puede empezar a dar
sus frutos, pero ¿De qué manera?. Dando servicio y cada vez
mejor, al visitante, no viendo al visitante del fin de
semana este, como un pasajero que vino, se va y no volverá,
por lo que hay que cobrarle “lo que caiga”. Eso no, eso de
ninguna manera se puede tolerar y en eso la Ciudad Autónoma
debe estar vigilante, si es que quiere que el trabajo de un
año no lo tire por la borda cualquier desaprensivo.
El área de Turismo de la Ciudad, juntamente con alguna de
las agencias de viajes empiezan a ver la luz, al final del
túnel, haciendo que en este largo fin de semana, por
ejemplo, solamente de Portugal lleguen esos 765 turistas,
que incluso pueden ser más.
Obviamente no todos y cada uno se va a comprar un Rólex, un
Longines, un Cima o cualquier otro tipo de reloj de más o
menos lujo, pero cada uno, desde sus posibilidades, gustos o
apetencias dejará algo en la Ciudad, algo de lo que la
principal beneficiaria será Ceuta, pero no Ceuta en
abstracto, sino los establecimientos, o algunos de los
establecimientos de Ceuta, que no pueden ser otros más que
los que estén abiertos en el fin de semana, los otros si no
lo están será cosa suya, pero flaco favor hacen,
especialmente a lo que se llama turismo.
Tengo que repetirlo una y mil veces más. Una Ceuta con
muchos visitantes está bien, yo diría que muy bien, una
Ceuta con las puertas de sus comercios abiertas me gusta,
con las persianas bajadas cada vez me gusta menos.
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