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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 29 DE ABRIL DE 2009

 

OPINIÓN / SNIPER

Los treinta mil marroquíes “borrados” del Sáhara
 


José Luis Navazo
yebala06@yahoo.es

 

De un tiempo a esta parte, como ya habrán advertido los perspicaces lectores, me he ido convirtiendo en notario de lo que oigo y veo. Y que salga el Sol por Antequera. Si hace unos días intenté reflejar, comentándola, la postura oficiosa marroquí avanzada por Mohamed Cherkaoui, apoyada en España por, entre otros, Jordi Pujol, Gustavo de Arístegui y el sociólogo Salvador Giner (lo que para unos me valió el apelativo de filomarroquí), más adelante presté esta columna a las tesis de una asociación soriana de apoyo al independentismo saharaui, que a mis amigos de Rabat seguramente no debió de hacerles mucha gracia. Pero en el fiel de la balanza radica la independencia y a estas alturas el presente escribano, a lo Beltrán Duguesclin, ni quita ni pone rey aunque -ahí laten los colores rojigualdas de la bandera- ayuda faltaría más a su señor. Presumo de dialogante pero mantengo vivas mis raíces porque, quien las olvida o renuncia a ellas, es como un árbol carcomido a merced del viento.

Ayer por la mañana me hacían llegar unos extractos de la entrevista que J. Morán realizaba al diplomático Amaro González de Mesa, natural de Oviedo y que era publicada el pasado martes en el diario asturiano “La Nueva España”. Actor y testigo en 1975 desde su puesto de segundo jefe de la embajada española en Rabat, tras su titular Adolfo Martín Gamero, el diplomático asturiano recuerda los permanentes momentos de tensión “por todo”, aunque destacando lo obvio: “el problema de fondo era el Sáhara”. Y sigue: “Cuando España empezó a plantear la autonomía Marruecos dijo que ni hablar, que después vendría el Estado libre asociado y después la independencia y que por ahí no pasaban”. Especial interés reviste el siguiente punto: “Y nos montaron la Marcha Verde (…)”. El embajador (Gamero) replicó al ministro Mohamed Benhima: “·¿Pero usted se da cuenta de lo que es esto?; nuestro Ejército no puede retroceder porque vengan mujeres, niños, hombres, cantando y leyendo el Corán. Puede haber una desgracia”. “Y recuerdo –dice ahora González de Mesa- la respuesta de Benhima: “Sa Majesté a déjà 30.000 marocains rayés”. Traduzcamos: “Su Majestad el Rey ya tiene borrados 30.000 marroquíes”. Reflexiona González de Mesa: “Es decir, que los daba por muertos”. Y una perla para acabar: “Entonces (dado que, maticemos, Hassán II se negó a volar a Madrid) fue Antonio Carro, vicepresidente del Gobierno, a Agadir y allí se negociaron los acuerdos: la cesión de la administración del Sáhara a Marruecos y a Mauritania y que la soberanía se vería después. Y hasta hoy”. Mejor resumido imposible.

Es curioso lo que afirma González de Mesa sobre “borrar 30.000 marroquíes” cuando, años más tarde y preguntado sobre la cuestión, Hassán II alardeaba afirmando que “yo sabía que el Ejército español nunca dispararía sobre mujeres y niños”. En cualquier caso, cínica y excelente utilización táctica de la población civil como “escudo humano”. Muy “valiente” sobre todo. ¿Hará lo mismo Marruecos, en su momento y si lo considera oportuno, sobre Ceuta y Melilla…?. En todo caso ya se ve el valor que, para algunos, tiene la vida humana. Con estos parámetros, supongo que cuando el barco se hunda los primeros en abandonarlo serán los hombres… Los “aparatchik” en vanguardia. ¿No les parece?.
 

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