La muestra de la Formación Profesional de Ceuta ha
conseguido llegar a su público objetivo (como dirían los
publicistas), estudiantes de la Secundaria y en adelante y
jóvenes que han acabado la escolarización o lo han dejado
antes de lograr el éxito. Otra cosa es que el mensaje que ha
tratado de lanzar la Dirección Provincial de Educación
consiga calar en estos. La cierto es que estos días, sobre
todo en el turno de tarde, las murallas reales son un
hervidero de jóvenes que visitan stand por stand con sus
familiares o amigos.
La entrada más utilizada está siendo la que da a la avenida
González Tablas. Estratégicamente situados, los stands
informativos de la Policía Nacional, la Armada y el Ejército
son los primeros en aparecer. Llama la atención a la
chavalería ese robot desactivador de explosivos que parece
un ‘mini bulldocer’ de esos que derriban muros. “Es
tecnología punta. Nos lo acaban de traer a Ceuta en
noviembre”, explican. Además un dócil perro blanco, uno de
los ejemplares de guía canino especializado en la detección
de explosivos.
La primera de las carpas en aparecer para la vista del
visitante es la del IES Puertas del Campo. Valen por tres
puesto que están los ciclos y PCPI de Comercio y Marketing,
de Administración y Gestión y de Informática y Comunicación.
Los jóvenes se paran sin dudarlo. ¿Qué eso que se ve ahí?
Ordenadores de última generación y disponibles para que se
puedan utilizar por momentos. La estrella es un MAC PC, con
pantalla plana y sin torre. Además, como salidos de una Lan
Party aparecen expuestos distintos elementos del hardware
que compone un ordenador común.
Los PCPI también aparecen de los primeros. Inexplicablemente
están llenos de curiosos todo el rato. Nos acercamos a
preguntar. “Estamos igual de sorprendidos”, explica Sonia,
una de las profesoras. ¿Qué es lo que les dais para captar
su atención? “Bueno, mucho cariño y simpatía”. Eso es
cierto, pero además es que están haciendo pins de Cruz Roja
que colocan a los visitantes. La ONG tiene un PGS aún en
marcha. Es el último año que lo hace.
El taller de bordado en oro del CEA Miguel Hernández es uno
de los veteranos de la muestra. Cual jaima aparece adornado
con telares y bordados de todo tipo. Como no, cuando uno se
acerca a mirar hay alguien cosiendo y bordando.
Al otro lado de la calle están las carpas del IES Siete
Colinas. Llama la atención que nada más entrar hay colocados
varias placas solares. Claro, es que allí se imparten ciclos
medios y superiores de instalación de aparatos de energías
renovables, entre otras. Cuando uno entra está como en casa.
Placas solares, ventiladores y hasta una nevera. “La han
construido los propios alumnos y funciona la mar de bien”,
comentó Isidro, uno de los maestros. Incluso está sirviendo
para guardar la comida y los suculentos platos que preparan
en otros stands. “Estamos esperando que nos traigan alguno
para comer nosotros” comentó divertido. Además el Siete
Colinas ofrece un ciclo de Alfarería y Cerámica. Las macetas
y baldosas aparecen también en el mostrador. Productos de
una bella factura, sí señor.
Durante todo este rato el visitante ha podido recorrer gran
parte de la oferta de Formación Profesional de Ceuta. Aunque
pueda cansar el gentío que hay más adelante invita a seguir.
Es que queda lo mejor.
El stand del IES Luis de Camoens es uno de los más
concurridos. Allí sobresalen las demostraciones de
peluquería y estética. Chicos y chicas muy fashion, a la
última en aspecto físico realizan cortes de pelo y tintes a
quien así lo desee. Normal que haya tanta gente.
Las instalaciones eléctricas de la carpa del IES Abyla
también llaman la atención. Enchufes, parabólicas,
telefonillos, timbres. Todos están en el mostrador.
Más adelante y como si se fuera a abalanzar sobre el público
aparece un imponente Seat Córdoba. Elevado por un gatillo y
con el capó abierto se puede ver el motor. Una especie de
taller al más puro estilo A todo gas. Es la oferta que
propone el Almina.
Luego está el IES Clara Campoamor y su ciclo de prevención
de riesgos laborales. Esta es una formación muy en boga.
Eran muchos los que preguntaban sobre una profesión con
futuro.
Como caído del cielo y situado casi al final, las tres
carpas del IES Almina. Allí huele rico rico como diría
Arguiñano. Una larga fila de visitantes espera degustar
algún producto. Es la oferta del ciclo de Hostelería y
Turismo.
El Almina continúa con un ciclo de atención sociosanitaria.
Todo el que quiera puede hacerse una prueba para saber su
grupo sanguíneo. Además, para quien llegue algo fatigado, se
sienta un ratito y se le toma la tensión.
Al final, en cobijado en uno de los rincones del patio de
armas del conjunto monumental, las carpas más deportivas.
Sobresale la del ciclo de Animación de Actividades Físicas y
Deportivas del IES Clara Campoamor. De estos stands salen
esos zancudos que uno se encuentra según recorre la muestra.
Además, el Abyla da cuenta de su ciclo de servicios
socioculturales y a la comunidad.
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