En diversas ocasiones hemos
comentado los enfrentamientos dialécticos de diversos
miembros del Gobierno y de la oposición, principalmente
entre el Presidente José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano
Rajoy Brey. Y lo hemos hecho utilizando el símil del boxeo
aunque no se tratara de una confrontación pugilística pero
si, a fin de cuentas, sobre un enfrentamiento entre las dos
fuerzas políticas más importantes de la nación. Ahora
estamos contemplando como se están preparando ambos
“púgiles” para el combate del día 12 de mayo próximo y se
oyen en los gimnasios el “puching ball” (balón, a modo de
pera, colgado sobre una tabla que pende de un muelle donde
se mejora la puntería y precisión de los golpes, las
técnicas defensivas y los movimientos; así como también se
ejercitan los reflejos y, cosa muy importante, la guardia ya
que, si la bajas, será el “puching” quien te golpeará.
Y como si de una confrontación boxística al mas alto nivel
se tratara (pongamos a los legendarios Joe Luis y Joe Walcot
para el campeonato del mundo de los grandes pesos), también
nuestros dos protagonistas del próximo debate tendrán que
afinar golpes, fintas y estrategias para vencer a su
oponente que luego, quienes se dedican a comentar el
desarrollo de la “pelea”, entre los que tendremos la osadía
de encontrarnos, daremos cumplida cuenta del desarrollo de
la misma.
Anticipándonos a la celebración del importante debate,
podremos vaticinar su desarrollo, que no su resultado y,
entre los golpes de izquierda que lanzará Zapatero y los de
derecha con que replicará Rajoy (upercup, ganchos, directos,
contras, boleas, etc) presenciaremos ataques sobre el
Balance Legislativo, los éxitos de la Lucha contra ETA, la
Política Territorial, los incrementos de los Derechos
Sociales, la actuación en Acciones de Paz de nuestra tropas
en el extranjero, la Política Exterior con inclusión en el
Grupo de los 20, la subida de las pensiones y el salario
mínimo, Ley de Educación para la Ciudadanía (materia que
solo enseña libertad y defiende los Derechos Humanos, la
Constitución y la Democracia), la Ley de Memoria Histórica
(que supone el reconocimiento a las personas que padecieron
consecuencia de la Guerra Civil) acciones todas con las que
plantará cara Zapatero a Rajoy y que este tratará de
devolver, golpe por golpe, mencionando el despilfarro de la
herencia económica con que se encontrón al llegar a la
Moncloa, la publicación de nuevas leyes para distraer la
atención, el envío de tropas a escenarios bélicos como el
Líbano y Afganistán, la implantación de la Ley de Educación
para la Ciudadanía, o sea para que a ningún niño le falte el
“catecismo socialista”, la Ley de la “Memoria Histórica”
para sembrar cizaña entre los españoles, la desastrosa
Política Territorial que provoca la desmembración de la
nación española, las graves consecuencias del “papeles para
todos”, la mayor tasa de paro desde hace décadas que se
registra en la nación así como la más alta contracción
económica que se conoce, las carencias de la Sanidad
Pública, la Enseñanza, la Justicia y la Seguridad Ciudadana…
Todo lo anterior discurrirá en un solo asalto, aun cuando
luego se lleven a cabo prórrogas (réplicas y
contrarréplicas) en las que ya, quizás debido al cansancio
de los contendientes y a la falta de otros argumentos, se
recurra a “golpes bajos” como la trama de corrupción que
salpica a las Comunidades de Madrid y Valencia y el caso
Gürtel que afectan al Partido Popular, golpes que,
seguramente, serán repelidos por Rajoy con aquello de las
irregularidades llevadas a cabo en la instrucción de estas
causas, en la escandalosa conducta del juez Garzón y otras
tramas de corruptelas que afectan al Partido Socialista.
¡Ah!. Nos queda mencionar, en esta exposición de Opiniones
Preliminares al Combate Estelar que se va a llevar a cabo en
el Congreso de los Diputados con motivo de la celebración
del Debate sobre el Estado de la Nación, la estimable
colaboración que se ha buscado Zapatero con los “segundos”
(en el boxeo auxiliares y asesores del púgil) con que
contará como son los Presidentes de Estados Unidos y de
Francia, Barak Obama y Nicolás Sarkozy, respectivamente.
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