El final de las seis viviendas que permanecen en pie en
Patio Molino parecer estar cada día más cerca. Las ocho
familias que residen en el área, en el que se proyectan
levantar pisos, recibieron el lunes un nuevo Decreto de la
Consejería de Fomento en la que señala como límite para su
desalojo el próximo 26 de mayo y avisa de que en las tres
semanas siguientes procederá a su demolición.
El epílogo de las viviendas de Patio Molino que empezó a
escribirse en 2001, cuando se declaró su ruina “técnica,
económica y urbanística” parece estar más cerca que nunca
pese al desconsuelo de sus inquilinos, que en muchos casos
‘compraron’ la llave de sus casas conforme a esa fórmula
ceutí tan extraña en la que un inquilino vende sus derechos
a otro.
Las ocho familias afectadas volvieron ayer a la Asamblea
para dar a conocer a quien quiso escucharles que el lunes
recibieron un Decreto de Fomento en el que se les advierte
de que deben abandonar sus casas antes del 26 de mayo para
proceder a su inmediata demolición en base a un auto del
Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 que
“autoriza”, según los documentos a los que ha tenido acceso
este periódico “el desalojo y posterior demolición”.
La Ciudad explicó ayer que mantiene su compromiso de que
“nadie pasará ni una sola noche en la calle a pesar de que
la ley no impone esta garantía, sobre todo en casos de
ruina”, pero también recordó que la demolición no se puede
demorar si hay una orden judicial de por medio.
Aquellos con suficientes recursos económicos podrían tener
acceso a una Vivienda de Protección Oficial, mientras que el
resto irían a los alojamientos alternativos de Servicios
Sociales.
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