Vecinos del bloque 32 de la barriada del Polígono Virgen de
África alertaron a primera hora de la tarde de ayer a
Policía y Bomberos ante la posibilidad de que la vecina del
4º2 hubiera fallecido. El hedor y la falta de actividad en
esta vivienda obligó a los bomberos a montar un dispositivo
para acceder por la ventana de la fachada. Cuando llegó una
de las dos hermanas propietarias se abortó la operación.
Según los vecinos, las dos ocupantes no dejan pasar a nadie
a su casa y viven sin agua desde finales del año pasado. El
presidente de la comunidad denunciará nuevamente el hecho
para que haya una orden judicial para entrar a la casa.
Durante los últimos cinco años han sufrido los gritos y las
malas costumbre de una peraja de hermanas del Polígono.
Desde hace al menos seis meses han sufrido por el hedor que
expele su vivienda. Ayer fue el último episodio de una
batalla vecinal que ha obligado a algunos a poner su casa a
la venta o en alquiler.
Los vecinos dieron la voz de alarma a las 14.15 horas.
Apareció una dotación de bomberos, otra de la Policía Local
y otra de la Policía Nacional. Nadie respondía en el 4º2 del
bloque 32, unas viviendas de protección oficial que fueron
entregadas hace más de 20 años. Los Bomberos se dispusieron
a entrar en la casa a través de la fachada. Sin embargo,
cuando estuvieron a punto de iniciar su propósito, los
vecinos alertaron de que una de las dos propietarias (la
única que se deja ver) llegaba. Y lo hacía cargada, con la
compra. “Fíjate, ahí lleva las botellas de agua, todos los
días lo hace, porque como le cortaron el agua hace siete
meses...”. Dentro de la vivienda estaba su hermana, más
corpulenta, y que había hecho hace unos minutos caso omiso
de las llamadas a la puerta por parte de agentes y vecinos.
“Es que no deberían estar viviendo ahí. La hermana (la
corpulenta) padece de esquizofrenia y como no deja entrar a
nadie y no va al médico, hace tiempo que no toma la
medicación que le corresponde, debería estar en un sanatorio
mental y no aquí”.
La que llegó de la compra no asimilaba la presencia policial
y entraba en estado de ‘shock’ momentáneo ante la presencia
de los vecinos, que le recriminaban el mal olor continuo que
despide el interior de su casa. En efecto, fue abriendo poco
a poco la puerta para ir dejando las bolsas de la compra y
cada apertura despedía una bocanada de aire insoportable.
“Yo no puedo tender, porque tengo la casa encima de ella y
no lo aguanto”. Según esta vecina, su hija, de 10 años
aproximadamente, duerme en el cuarto de los padres desde
hace cuatro años. “No aguantaba los gritos de la casa, la
hermana (la corpulenta) le pega y a los demás también nos
amenaza”. Según llegaron a comunicarle a los agentes, ésta
tiene denuncias en comisaria ante amenazas “de muerte”
vertidas sobre alguno de sus vecinos. Aseguran, incluso, que
ha llegado a agredir. “Su aspecto es lamentable y no sale
apenas de su casa. Hay gente que no la ve desde hace años”.
Los vecinos del cuarto y el quinto son quienes más sufren el
olor. “Han venido de Sanidad, han venido los bomberos en
otra ocasión, el fontanero... y no deja entrar a nadie”.
A la pareja de hermanas le cerraron la llave del agua hace
más de cinco meses. “Tenían una rotura de una cañería que le
afectaba a la vecina del tercero, pero como no dejaba a
nadie entrar a su casa para comprobarlo, Acemsa le cortó el
agua para ver si así accedía a que fuera un fontanero”.
La Policía rellenó ayer un informe. El presidente de la
comunidad de vecinos va a emitir junto con este documento y
con la firma de todos los vecinos un escrito que entregará
en el juzgado para que se consiga una orden judicial que
permita a las autoridades examinar la vivienda. Los padres
de las hermanas fallecieron y según apuntan los vecinos,
ambas viven con la paga que le dan a una de las dos por su
enfermedad.
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