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Una de las facetas más curiosas, aunque esté presente desde
hace muchísimo tiempo, es la famosa Feria de Abril sevillana…
pero desarrollada en Barcelona.
La palabra feria es latina, en plural feriae, feriarum.
Lo curioso no es que sea una Feria sevillana, sino que…
Los orígenes de la Feria de Abril se sitúan el 25 de agosto
de 1846, cuando el catalán Narciso Bonaplata, sí señoras y
señores ¡un catalán!, en sociedad con un vasco, sí señoras y
señores ¡un vasco!, redactaron una propuesta que llevaron al
Ayuntamiento sevillano pidiendo que le autorizaran los días
del 19 al 21 de abril para celebrar una feria anual.
Consiguieron la autorización después de largos tiras y
aflojas con el entonces alcalde sevillano Conde de
Montelirio, porque ya existía otra feria: la ganadera de
Mairena de Alcor (la más antigua de Andalucía, 1440).
La primera feria contó con unas 20 casetas y fue todo un
éxito por lo que el Ayuntamiento sevillano se vió obligado a
ampliar el espacio para el año siguiente.
Aquí, en la provincia de Barcelona comenzó a desarrollarse
un sucedáneo de la Feria de Abril sevillana hace unos 37
años, promovida por la colonia sevillana residente en la
Ciudad Condal.
Realmente, en Barcelona capital viene desarrollándose desde
hace unos cuatro años después de pasar por Santa Coloma y
Can Zam, a causa de los problemas derivados del espacio.
Más de cincuenta casetas están instaladas en el recinto del
Fórum (105.000 m2) y la Feria se inauguró el viernes 25 de
abril. Finalizará el domingo 4 de mayo.
En la entrada del recinto da la bienvenida una portada
compuesta por dos cuerpos de 20 metros de ancho y 12 de
alto. También se han colocado dos paraguas de guirnaldas
luminosas con brazos radiales, instalándose guirnaldas
transversales de cuatro tiras (Paños Altos) entre casetas y
cruzando las calles.
También, y como novedad, hay un techo luminoso de led (bajo
consumo) de 30 x 20 metros, apto para la intemperie.
Todas las casetas, como es tradicional, están adornadas con
farolillos.
La red eléctrica cuenta con una central de medición de alta
tensión y de cuatro transformadores de 1.000 KVA cada uno.
La gente de la Casa de Ceuta en Barcelona, con la innata
gracia que lleva consigo, no suele perderse este
acontecimiento cultural y de diversión. Para ello se formó
un grupo de socios, las socias vestidas de acuerdo con la
tradición de la Feria, que marcharon en cuanto acabaron los
actos del XV Certamen de Poesía y narrativa Breve
organizados por la Casa… y eso que eran las tantas de la
madrugada.
Lo que disfrutaron o pudieron disfrutar en su salida, eso no
lo se porque no podía acompañar al grupo por motivos
familiares y bien sabemos que me gusta como al que más
disfrutar de la Feria.
Ahora, cuando termine esta Feria… a esperar la de Ceuta. No
faltaré.
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